La anticoncepción es el medio que nos permite gozar y disfrutar de nuestro placer, de un tipo de variedad del mismo a través del coito. O sea, es el medio por el cual como mujeres podemos decidir con libertad, cuándo, como y con quién queremos quedarnos embarazadas, si ese deseo nos llega en algún momento. La anticoncepción nos permite separar la reproducción del goce sexual. Nuestro cuerpo, en su dimensión tanto física como emotiva y mental, es lo que nos permite ese goce.
Un poco de historia
Las mujeres siempre han sido sanadoras; tenían un gran conocimiento sobre sobandoel uso y propiedades de las hierbas medicinales. Eran las comadronas que iban de casa en casa y los secretos de salud se transmitían de unas a otras.
Desde el siglo XIV al XVII se las etiquetó de brujas y fueron perseguidas, sobre todo acusándolas de ofrecer consejos anticonceptivos y efectuar abortos. Es con la implantación de la medicina como profesión universitaria que se facilitó la exclusión legal de las mujeres de su práctica, ya que ellas no tenían acceso en esos tiempos a la universidad.A través de distintas culturas, religiones y sociedades, se ha ido desarrollando la anticoncepción desde tiempos primitivos. Los primeros escritos sobre el tema son chinos y datan 3 mil años antes de Cristo. Se trata de sustancias como la goma arábiga (extraída de raíces de acacias), que al fermentar libraban ácido láctico, sustancia esta con propiedades espermicidas. Los hindúes, con la misma función usaban la sal de roca intravaginalmente.
La tradición judía se refleja en el Talmud permitiendo la regulación de la anticoncepción en tres casos de mujeres: las niñas aún púberes, la embarazada y la mujer lactante. La anticoncepción se efectuaba mediante la introducción en la vagina de un trozo de lana que funcionaba como tapón.
En la antigua Grecia y la cultura Romana, los métodos eran similares pero solo eran conocidos por una élite cultural y social. En la Edad Media, el Islam no condena el control de la natalidad, ni siquiera el aborto, siempre y cuando estuviera practicado en el primer trimestre de la gestación. La edad media era una disciplina que practicaban tanto los médicos como las comadronas, las cuales realizaban un papel primordial en la sociedad medieval respecto del cuidado de la salud de la mujer.
En la edad media, la iglesia católica, aún conociendo todo el bagaje anticonceptivo del que se disponía, solo permite el uso de los mismos en casos verdaderamente excepcionales.
Las reflexiones de Santo Tomás de Aquino en el siglo XIII, en las que condenaba el uso de la anticoncepción, han venido a tener una influencia fundamental en la moral occidental, lamentablemente hasta nuestros días.
Después de la revolución industrial comienza la idea de regular la natalidad desde un punto de vista colectivo y no de forma particular como en la antigüedad. El artilugio de cubrir el glande del pene se destina en un principio a evitar la extensión de la sífilis galopante que azotaba Europa.
Sin embargo, podemos considerar esta técnica como el inicio de la anticoncepción de los tiempos modernos. A finales del siglo XIX en Alemania, se describen los primeros diafragmas. Por la misma época, en Inglaterra, aparecen las primeras sustancias espermicidas que fueron perfeccionadas en los años 20. Surgen en estos años los primeros dispositivos intrauterinos pero no es hasta los años 60 que son aceptados, tanto por la medicina por la población en general.
Es en 1959 en que se descubre la inhibición de la ovulación a través de la administración de una combinación de hormonas sexuales femeninas sintéticas, estrógenos y progesterona, es decir el nacimiento de la píldora, que supone tanto una revolución científica como social, sobre todo para las mujeres que en un principio ven en ello una ganancia importante en su lucha por la liberación. Pero el uso que en general que la medicina ha dado durante pildoraaños a este método, tiene que ver más con el control de la natalidad a cualquier precio que con la liberación sexual de la mujer.
Panorama actual
Como todos sabemos, existen en la actualidad diversos métodos anticonceptivos que se pueden clasificar de varias maneras, así, se llaman métodos permanentes aquellos que ejercen su función en el cuerpo independientemente del momento sexual, es decir, la mujer siempre está en disposición anticonceptiva (dispositivo intrauterino, píldora anticonceptiva y demás métodos hormonales). Estos métodos permanentes, en principio, necesitan de un control médico, ya que son los que tienen más efectos secundarios sobre el cuerpo. Con estos métodos, los profesionales se sienten más seguros, ya que son ellos en gran medida los que controlan el método…y por ende, el cuerpo femenino.
