El feminismo como el sistema patriarcal nos llegó de importación. No fue tan evidente, hasta entrado el siglo XX, con el inicio del capitalismo, las mujeres se organizaron para mejorar sus condiciones laborales. Al mismo tiempo, las mujeres estaban excluidas como sujetos de derechos políticos y sociales, siendo también pequeños grupos de mujeres de sectores medios, que habían tenido acceso a la educación, las que con su lucha y reivindicación de la ciudadanía pusieron de relieve las contradicciones del liberalismo y su universalidad como doctrina de la libertad y la igualdad.
En las luchas sufragistas están los orígenes del feminismo latinoamericano, que entre otras aportaciones, se reconoce por su crítica e influencia en los enfoques sobre la relación de las mujeres y el desarrollo, tanto desde perspectivas políticas como teóricas.
En los 60 los movimientos feministas en las grandes ciudades de Europa y Estados Unidos, lograron influenciar a la clase media de izquierda.1
El surgimientos de estos grupos se dio en el marco de una aguda radicalización de la lucha de clases que, en el continente, se manifestó en el ascenso obrero y popular cuyas expresiones más destacadas fueron los cordones industriales chilenos, el cordobazo en Argentina, las movilizaciones estudiantiles en México, etc.
A mediados de los 70, sin embargo, la derrota de ese ascenso a través de la contrarrevolución sangrienta en los países latinoamericanos, abrió el curso a una nueva ofensiva imperialista en la región que luego se conoció con el nombre de “neoliberalismo”.2
Los regímenes dictatoriales que se asentaron en gran parte del continente, impidieron el desarrollo de los movimientos feministas, no sólo por la instauración de una ideología reaccionaria basada en la defensa de la tradición y la familia, sino también por la persecución política y el terrorismo de Estado con sus secuelas de tortura, exilios forzosos, cárcel, desapariciones y asesinatos de activistas sociales, gremiales y políticos.
Más allá de enfrentar a la estructura cultural patriarcal en el ámbito privado, es decir en el hogar, el desarrollo del feminismo en América Latina tuvo que ver con la organización de las mujeres, esposas, madres, abuelas, viudas en las calles, para exigir al Sistema Neoliberal cesaran las masacres, los exterminios y hubiera presentación con vida de los desaparecidos.
La polarización social que vivían nuestros países también se traducía en las visiones que se tenían del feminismo: la derecha consideraba a las feministas como subversivas y contestatarias; la izquierda por el contrario, las tildaba de “pequeño burguesas”.3
Algunos grupos feministas realizaron acciones durante los regímenes totalitarios y otras mujeres mantuvieron grupos de reflexión y estudio en un clima de hostilidad, es así que el movimiento feminista recupera protagonismo a principio de los 80, con las caídas de las dictaduras y la instauración de los nuevos regímenes en toda la región.
Los años de terror obligaron a que, una vez instalados los nuevos regímenes las feministas tuvieran que “volver a empezar”. 4
En los 80, la derrota de Argentina en la guerra de Malvinas ya había actuado como un disciplinador para el continente y todo el mundo semicolonial. La lección aprendida fue la de que no había que enfrentarse al imperialismo, que éste era invencible.
Además la “guerra sucia” en Nicaragua, y la desarticulación de la revolución a través de pactos y la cooptación de algunos sectores de la guerrilla, terminaron de cerrar el cuadro de esta ofensiva imperialista que fragmentó y puso a la defensiva al movimiento obrero y popular.
Las feministas de los 80 cuestionaron los límites discursivos establecidos y politizaron problemas hasta entonces despolitizados, crearon nuevos públicos para sus discursos.
La expresión masiva se dio a través de los encuentros feministas, cada dos años primero, y luego cada tres. En ellos se expresarían los avances feministas, las estrategias compartidas, los conflictos en perspectiva y visiones potenciando estrategias y discursos; y se desarrollaría a través de ellos, una variada, rica e inmensa articulación entre lo nacional y lo transnacional.5
Los nuevos regímenes del continente fueron, finalmente, los que garantizaron la continuidad de los planes económicos que significaron la pérdida de enormes conquistas del movimiento de masas.
Durante el periodo represivo y particularmente durante los primeros años de los nuevos regímenes, los grupos de los derechos humanos tuvieron un gran protagonismo en nuestro continente. Estos movimientos organizados para denunciar las torturas, las desapariciones, y los crímenes de la dictadura, fueron protagonizados fundamentalmente por mujeres, (madres, abuelas, viudas).
El que hayan sido mujeres quienes visiblemente encabezaron estas denuncias y las luchas posteriores por el castigo a los responsables por el terrorismo de Estado, y por otro, la política -especialmente- de los Estados Unidos- de priorizar los derechos humanos en la agenda internacional, fueron dos elementos claves para entender el cambio producido en el lenguaje y las formas de reclamo feministas.
Uno de los rasgos significativos de las feministas, fue la intención de perfilar y/o acentuar un discurso de derechos que, recuperando los derechos de las mujeres en las décadas anteriores, los ubicaran como conquista y afirmación de derechos.
En México el feminismo era clasemediero, no eran visibles las feministas indígenas, estaban más preocupadas por la liberación de sus compañeros presos, desaparecidos, en el qué voy a comer mañana, que en exigir el reconocimiento a su participación política a través del derecho a votar y ser votada.
Mientras en Canadá y Estados Unidos en los 80`s ya se privilegiaba el modelo de la etnia, en México, la sociedad dirigente estaba totalmente permeada por el racismo, que aún no le permitía ver a la amplia población indígena como parte de la nación, estaban otra vez, excluyendo e imitando.
Fue hasta 1994 que México se dio “cuenta” de su amplia y marginada población indígena, y que el feminismo clasemediero mexicano conoció otra forma de lucha de las mujeres, como el caso de las milicianas y simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
1 http://www.educacionenvalores.org/escuelaabiertadeformacion/spip.php?rubrique
[Consultado: 27 de nov. 2009]
2 http://html.rincondelvago.com/movimiento-feminista-en-america-latina.html [Consultado: 27 de nov. 2009]
3 Ibíd.
4 Ibíd.
5 http://alainet.org/active/561〈=es [Consultado: 27 de noviembre 2009]
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