Hoy 30 de marzo se celebra el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, un día para uno de los colectivos laborales con menos voz en España. Sindicatos y asociaciones exigen, desde 2007, al Gobierno, la equiparación de derechos de este colectivo con el resto de los trabajadores.
Convocadas por las mujeres de Sedoac, el grupo Cita de Mujeres de Lavapiés y la Agencia de Asuntos Precarios, el pasado domingo, estas mujeres se manifestaron en Madrid para reivindicar sus derechos. Gracias a su capacidad organizativa, y apoyadas en un sentimiento común como colectivo, estas mujeres comienzan a dejar de ser invisibles.
El año pasado terminó con unas 300.000 personas afiliadas al Régimen Especial de Trabajadores del Hogar, de las que más del 90% son mujeres y cerca del 60%, inmigrantes. Sin embargo, el empleo doméstico es un sector sumergido, por lo que las estimaciones apuntan a que la cifra real de trabajadoras domésticas duplica al número de afiliadas. Incluso algunas fuentes hablan del millón de personas dedicadas al trabajo doméstico en España.
Las trabajadoras del hogar piden la derogación del real Decreto 14/24 de 1985 porque “es obsoleto”, así como el artículo 2 del Estatuto de Trabajadores, en el que se regula el trabajo doméstico como “algo especial”. Para Sedoac, “el punto de partida es la eliminación del régimen especial y la integración de las empleadas domésticas en el general. A partir de ahí, equiparar en todo lo posible sus derechos a los del resto de trabajadores: derecho a la prestación por accidente y por enfermedad, derecho al subsidio por desempleo, a una pensión digna…”
Condiciones
Actualmente, para estas trabajadoras las indemnizaciones por despido se sitúan entre 0 y 20 días, frente a las del resto de trabajadores (entre 20 y 45 días). Hay una cuota única de 157,08 euros al mes a pagar a la Seguridad Social, independientemente de la jornada laboral que tenga la empleada. Las trabajadoras del hogar sólo cobran la baja a partir del día 29 y no tienen derechos en caso de que sufran un accidente de trabajo.
Una de las reivindicaciones más fuertes es la eliminación del conocido “pago en especie” que sucede, sobre todo, en el caso de las empleadas que trabajan como internas, a las que muchas veces se les descuenta del sueldo el alojamiento y la manutención. Sin embargo, este parece ser uno de los puntos más complicados.
Con respecto a la prestación por desempleo, de momento estas trabajadoras no pueden acceder. La mayoría de esas personas son trabajadoras extranjeras que laboran más de 60 horas a la semana y que en muchos casos tienen que destinar parte de su sueldo, que oscila entre los 400 y 700 euros, a pagarse la seguridad social.
Inmigrantes
La presidenta del colectivo Territorio Doméstico, que agrupa a las organizaciones convocantes, Beatriz Baos, informa que “en este momento el 80 por ciento de las personas que desarrollamos este trabajo somos personas extranjeras, aunque con la situación de crisis, estamos comprobando cómo muchas trabajadoras españolas que lo habían dejado, han vuelto, y también hay mujeres que buscan ocupación en este trabajo que nunca había desarrollado".
Organizadas
El régimen especial de las empleadas de hogar era y es una injusticia "estancada " en la agenda de sindicatos, partidos y muchos colectivos sociales. Es necesario intentar visibilizar esta situación y que ocupe primera página desde la perspectiva de los cuidados y las condiciones de explotación de las mujeres migrantes y especialmente de las sin papeles. “Realizamos un trabajo digno y queremos que se reconozca”, afirma Graciela.
Cierto es que, abriéndose paso ante las condiciones de vida que se les imponen, estas mujeres se reúnen, se organizan, realizan tareas de difusión y protesta y reivindican sus derechos. De este modo, van creando lazos invisibles y fuertes y encontrando un espacio donde mostrarse, expresarse y salir del anonimato.
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