Los métodos no permanentes son los que se utilizan en relación al acto sexual y necesitan de una información y aprendizaje acerca de su uso. Estos métodos pueden independizarse más del control médico y es la mujer, y en algún caso la pareja, la que debe manejarlos. Poseen pocos o ningún efecto secundario y permiten desde el inicio que la mujer tenga un acercamiento más íntimo con su cuerpo. La mayoría de estos métodos son a los que también se llama “barrera” porque actúan de este modo precisamente: preservativo (masculino y femenino),diafragma, capuchón cervical. También están en este grupo los métodos “naturales” (coitus interruptus, temperatura basal, etc.).
Otra clasificación posible es agruparlos en métodos reversibles, aquellos que una vez se han retirado del cuerpo dejan, al cabo de cierto tiempo, de ejercer su acción anticonceptiva (caso de la píldora o del DIU), y métodos irreversibles, los que, como su nombre lo indica, son para siempre (ligadura de trompas).
Hormonadas toda la vida
Para la medicina alopática (oficial) los mejores métodos son los hormonales en cualquiera de sus formas: píldora (diaria), anillo vaginal (mensual), parches transdérmicos (semanales) o implantes hormonales intradérmicos (3 años), o bien el DIU, ya que según las estadísticas son los métodos más efectivos.
Pero esta afirmación no es tan cierta, ya que la experiencia en nuestras consultas muestra que los métodos no permanentes son métodos en general efectivos y seguros y que las mujeres aprenden de su cuerpo sin ninguna dificultad.
Los avances médicos-científicos en el tema de la anticoncepción están ligados única y exclusivamente a lo hormonal. Cada vez tenemos “mejores” combinaciones…”mejores” formas de administrar hormonas…para lograr interrumpir y desarticular la hermosa estructura biológica del cuerpo femenino. En las sociedades avanzadas el proyecto es: primero, al inicio de la sexualidad activa, en la adolescencia y juventud, dar hormonas para provocar la anovulación.
Cuando más alejado esté este hecho cotidiano de la conciencia de la mujer, mucho mejor. Ya no es pensar cada noche en tomar la píldora, sino que se suplanta por introducir en la vagina un dispositivo hormonal que permite ya “no pensar” durante todo el mes. O bien el implante hormonal intradérmico que funcionará y desconectará del tema a la mujer durante nada menos que tres años. Estos dos últimos métodos, en teoría tendrían menos toxicidad, ya que al no ser orales, se saltan la barrera hepática. Ya veremos su toxicidad en el tiempo.
La anticoncepción hormonal administrada de manera abusiva, durante muchos años, con escasos o nulos períodos de descanso, origina serios trastornos una vez abandonada, al restituir el ciclo femenino. Muchas veces no se consigue ovular de forma natural. Comienzan los trastornos de la fertilidad, lo que agregado a la edad más avanzada para la maternidad, pone en contacto a la mujer con las técnicas de reproducción asistida, con el consiguiente absoluto desborde en la administración de hormonas para estimular los ovarios y obtener óvulos en un número que sobrepasa lo natural. Hoy sabemos que para cualquiera de las técnicas de reproducción asistida, aunque la dificultad de la pareja no tenga que ver con la mujer sino con la producción espermática, se estimulan los ovarios igualmente, tanto sea para una inseminación artificial o FIV. Años más tarde, aparece la THS, con la cual nuevamente se hormonaliza la mujer, esta vez en la etapa menopáusica, para apaciguar la sintomatología hasta nueva orden.
Por lo que vemos, desde la adolescencia hasta pasada la menopausia, podríamos afirmar que no hay respiro para el cuerpo de la mujer. Y que, de no concientizarnos, la estimulación hormonal seguirá acompañando la totalidad de la vida fértil.
El mejor método
Personalmente, aunque pienso que los métodos que producen menos efectos secundarios son los más adecuados, también opino que hay circunstancias en las que, por ejemplo, usar un método hormonal puede ser lo más indicado para una mujer en un momento determinado de su vida. Es decir, también puede ser un grave error indicar un método barrera o natural en un momento no adecuado.
A la hora de elegir un método anticonceptivo hay unos parámetros que se deben valorar y cada mujer elegirá según sus prioridades. Es la mujer en primer y último lugar quien debe elegir lo que es más adecuado para ella en este momento de su vida.
Considero que no existe “El” método con condónanticonceptivo, el mejor…y así lo transmito a mis pacientes, sino que podremos encontrar el más adecuado para el momento actual, para este tiempo de su vida y sexualidad.
*Ginecóloga. Homeópata. Psicoanalista.
Fuente: revista M y S Nº 20, Barcelona, España
Edición: Palabra de Mujer
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