De acuerdo con la especialista las normas culturales condicionan la dependencia a las drogas y el alcohol en las féminas.
Las mujeres encuentran estimulante la adicción a cualquier cosa, sin embargo la dependencia al alcohol y las drogas, es una forma de saciarse de una manera terapéutica, como consecuencia de la opresión de género y de la condición social que les señala la forma en la que tienen que vivir, sostuvo la investigadora María del Carmen Reynoso Delgado.
Lo anterior lo expresó durante su ponencia "Mujeres adictas, una respuesta cultural a la opresión de género", dictada durante el II Coloquio Regional de Estudios de Género. Cuerpos, Tráficos y Poder, organizado por la Dirección de Investigación y Posgrado de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
"La opresión contiene las normas culturales que conforman la condición de las mujeres y en su deber ser, lo cual influye en su manera de beber, de drogarse, de comer, de relacionarse con otras personas y en la manera de cuidar su propio cuerpo", sostuvo.
Esto provoca -dijo la investigadora- que las mujeres sientan que son personas de segunda y que no merecen tener acceso a ciertas condiciones mínimas que se podría equiparar con el acceso de los hombres, como a estudios, alimentación, política, entre otros.
"La opresión no reconoce que los seres humanos tienen derecho a vivir libres de cualquier forma de discriminación por motivo de sexo", puntualizó María del Carmen Reynoso.
Esta condición tiene una respuesta cultural por parte de las mujeres y desemboca en la búsqueda de un estimulante adictivo, el cual sirve como paliativo y aminora sus miedos, su impotencia y su rabia, sentimientos que se presentan en las mujeres más oprimidas.
"Los privilegios de los hombres, crean en las mujeres sentimientos de abandono y orfandad, y hacen que recurran al alcohol o a las drogas como un acto de apropiación simbólica de lo que se les ha sido quitado".
Expresó que desde el momento en que nace una mujer, es señalada con el pecado y la culpa, ya que existen una serie de marcas culturales que están troqueladas en el cuerpo y en la subjetividad y que son parte de las explicaciones de la creación del hombre y la mujer.
En este sentido, apuntó que la condición de género, es la construcción simbólica de los atributos que se asignan a las mujeres y a los hombres, así como las creencias sociales y culturales de lo que debe de ser y hacer cada uno dentro de un contexto histórico y social determinado.
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