Itongadol/AJN.- Cerca del 77 por ciento de las 760 mil mujeres que viven en la Franja de Gaza sufren algún tipo de violencia y cerca del 90 por ciento de ellas están desempleadas. Entre emergencia económica y la estricta ley islámica, su voz no es escuchada.
Antes de la guerra conocida en Israel como la Operación Plomo Fundido, que se llevó a cabo hace más de un año en la Franja de Gaza, las mujeres se quejaban de la violencia familiar que sufrían y de la que aún son víctimas.
“Las mujeres estaban preocupadas por su seguridad personal (...). Ahora, la guerra ha creado una situación aún más difícil. Las mujeres se han convertido en menos preocupadas por la violencia ejercida contra ellas”, reveló un informe publicado por el portal de noticias Ynet.
Esta cita está tomada de entrevistas realizadas en nombre del Centro de Ginebra para el Control Democrático de las Fuerzas Armadas (DCAF) con las mujeres palestinas entre junio a noviembre de 2009.
La investigación determinó que, además de la difícil situación que afrontan en casi todos los ámbitos de la vida (bienestar social, pobreza, inseguridad personal y general), el informe da cuenta de un aumento constante de la violencia doméstica.
Es casi imposible acceder a datos actualizados sobre la violencia doméstica en Gaza, y las cifras que existen no son fáciles de digerir.
Hace varios meses, el centro de la Mujer Palestina dio a conocer un estudio basado en entrevistas realizadas a unas 350 mujeres al final de 2009.
Los datos revelaron que el 77 por ciento de las mujeres entrevistadas padecía de algún tipo de violencia. En tanto que el 52,3 por ciento dijo que sufría violencia física, el 14,6 por ciento abusos sexuales, el 67 por ciento violencia verbal y el 71 por ciento violencia mental.
A pesar de esta realidad, las voces que piden un cambio en la sociedad de Gaza apenas se escuchan. Y, sin embargo, hay varias mujeres jóvenes que insisten en tomar el control.
DB
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