Estractos de: Burin, Mabel e Irene Meler. Varones, género y subjetividad masculina. Ed. Paidós, Buenos Aires, 2000.
Si algo caracteriza el estudio de género, es su forma interdisciplinaria con el que se maneja, pero también en los postulados teóricos que estos conllevan; dejando así a un lado las revoluciones teóricas neopositivistas y deterministas. Para esto, al dejar los viejos tópicos se ha hecho necesario postular la noción de elementos antagónicos y conflictivos, pero también para que las demás ciencias involucradas, se resuelvan de modo más eficiente.
Muchos acontecimientos marcaron los inicios en los estudios de genero. Principiando con la llamada revolución francesa y la ilustración, en donde los valores de “Igualdad, libertad y fraternidad” dan inicio de una pauta equitativa. En un segundo termino de importancia, está la segunda guerra Mundial, en el cual se marcaron pro vez primera las oportunidades laborales de las mujeres, insertándose desde lo político hasta lo sexual. De ahí en adelante, se marcaron las distintas revoluciones feministas, como la de los sesentas y su segundo ola de movimiento feminista; los setenta, con su acentuada presencia en distintos círculos sociales; los ochenta con los estudios de género y su visión complementaria entre mujeres y varones, constituyendo una nueva entidad en este ultimo elemento.
Aunado a esto, el termino género queda adscrito a un referente objetivo en 1955 con Jhon Money, quien fue el que propuso el término “papel de genero” (gender role) para la descripción del conjunto de conductas establecidas a los varones y las mueres. Avanzando en esta investigación, a partir de un estudio en nulos con problemas congénitos, tenemos a Robert Stoller, dando la diferenciación entre sexo y género, sujetado la primera biológico, y la segunda a un nivel más cultural. Quedando así las concepción de género, establecida como:“El segmento de la producción de conocimientos que se han ocupado de este ámbito de la experiencia humana, las significaciones atribuidas al hecho de ser varón o ser mujer en cada cultura y en cada sujeto” [1].
En este aspecto y tomando en consideración la teoría de la complejidad (la cual es una postura bastante factible) los estudios de genero utilizan una dicotominia[2] en el análisis general, implicando en ello una diferencia de índole jerárquico y cultural, en base a una diferencia sexual. Estos rasgos de genero, quedan conceptualizados de forma descriptiva, pero tomándolo como categoría de análisis, sus rasgos característicos son:
1. Siempre es relacional: entendido esto de forma conjunta, entre el genero femenino, masculino y las relaciones intragenero.
2. Es una construcción histórico-social: construido a través del tiempo, de diferentes formas.
3. Jamás aparece de forma pura: considerando así, los diferentes aspectos de la multiplicidad humana.
En la multiplicidad humana, también es importante considerar su aspecto subjetivo, en donde se han hecho criticas a los principios esencialistas, biologístas, históricos e individualistas, todas caracterizadas por una inmutabilidad.
Es también notable, que a partir de los años ochenta, se ha desvalorizado el común general que hacían las teorías de genero, al tratar de conceptualizar todas las deficiencias en un solo gran problema. Esto ha marcado la pauta para hacer no solamente estudios de las mujeres, sino de mujeres con problemas particulares y también de hombres con problemas particulares.
Ya en el cambio de siglo, se adviene un debate critico en el cual se hace presente la necesidad de puntualizar herramientas de índole teórico y practico. Estas puntualizaciones, son:
1. Afirmación de que las teorías de genero deben de sostener sus principios originales de critica social.
2. Tomar el concepto de genero como categoría de análisis.
3. Hacer una transformación de las relaciones sociales.
4. Denunciar “lo omitido”, “lo invisible”, “lo marginal”, “lo ausente”, “lo silenciado”, en el discurso social.
5. Tomar como punto de partida el análisis de las practicas de la vida cotidiana, de lo personal, de las subjetividades.
6. Realizan una critica de los relatos o discursos de la modernidad por ser dualistas, por tener principios autoritarios y hegemónicos, porque son esencialistas y ahistoricos y porque son universalistas y totalizantes.
7. Hacer una critica a las teorías feministas que reproducen los discursos de la modernidad.
8. Ofrecer una critica al conocimiento de base positivista y su apoyo al conocimiento.
9. Revisar los conceptos de justicia.
10. Admitir las nociones acerca de la crisis de las representaciones sociales.
11. Insistencia en afirmar la construcción de las teorías feministas sobre el paradigma de la complejidad.
12. Sugerencia sobre la construcción de nuevos conocimientos sobre bases epistemológicas
13. Coincidencia en la necesidad de la participación social y política de las mujeres y los varones.
14. Proponen establecer redes y alianzas entre as diversas corrientes feministas y con otros movimientos sociales
15. Insistencia en la necesidad de repensar la dimensión ética de nuestra cultura.
16. Consideración del feminismo posmoderno a la incorporación de los varones a los análisis de la problemática de la opresión de genero y al cuestionamiento de la construcción de la subjetividad masculina.
17. Tendencia a la interdisciplina, a las “conversaciones” entre las distintas disciplinas a la respecto de un objeto de estudio.
Ante estas puntualizaciones, algunas autoras están denominado al posfeminismo a quines intentan positivizar una diferencia como una expresión de un sujeto social minoritario, enfatizando la discusión entre quines afirman o niegan las esencialidades como forma d entender la oposición masculino / femenino. También, se ha considerado el feminismo de la diferencia, en donde propone una mayor participación de las mujeres como consecuencias de los estratos más evolucionados del progreso de la sociedad tecnológica, aunque, contradictoriamente ubican sus diferencias como únicas, vanagloriándose de tener una irracionalidad, una sensibilidad y una sensualidad que las ubican por encima de los valores masculinos.
Lo que a conllevado el análisis del concepto de genero es a un interesante debate entre el modernismo y el postmodernismo, en donde resalta interesante el hecho de la identidad como concepto central, e incorporados a una subjetividad. Este debate, contrapone lo que en realidad es el concepto de la identidad de genero, identificándolo como una ficción ordenadora transhistorica, que puede regular los comportamientos y las formaciones sociales.
Un punto de interés, ha sido el debate entre lo que es innato y lo que es adquirido. Este punto, de interés particular, señala lo subjetivo que suele ser la asignación del genero en relación a la corporeidad. Tomemos el caso de la transexualidad y su repercusión al concepto binario, en donde es posible observar que la presión social y una adecuación de normas establecidas de los padres, hacen que destaquen unos conceptos sobre otros. Teniendo en cuenta este argumento, se puede adjudicar que la relación naturaleza y sociedad esta definida como una relevancia practica
Otros conceptos antagónicos son el de psicoanalis / sociología, deseo / poder, genero / diferencia sexual simbólica. Todos a su vez, construyen las premisas del objeto de género.
[1] Burin, Mabel e Irene Meler. Varones, género y subjetividad masculina. Ed. Paidós, Buenos Aires, 2000, p. 22.
[2] Es preferible el uso de la palabra dicotomía, ya que engloba siempre una contraposición, significando esto que sus elementos siempre están superpuestos. En cambio, el concepto “binario” responde mas a un orden informativo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario