viernes, noviembre 13, 2009

Fanny Edelman; una vida, una lucha para que no haya parias en el banquete de la vida

Fuente: La Fede
La presidenta del Partido Comunista fue designada por la Legislatura porteña Personalidad Destacada en el ámbito de la defensa de los Derechos Humanos. Se trata de un nuevo reconocimiento para esta incansable defensora de los derechos de las mujeres, aquella que participó de los movimientos de solidaridad con la causa republicana durante la Guerra Civil española y se alistó en las Brigadas Internacionales. La que en 1937 trabajó activamente en el Socorro Rojo, dirigiendo, entre otras actividades, la campaña de invierno impulsada por Antonio Machado para reunir abrigos, alimentos y medicamentos para los combatientes.

La Legislatura porteña rindió el martes 3 de noviembre un merecido homenaje a la presidenta del Partido Comunista. Fanny Edelman, fue designada “Personalidad Destacada en el ámbito de la defensa de los Derechos Humanos”, uno de tantos espacios donde viene desarrollando una incansable lucha desde las primera mitad del siglo 20.

No sorprende en absoluto la decisión de la Legilatura de homenajear a esta luchadora, pero no por ello deja de ser un orgullo para todos los comunistas.

La designación devino de una iniciativa de la diputada porteña Diana Maffía quien junto al vicepresidente primero de la casa anfitriona, Diego Santilli y los legisladores Teresita Anchorena y Facundo Di Filippo, se dio cita el martes en el Salón Intersecretarías del Palacio Legislativo donde se llevó a cabo el acto de entrega del diploma.


Fue un singular momento en el que, entre otros, acompañó a la presidenta del PC, una delegación de la dirección nacional del Partido y de la juventud que estuvo integrada por el secretario general Patricio Echegaray, Víctor Kot, Emilia Segota, Savador Caputo, Mario Alderete, Jorge Floiridia, Quique Guglielmotti,Alejandro Forni, Martin Sequeira, Gaston Vera, Ariel Elger y el Vasvo.

También estuvieron presentes el Embajador del España, Rafael Estrella Pedrosa y el consul General de España Eduardo Serro Godinho; como así el consejero político de la Embajada de Cuba, Francisco Delgado.

Para inaugurar el acto, Santilli se refirió a la necesidad de contar nuevamente la historia y valoró la actitud militante de la diputada Maffia que aportó singnificativamente para que la problemática de género deje de ser invisible en la agenda pública y recalcó que Fanny Edelman “es un orgullo para los porteños y su Ciudad”.
Luego el titular de la delegación diplomática española, se dirigió a Fanny como “querida y respetada amiga” y destacó su trayectoria como militante política y por los derechos de la mujer, al tiempo que relizó una alta valoración de la “intensa y generosa relación que siempre tuvo con España”.

“Fanny está entre los cincuenta mil compañeros que dejaron todo para combatir junto al pueblo español”, dijo el diplomático sin ocultar su emoción y añadió “ella estuvo allí junto a compañeros de la talla de Hemingway, Vallejos y Neruda”. Y rememoró algunos párrafos de una carta enviada no hace mucho por la presidenta del PC al consul español, en los que Fanny insiste en que, al existir la leyu de memoria histórica, reclamaba su derecho a la nacionalidad española sin renunciar a la propia “para sentirme española”. Tras cartón, la sala estalló en un unánime aplauso, cuando el consul entregó el flamante pasaporte que reconoce a Fanny como ciudadana española.

Clara, serena y contundente

Serena y clara como siempre, pero también con la misma firmeza con la que siete décadas atrás se alistó en las Brigadas Internacionales que participaron en la Guerra Civil española, Fanny Edelman reflexionó “si algún mérito se me puede atribuir es mi inquebrantable fidelidad a los principios y objetivos del Partido Comunista, cuyas filas transito hace sesenta y cinco años”, tras lo que recordó que su militancia “transcurrió durante una parte sustancial de los sucesos que jalonaron el siglo 20 -algunos aún vigentes-, un siglo signado por la gran Revolución Rusa de octubre, ese colosal desafío histórico que transformó el mapa político del mundo”.
Y continuó “fui testigo y partícipe de un tiempo de profundas transformaciones sociales, revoluciones socialistas, sediciones imperialistas, batallas liberadoras, guerras civiles, rebeliones anticoloniales y también la más cruda barbarie: el nazifascismo, aniquilado durante la Segunda Guerra Mundial”.

Un siglo miserable y escandaloso, agonizante pero renaciente, corajudo, grande y heroico, rememoró Fanny al parafrasear al poeta turco Nazim Hijmet. “Ese fue mi siglo, durante el cual irrumpió con inusitado ímpetu la que se llamó ‘la segunda ola feminista’, un movimiento subversivo que abrió una importante brecha cultural, política e ideológica en la sociedad, al reprobar el orden social hegemónico, patriarcal y discriminatorio, exigiendo equidad, el reconocimiento del saber igual para todos los seres humanos”, para luego sentenciar “de las diferentes corrientes que surgieran yo adhiero al feminismo emancipador marxista, que combate la naturalización de los papeles culturales e históricos de secundarización y sumisión de la mujer, junto a la lucha por la abolición del sistema de clases de la sociedad capitalista”.

