(Especial de SEMlac).- Es una de las diputadas al Congreso de la Republica con más experiencia en el tema de género. Gestora y promotora de la Ley contra el Femicidio y otras formas de violencia contra la mujer, Otilia Lux de Cotì es una mujer maya que ha ocupado el puesto de vicepresidenta de la Comisión de la Mujer en dos ocasiones, representante permanente de Guatemala en el Consejo Ejecutivo de la Unesco y ex ministra de Cultura.
Lux de Cotì dice luchar duro en este país donde nació y donde las cifras de violencia contra la mujer se escriben en números rojos; tanto así que, en un período de nueve años, los índices ascendieron de 322 asesinatos reportados anualmente, a 720 muertes por arma de fuego, estrangulamientos y cuerpos cercenados cada año.
Mientras, la violencia intrafamiliar golpea no solo el cuerpo, sino la mente de al menos 54.000 mujeres que se atrevieron a denunciar el año pasado, en el organismo judicial, ese delito.
Su visión de la situación de la mujer en Guatemala es que la violencia está enraizada, lo que la lleva a afirmar que no existen etnias ni edades cuando se trata de agredir por machismo a una mujer.
Considera que el Estado debe invertir más para terminar con este flagelo y asegura que la violencia contra la mujer indígena se da, aunque no en tan alta escala como en la mestiza.
Lux de Cotì dice luchar duro en este país donde nació y donde las cifras de violencia contra la mujer se escriben en números rojos; tanto así que, en un período de nueve años, los índices ascendieron de 322 asesinatos reportados anualmente, a 720 muertes por arma de fuego, estrangulamientos y cuerpos cercenados cada año.
Mientras, la violencia intrafamiliar golpea no solo el cuerpo, sino la mente de al menos 54.000 mujeres que se atrevieron a denunciar el año pasado, en el organismo judicial, ese delito.
Su visión de la situación de la mujer en Guatemala es que la violencia está enraizada, lo que la lleva a afirmar que no existen etnias ni edades cuando se trata de agredir por machismo a una mujer.
Considera que el Estado debe invertir más para terminar con este flagelo y asegura que la violencia contra la mujer indígena se da, aunque no en tan alta escala como en la mestiza.
¿Quien sufre más violencia en Guatemala, la mujer indígena o la mujer mestiza?
En términos generales, todas las mujeres. Pero puede haber diferenciaciones porque, en este país, la mujer mestiza sufre violencia categorizada en lo económico, político y social; sin embargo, las indígenas tienen un ingrediente más: la opresión ideológica, por un lado, y la opresión desde la perspectiva racial. Hay agresión eminentemente expresada por el racismo; hemos encontrado violencia en mujeres recolectoras de café y en la zafra, por parte de quien las contrata: muchas veces las golpean. Pero la agresión más profunda se da cuando están en calidad de trabajadoras domésticas, pues se les esclaviza.
¿A qué le atribuye que la violencia contra la mujer indígena no se visibilice como se hace con la mestiza?
Porque cuando se atiende a una mujer violentada, no se hace una disgregación de etnia, no existen los mecanismos para hacerlo.
¿Ocurren los femicidios dentro de las comunidades indígenas?
Se dan, aunque quizás no en el mismo número que con las mestizas; sin embargo, si nos vamos al pasado, no hay que olvidar que durante la guerra quien sufrió más fue la mujer maya porque hubo violaciones sexuales, asesinatos, torturas.
¿Qué significa para usted legislar y luchar por los derechos de la mujer en un país donde, desde hace nueve años, el número de asesinatos anuales contra mujeres ha crecido de 400 a 700 por período?
Nos preocupa grandemente. Para mí, el femicidio que ocurre en el país no es más que la muerte violenta que se le provoca a las guatemaltecas, ese odio que está enquistado en la sociedad machista. Es una actitud como de querer acabar con las mujeres.
¿Es realmente para la mujer guatemalteca motivo de celebración el día internacional de la mujer?
Claro que no, es más bien una oportunidad de alzar nuestra voz para que se implemente la ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer. No podemos pasar un 8 de marzo si no alzamos la voz contra el Estado para que se comprometa a parar la violencia contra las mujeres.
La Secretaria de Estado de Estados Unidos estará en Guatemala dos días antes de celebrar el día internacional de la mujer, y usted estará reunida con ella, ¿qué le dirá de la situación que enfrentan las guatemaltecas?
Que estamos en un país violento, en donde el femicidio es una agenda diaria, y que nos coloque más fondos para que nos ayude a eliminar este flagelo que, en lugar de reducirse, se está extendiendo.
¿Violencia es lo mismo que desigualdad en Guatemala?
Son conceptos distintos: violencia es prácticamente eliminar a una mujer, como ocurre en Guatemala, mientras la desigualdad es el comportamiento de marginarlas, pero no por eso deja de ser un mecanismo que potencia la violencia. No es sinónimo, sino un comportamiento humano que no se ha erradicado, porque si así fuera, tendríamos mejores programas, presupuestos, políticas para la mujer y su seguridad en este país.
¿Existe el estigma de que la mujer indígena es golpeada o asesinada por situaciones culturales?
Realmente es una equivocación lamentable, es una idea falsa. Eso no quiere decir que una mujer indígena no puede ser golpeada y maltratada como una mestiza. Insisto, para la mujer guatemalteca la violencia es generalizada, a todo nivel.
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