La despenalización del aborto no obliga a abortar, su penalización si obliga a morir. La depredación de la naturaleza deviene en genocidio.
“La defensa del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte” es una fórmula fundamentalista del Vaticano impulsada como “principio constitucional” en muchas partes del mundo, en interés de oponerse a toda interrupción del embarazo, aun antes de conformado el ser humano.
Es un recurso para penalizar como asesinato el aborto terapéutico destinado a salvar la vida de la madre, el aborto frente a la perspectiva de una criatura con incapacidades básicas para convertirse en ser humano y la interrupción de los embarazos no deseados.
Es, además, una forma de negarle a la mujer el derecho sobre su cuerpo desde una interpretación aberrante, machista y no científica de la vida humana. Una manera de negar la concepción “in vitro”, considerada uno de los grandes avances de la ciencia médica, y también una vía para criminalizar ciertos métodos anticonceptivos.
Es, además, una forma de negarle a la mujer el derecho sobre su cuerpo desde una interpretación aberrante, machista y no científica de la vida humana. Una manera de negar la concepción “in vitro”, considerada uno de los grandes avances de la ciencia médica, y también una vía para criminalizar ciertos métodos anticonceptivos.
Es, además, un intento de presentar como “defensores” de la vida a una alta jerarquía eclesiástica, a una clase dominante-gobernante y a una partidocracia pro-capitalista que a diario promueven la cultura de la muerte por la vía económica, a través de la exclusión social, mediante la contaminación y la depredación del ambiente, promoviendo la represión militar-policial, desatando guerras, saqueando el erario público, destruyendo las fuentes de agua y empobreciendo dramáticamente a la humanidad.
Esa fórmula hipócrita y falsa de defender la vida fue introducida aquí por el Cardenal, por los jerarcas de las iglesias, por el Opus Dei encarnado en los Peligrín Castillo, Orlando Jorge Mera y otro(as), y fue irresponsablemente aprobada por Leonel Fernández, que la incluyó en su proyecto de nueva constitución,
Sí, fue aprobaba por el mismo señor que autorizó al proyecto de Cementera de los Estrella a sembrar la muerte sobre el “carso” de Los Haitises” y que le dio las órdenes a Jaime David Fernández Mirabal para que se auto-liquidara políticamente, instrumentado esa iniciativa ecocida. El mismo que le concede a Manuel Estrella, ahora su socio político, otras áreas de Los Haitises que habrán se facilitarle nuevas explotaciones turísticas cuidadosamente ocultadas.
Una fórmula aprobada por el gobernador de colonia que autorizó la criminal explotación de los sulfuros en la mina de oro de Pueblo Viejo a cargo de la Barry y del señor Cisneros, el mismo magnate que al parecer se le concedió otra parte de los Haitises.
Y en esta cruzada contra la vida este gobierno ha estado en estrecha colaboración con Miguel Vargas Maldonado, con la mayoría perredeísta y peledeista en el Congreso y con toda la representación política balaguerista. ¡Astillas de un mismo palo!
Todos(as) a los pies de López Rodríguez que asume como vida humana lo que no es tal y se alía a quienes por múltiples vías empobrecen, matan y destruyen las condiciones de su existencia.
La ciencia, tal y como se le ha recordado al país el eminente neuro-biólogo mexicano, Ricardo Tapia, ha demostrado:
- Que antes de formarse su corteza cerebral y su sistema nervioso central el feto no es una persona, no es un ser humano
- Que una cosa es un ser vivo y otra cosa un ser humano.
- Que el cigoto y el blastocito, resultado de la fecundación del óvulo, no son personas, como no son medias personas ni el óvulo, ni el espermatozoide.
- Que todavía a los seis meses de concebido, el feto carece de corteza cerebral y no se diferencia de otros fetos de animales irracionales.
- Que hasta las 23, e incluso hasta las 27 semanas de concebida la criatura, no hay conexiones nerviosas; ni hay, en consecuencia, sensaciones.
- Que entre el genoma humano y el del chimpancé hay una similitud del 99% y que solo cuando se completa ese 1% es que puede hablarse de la diferencia entre ambos.
- Que en el caso del cocodrilo la similitud es del 76%, en el de la rana el 56% y el del tiburón 51%.
- Que cada célula tiene el genoma humano completo y que desde el absurdo eclesial la muerte de una célula equivaldría a la muerte de un ser humano.
- Que entre el 15 al 40% de los óvulos fecundados mueren; y que considerarlos seres humanos, ese absurdo podría conducir a prohibir la reproducción.
Asesinato en masa es lo que hace la policía con sus diarias ejecuciones extrajudiciales, es matar de hambre a un pueblo y dejar morir a los niños(as) de enfermedades curables, es quitarles a los campesinos de los Haitises sus alimentos y destruir la fuente de agua de esa zona, comprometiendo la vida de los presentes y futuras generaciones.
La despenalización del aborto no obliga a abortar, su penalización si obliga a morir.
La depredación de la naturaleza deviene en genocidio
¡Basta ya de hipocresías y manipulaciones!
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