(CIMAC).- La Cuarta Conferencia sobre la Mujer, que se llevó a cabo del 4 al 15 de septiembre de 1995, cincuentenario de la fundación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en China, Beijing, fue un hecho histórico en la promoción de la igualdad, desarrollo y paz para las mujeres del mundo.
Junto con la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, celebrada en la capital egipcia, El Cairo, en 1994, el encuentro de Beijing heredó importantes acuerdos a favor de la mujer. De El Cairo surgió un Programa de Acción sobre población y desarrollo, y de Beijing una Declaración y otro Plan de Acción.
Ambos instrumentos definieron un conjunto de objetivos estratégicos y explicaron las medidas que debieron adoptar los gobiernos, la comunidad internacional, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado, a más tardar en el año 2000, para ayudar al desarrollo de la mujer.
En la Declaración de Beijing, los 189 representantes de los gobiernos que asistieron –entre ellos México- reconocieron que a pesar de los avances en materia de desigualdad entre mujeres y hombres, está aun persistía y se agravaba cada vez más debido a la pobreza, por lo cual se comprometieron a combatir las limitaciones y promover el adelanto y la potenciación del papel de la mujer en todo el mundo.
La Plataforma de Acción de Beijing reconoció que para que las mujeres accedan a la plena igualdad y progreso, tienen que enfrentar diversas barreras que tienen que ver con factores como su raza, edad, idioma, origen étnico, cultura, religión o discapacidad, entre otras.
Junto con la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, celebrada en la capital egipcia, El Cairo, en 1994, el encuentro de Beijing heredó importantes acuerdos a favor de la mujer. De El Cairo surgió un Programa de Acción sobre población y desarrollo, y de Beijing una Declaración y otro Plan de Acción.
Ambos instrumentos definieron un conjunto de objetivos estratégicos y explicaron las medidas que debieron adoptar los gobiernos, la comunidad internacional, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado, a más tardar en el año 2000, para ayudar al desarrollo de la mujer.
En la Declaración de Beijing, los 189 representantes de los gobiernos que asistieron –entre ellos México- reconocieron que a pesar de los avances en materia de desigualdad entre mujeres y hombres, está aun persistía y se agravaba cada vez más debido a la pobreza, por lo cual se comprometieron a combatir las limitaciones y promover el adelanto y la potenciación del papel de la mujer en todo el mundo.
La Plataforma de Acción de Beijing reconoció que para que las mujeres accedan a la plena igualdad y progreso, tienen que enfrentar diversas barreras que tienen que ver con factores como su raza, edad, idioma, origen étnico, cultura, religión o discapacidad, entre otras.
Por ello, y tomando en cuenta el contexto mundial, se plantearon objetivos estratégicos en las esferas de principal preocupación: pobreza, educación; capacitación, salud, violencia, conflictos armados, economía, ejercicio del poder y adopción de decisiones, mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer, derechos humanos y medios de difusión.
Además se incluyeron temas que hasta ese momento habían sido poco explorados, entre ellos, el medio ambiente, el papel de las niñas y el de las indígenas. Así se expresó la preocupación por la situación social de las mujeres que habitan en zonas rurales y las indígenas, cuyas condiciones de vida y subsistencia diaria dependen directamente de ecosistemas sostenibles.
También se hizo énfasis en la protección de los derechos de propiedad intelectual en materia de conocimientos, innovaciones y prácticas de las mujeres de las comunidades indígenas y locales, incluidas las prácticas relativas a medicinas tradicionales, diversidad biológica y tecnologías indígenas.
Cabe destacar que las tres conferencias mundiales celebradas antes de Beijing (México en 1976, Copenhague en 1980 y Nairobi en 1985), promovieron la conciencia internacional sobre las preocupaciones de las mujeres.
Este año, del 1 al 12 de marzo en Nueva York, se llevará a cabo una revisión de los 15 años de la aplicación y los resultados de la Declaración de Beijing y Plataforma de Acción (Beijing+15).
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