La píldora del día después es un anticonceptivo de emergencia que tiene a la mujer como protagonista. Es ella y no el varón el que ha de consumirla para prevenir embarazos, y la que ha de ingerir, en definitiva, los 1.500 miligramos de levonorgestrel que contiene el producto –un auténtico cóctel de estrógenos– si la pareja decide frustrar la posible gestación. Pese a ello, y pese a que el varón actúa como mero convidado de piedra en todo el proceso, al Ministerio de Igualdad le sigue pareciendo que el polémico medicamento que desde el pasado 28 de septiembre se vende sin necesidad de receta médica en las farmacias de toda España contribuye a la igualdad sexual entre hombres y mujeres.
Así se desprende al menos de la respuesta parlamentaria que el departamento que dirige Bibiana Aído ha enviado al Congreso de los Diputados, y que quedó inscrita en el Registro de la Cámara Baja el pasado 22 de enero, casi cuatro meses después de que los populares presentaran la pregunta escrita al Gobierno. En ella, el portavoz adjunto del PP, Santiago Cervera, inquiría a Aído en los siguientes términos: «¿Considera que los roles que se deben atribuir a hombres y mujeres, en términos de igualdad sexual, se están transmitiendo adecuadamente al haber permitido su Gobierno y puesto tanto énfasis informativo en la posibilidad que tiene la mujer de adquirir la píldora postcoital sin prescripción médica?».
Derechos
Pues el Gobierno considera que «la adquisición de la píldora post-coital sin prescripción médica, efectivamente, es una estrategia eficaz, enmarcada en la nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva, y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo». A continuación, remarca que su objetivo es «avanzar en el ejercicio pleno de los derechos y libertades de la salud sexual y reproductiva de las mujeres, así como una medida más en el progreso de la igualdad sexual».
El Ejecutivo reitera en la respuesta parte de la doctrina con la que justificó la liberalización de la venta del producto, al subrayar que otro de sus objetivos es «facilitar el acceso» a la pastilla, «sin necesidad de prescripción médica a todas las mujeres que la necesiten, independientemente de su lugar de residencia y en el plazo necesario para garantizar su eficacia, consiguiendo de esta manera la accesibilidad universal a ella y contribuyendo a disminuir las inequidades en la salud». Se refiere a la situación existente en las autonomías, según los datos de Sanidad, recogidos en su última Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva: la financiación pública del levonorgestrel era este verano parcial en Ceuta y Extremadura; inexistente en Canarias, Castilla-La Mancha, Valencia, Melilla, Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja, y total en Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Cataluña y País Vasco.
«La píldora postcoital contribuye además a la reducción de embarazos no deseados, especialmente entre las jóvenes y las adolescentes, así como a disminuir el número de interrupciones voluntarias del embarazo, objetivo prioritario de este Gobierno», concluye Igualdad.
Los efectos de la píldora del día después:
23% DE LAS MUJERES sufren náuseas
17,6% DOLOR ABDOMINAL y un 16,9% fatiga
15,6%SANGRADO y un 10,7% dolor de mamas
- Éstas son algunas de las reacciones por el consumo de la píldora detectadas en un informe de Sanidad.
- El estudio reconoce el riesgo de sufrir una trombosis venosa por un uso «repetido y frecuente»
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