La violencia contra las mujeres constituye un grave problema en el mundo, que muestra en forma dramática los efectos de la discriminación y subordinación de la masa femenina por razones de sexo en la sociedad.
Su protección y atención constituye una preocupación permanente de las autoridades venezolanas, las cuales intentan acabar con los prejuicios machistas y crear conciencia de que El y Ella no son personas diferentes.
Desde la llegada al gobierno del presidente Hugo Chávez se dio un vuelco al asunto con la adopción de leyes en términos de instituciones de protección y otras iniciativas, en un país donde resultan alarmantes las estadísticas.
Su protección y atención constituye una preocupación permanente de las autoridades venezolanas, las cuales intentan acabar con los prejuicios machistas y crear conciencia de que El y Ella no son personas diferentes.
Desde la llegada al gobierno del presidente Hugo Chávez se dio un vuelco al asunto con la adopción de leyes en términos de instituciones de protección y otras iniciativas, en un país donde resultan alarmantes las estadísticas.
El problema de la violencia de género son actitudes, creencias, comportamientos machistas cultivados mediante una serie de instituciones generadoras como lo pueden ser la escuela, los medios de comunicación, la iglesia, la familia y el entorno de relaciones, afirmó a Prensa Latina el sociólogo Héctor Gutiérrez.
Esos valores machistas -añadió- son porque el hombre es percibido como superior a la mujer, la cual es vista como inferior y “genera una situación de dominación donde ella es despojada de su autonomía, su libertad y dignidad sólo por el hecho de ser mujer”.
El especialista del Departamento de Planes y Proyectos del Instituto Nacional de la Mujer (INAMUJER) señaló que las cifras de denuncias son muy altas.
Sólo el año pasado se hicieron como 55 mil denuncias y estamos hablando de los casos (muchos de los cuales son de violencia física) en que las personas se atreven a denunciar, acotó.
Durante la primera Conferencia Nacional para Erradicar la Violencia Contra la Mujer, celebrado el mes pasado, la magistrada de la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, Yolanda Jaimes, reveló que la Fiscalía conoce de 101 mil 750 denuncias de violencia contra la mujer.
La jurista apuntó que, de esa cifra, 53 mil casos corresponden al área Metropolitana de Caracas.
Gutiérrez comentó que, en los últimos 10 años, en Venezuela se han hecho estudios, a partir de la experiencia nacional e internacional, sobre el tema de los costos y beneficios de la masculinidad sobre la sexualidad machista del varón. Al respecto dijo que se necesita lograr confluencia, unir voluntades y sensibilidades en la población general de Venezuela, y en particular entre los hombres, para crear una red que se pronuncie activamente contra el machismo y apoye la lucha de las mujeres.
Todas y todos somos responsables del problema -afirmó- porque cuando se hace la acusación directa nada más a las mujeres, eso también es discriminación.
”Al acusarla a ella de forma exclusiva como responsable del machismo estamos quitándole responsabilidad a los varones, como si ellos no fueran parte importante también de la forma de reproducir y hacer activas esas actitudes machistas”, agregó.
Un paso importante del gobierno venezolano para defender el derecho femenino fue la puesta en práctica, el 19 de marzo de 2007, de la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Con su aprobación se busca eliminar el silencio social y la falta de acciones concretas en esa dirección, además de permitir al sistema judicial contar con instrumentos legales para realizar acciones coercitivas eficaces y eficientes que sancionen a los responsables.
Un ejemplo de ello fue la creación de 29 tribunales especiales contra la violencia hacia la mujer y en los próximos meses se espera la instalación de otros 20, aunque el propósito es extenderlo por todo el país.
Se ha avanzado muchísimo -aseveró el sociólogo de INAMUJER- en términos de leyes, de instituciones de protección, existen leyes de paternidad y la Constitución reconoce el trabajo doméstico.
Mencionó, además, el decreto que considera la postulación de candidatos y candidatas a elecciones en todos los niveles y la Misión Mujeres del Barrio como paridad 50-50 en términos de proporción.
Como ejemplo significativo, Gutiérrez subrayó que “tenemos muchas mujeres encabezando los órganos de poder del Estado: el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral, la Defensoría del Pueblo y la Asamblea Nacional”.
Es decir, opinó, existe un ambiente idóneo para poder también invitar a los hombres a considerar que ellas y ellos están en pie de igualdad, con los mismos derechos y oportunidades, y en ese sentido poder involucrarlos.
Para el especialista se busca también que el hombre haga una reflexión con perspectiva de género y tenga una actitud más activa en la lucha contra la violencia hacia las mujeres.
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