miércoles, octubre 21, 2009

Mujeres de Hezbollah...

Por: Josep Torrel / Rebelión.org
Mujeres de Hezbolá (Femmes de Hezbollah, 2008), del realizador libanés Maher Abi Samra, es el intento de acercarse a un partido cuya ideología religiosa no comparte, pero cuya firmeza admira.

En 1982, cuando las tropas israelíes invadieron Líbano, encerraron a los militantes palestinos en campos de prisioneros. En uno de estos campos coincidieron el futuro director de cine Maher Abi Samra y Khadije, una dirigente que venía de Al-Fatah y estaba en el proceso de creación del Partido de Dios (en árabe, Hezbolá).

Mujeres de Hezbolá es un documental cuyo hilo conductor son dos entrevistas con mujeres de ese partido: su vieja conocida, dirigente del partido (Khadije) y una joven militante salida de los cursos de religión y esposa de un mártir del partido (Zeinab).

Khadije alega tres razones para cambiar su antigua militancia: el refugio que le ofreció Dios cuando estaba desamparada en la cárcel, la impotencia ante las masacres de los campamentos de Sabra y Chatila, y el ejemplo de la revolución iraní –en particular, la referencia a las mujeres como factor fundamental de la victoria. Cuando –siendo el jefe religioso y el líder revolucionario- el imam Jomeini pronunció estas palabras era la primera vez que sonaban en el mundo árabe. En los oídos de Khadije sonaron también a algo parecido al feminismo, que ella estaba defendiendo.


Maher Abi Samra no ahorra críticas a Hezbolá, en particular a los asesinatos de quienes no pensaban como ellos. Pero, al mismo tiempo, le concede la lucidez cuando desmonta los intentos de Israel de perpetuar la guerra en el Líbano: importa poco quien luche, la cuestión es que signa matándose para tener un Estado títere.

Por un lado, está la organización comandada por imames chiítas, según los cuáles después del profeta vienen los mártires de Hezbolá. Las calles de Beirut están llenas de banderas como imágenes de algunos mártires. Sus concentraciones presentan un encuadramiento claramente militar: las de los futuros mártires, con un pañuelo atado en la frente, o las de los niños, vestidos de soldados y pisoteando unas banderas israelíes y yanquis, pintadas en el suelo. Mirar eso equivale a recordar los desfiles nacionalsocialistas.

Pero, por el otro lado, está su trabajo social. En una situación como la del Líbano, los servicios sanitarios están desorganizados y desaparecidos. Hezbolá tuvo la audacia de llenar su ausencia: en cada barrio hay una casa de curas del Partido. Uno puede ir simplemente a curarse, pero también están los que siguen cursos de religión (paso previo a la militancia de Hezbolá). Es significativo que el marido de Zeinab se prepara para ser mártir, mientras que los dos hijos quieren ser médicos.

La parte más sorprendente del documental es la rotundidad y radicalidad del feminismo que demuestran Khadije y Zeinab, denunciando la injusticia contra las mujeres. El machismo y el cinismo de los miembros del Partido de Dios lo pone en solfa Khadije (con sarcasmos bien medidos). Zeinab es mucho más contundente: “Si yo tuviese el poder, daría la libertad a las mujeres, les abriría las puertas que aprisionan sus vidas. Si el matrimonio es un inconveniente, entonces también lo aboliré”.

Aún no, y sin embargo, casi. Mujeres de Hezbolá parece querer decir algo, pero es aún muy frágil para contarlo. Al final, Zeinab merodea por un edificio bombardeado en la línea de la costa. Está sola, y tiene una expresión grave –es lícito preguntarse dónde está su marido… si todavía vive. De repente, exclama: “vivimos tanta guerra, y aquí, la belleza se extiende hasta el infinito”. La película se cierra: aunque eso permite acabar el discurso, atisbando los caminos por los que habrán de transitar las mujeres de Hezbolá.

(Tomado de la reseña de la III Muestra de Cine Árabe y Mediterráneo, que se celebrará del 22 al 25 de octubre de 2009 en Sant Feliu de Llobregat, organizada por Sodepau y Cinebaix).

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