Y en esa dirección, prosiguió señalando que “la Revolución Cubana, referente excepcional de Nuestra América, prueba fehacientemente el papel relevante de las conquistas alcanzadas por las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad socialista, ya que “esa revolución está en la raíz de los procesos transformadores que transitan pueblos hermanos de Nuestra América, procesos que alientan nuestra lucha por unir ámbitos políticos, sociales y culturales, configurando un espacio único, amplio y plural latinoamericanista de emancipación nacional y social, que apunte a derrotar a la derecha conservadora destituyente y los planes del coloso del norte, para avanzar en la construcción de una alternativa política de poder popular”.

El movimiento de mujeres, refirió luego, “fue el centro de mi actividad durante la segunda mitad del siglo 20, aquí en nuestra casa y en todo el mundo, en una cruzada sin pausa por la defensa integral de los derechos humanos de las mujeres y las niñas. ¡Cuánto me enseñaron y brindaron mis compatriotas y las mujeres de cinco continentes, de todas las razas y credos! Hermandad, humanismo, fraternidad, ejemplos invalorables de coraje, de entrega y decoro, de audacia y sacrificio, de heroísmo cotidiano, de solidaridad sin fronteras, de patriotismo e internacionalismo, de lucha consecuente por la paz”.

Fueron, aseguró más adelante la presidenta del PC, “testimonios, reflexiones, historias de vida de altos valores éticos que me permiten comprobar, una vez más, qué fuerza potencial son las mujeres y, sin pizca alguna de soberbia, reiterar que las mujeres en acción hacemos más profundo y caudaloso el curso de nuestros pueblos”, por lo que “testigo y partícipe de nuestra edad, de nuestro tiempo, puedo atestiguar a tantas décadas de mi ingreso al Partido Comunista que la luchador nuestros ideales enriqueció mi vida”.

Fanny se preguntó entonces acerca de cuál será el destino del siglo 21, si acaso va a ser la centuria de los pueblos emancipados, libres y soberanos. “Así lo anhelo de todo corazón”, señaló con contundencia y finalizó recordando a José Martí, aquel que, afirmó, “nos marca un camino para lograrlo cuando nos dice: ‘La esclavitud de los hombres es la gran pena del mundo y hay que desterrarla’. Y Blanquí, a quien Marx llamaba ‘la cabeza y el corazón de la Francia obrera’, nos sigue convocando a no cejar ‘…hasta que no haya parias en el banquete de la vida’”.

Un merecido homenaje

“El consul nos dio una estocada en el corazón”. De este modo, Echegaray sintetizó el clima que recorrió la sala luego de que el diplomático entregara el pasaporte. También tuvo palabras de agradecimiento para Santilli, el anfitrión del acto, y para Diana Maffia de quien destacó el asierto de haber buscado a la presidenta del PC y “en medio de la vorágine que impone la política, hacer un alto para reendir este merecido homenaje”.

“Fanny va más allá del Partido y los partidos”, recalcó el secretario general del PC, para luego destacar “el sentido latinoamericanista de la lucha que, desde hace décadas, viene desarrollando nuestra compañera, siempre solidaria con Nicaragua, El Salvador, Colombia y cada día con la Revolución Cubana”.

Diana Maffía no ocultó su orgullo de compartir ese momento con Fanny. “Es un privilegio ver como se toca una cuerda y resuenan muchas otras mostrando hasta donde se lleva el compromiso político”, señaló la diputada y tras puntualizar “es bueno tener otra manera de pensar la historia”, destacó que las madres del feminismo fueron las socialistas y anarquistas “ésta es nuestra contribución a hacer la sociedad más humana y abierta, rasgos que forman parte ineludible del sueño socialista”.

Mimos y sopresas

“Abuela especial”



La historia viene de lejos, de una noche en la Habana, cuando de visita en casa de su entrañable amiga Vilma Espín, Fanny conoció a una niña que casi dormida la confundió con su “abuelita”. Desde entonces, para Mariela Castro, Fanny pasó a ser su abuela argentina, su “abuela especial”, tal como encabezó la misiva con la que quiso estar presente, también esta tarde.

Canciones de cuna

La acunaron las canciones que sus abuelas republicanas trajeron de la guerra civil, aquellas de dulces y bellos recuerdos. “Ella puso el cuerpo para nos llegaran”, señaló con emoción Diana Maffia, al tiempo que su mirada se fundía con la de Fanny, esperanzada y optimista.


Presencias y adhesiones


Entre otros, acompañaron a Fanny en este particular momento, sus hijos Lucy y Luis Carlos, nietos, bisnietos y otros familiares. También estuvieron Alicia Blanco en representación del Partido Humanista, la periodista Fanny Mandelbaum, Edgardo Form del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Beinuz Szmucler, Carlos Zamorano, Nora Cortiñas, Jorge Testero, integrante del Centro Cultural de la Cooperación, la integrante de ATE Adriana Zerdín, integrantes de la Multisectorialsectorial de Solidaridad con Cuba, la escritora Ana María Ramb, el dirigente de Apyme Pablo Galeti, la periodista Claudia Korol y Leticia Maronese.

Por su parte, se sumaron epistolarmente, la titular del Cenesex de Cuba, Mariela Castro Espín, la embajadora de Boilivia, Leonor Arauco Lemaitre, quien la saludó en nombre propio, del pueblo de su país y del presidente Evo Morales y la legisladora portela Patricia Waslh.

Agradecimientos

La diputada Maffia agradeció a sus compañeros de bancada Pérez Anchorena y De Filippo, como así a Lohana Brkins, quienes trabajaron intensamente para que el proyecto se convirtiera en ley.

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