El Foro Social Mundial surgió en 2001 como una alternativa de la sociedad civil frente al neoliberalismo y por su carácter plural y de amplia convocatoria continúa siendo uno de los espacios más significativos para que las organizaciones sociales y civiles. El FSM se plantea oponerse a la dominación global y sometimiento de los pueblos por parte del capital.
Su lema es “Otro mundo es posible” y en su espacio se construyen numerosas alternativas ante el neoliberalismo así como diversidad de estrategias del movimiento social mundial. Las aportaciones que desde el feminismo ayudan a construir una sociedad más justa e igualitaria, siendo una muy importante de ellas.
Las organizaciones feministas y sus razones para formar parte del Foro Social Mundial
Mujeres organizadas en grupos, redes y diversas iniciativas nos hemos incorporado a esta propuesta para participar y expresar también nuestro rechazo al neoliberalismo reconociendo que el mundo se encuentra en un contexto de crisis económica y civilizatoria y que el capitalismo y el patriarcado han hecho una alianza histórica y férrea.
El actual modelo económico conduce las relaciones comerciales orientándolas a la acumulación privada de la riqueza y no a la solución de las necesidades de los pueblos, deshumanizando las relaciones económicas, cuestión que impacta en una producción insustentable, en creciente injusticia y en las persistentes relaciones inequitativas de género, así, las investigaciones no oficiales afirman que la pobreza en México responde a una tendencia estructural de crecimiento y que el número de personas pobres llega a 70 millones, 40 de los cuales están en extrema pobreza y cuenta con un doble rostro: los pobres de la ciudad y del campoi y de éstos, el 70% son mujeres.
Los tratados de libre comercio y su impacto en las mujeres
En México llevamos quince años de apertura indiscriminada de la economía por el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá que por cierto es el tratado más desventajoso del mundo como lo señalan algunos analistas, experiencia que tiende a ser replicada en muchos países a través de los Acuerdos Bilaterales de Libre Comercio. Las mujeres son impactadas diferenciada y desventajosamente por los Tratados. Este proceso les ha llevado, entre otros aspectos, a la búsqueda del trabajo informal, que en México, según cifras autónomas llega al 50% de la PEA desempeñando generalmente el trabajo sub-contratado a domicilio y/o el ambulantaje.
El tratado de Libre Comercio ha dejado en gran vulnerabilidad a los y las trabajadoras asalariadas ya que por presión de las grandes corporaciones se ha inducido la reforma laboral socavando los derechos conseguidos históricamente por el mundo sindical. Las prestaciones que la ley laboral señalaba para las mujeres, por ejemplo, en cuestiones de la maternidad, ahora desaparecen ante las reformas que se están proponiendo para reducir costos de la producción a lo que se ha llamado flexibilidad laboral que incluye al “outsourcing” que contrata a las y los trabajadores fuera de la empresa y que elimina los derechos laborales y de seguridad social.
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