martes, junio 02, 2009

Aborto y sociedad: La carga cultural


Fuente: Decidir.org
La circunstancia del aborto por elección está directamente influido por nuestra cultura, y es nuestra cultura la que suele expropiarles a las mujeres SUS cuerpos y la que les arrebata la libertad de decisión sobre su propio cuerpo. Tu cuerpo es el primer territorio de ejercicio ciudadano. En tu cuerpo y desde tu cuerpo se configura tu ser humano, ser persona y ser sujeto/a de derechos.

Como sabemos nuestra cultura está terriblemente ligada, a todo un conjunto de actitudes machistas, pero también a una visión patriarcal —la serie de ideas que hacen que los hombres piensen que pueden y deben decidir por las mujeres como si fueran de su propiedad—. El resultado es una gran paradoja: ¡SUELEN SER HOMBRES QUIENES OPINAN Y DECIDEN lo que una mujer PUEDE o DEBE HACER con SU CUERPO, SU VIDA, SU SALUD Y SUS DERECHOS!


¿Te has fijado en eso?

Irónicamente muchos hombres siguen siendo los grandes ausentes a la hora de apoyar a sus parejas frente a situaciones de embarazo no deseado y la posibilidad de un aborto. Bastantes huyen de la responsabilidad contraída ó sólo ofrecen un limitado apoyo que puede consistir en una aportación económica y una relativa presencia y coparticipación en la toma de decisiones que habría que llevar a cabo como PAREJA pero como persona con capacidad reproductiva; que toma responsabilidad por los actos en pareja; ¿que ama?

Hay hombres que pretenden manipular emocionalmente o imponer su decisión sin respetar el derecho de decisión de las mujeres. Todas esas actitudes pueden obedecer a la dificultad que tienen muchos hombres para reconocer y manejar las emociones que sin duda les despierta la experiencia cercana de un embarazo no deseado y del aborto. Detrás de muchas de estas actitudes se esconde mucho miedo pero un gran desconocimiento y contacto con las emociones que a los hombres despierta una situación de esta complejidad.

Para un número creciente de personas en México y el mundo lo deseable en TODAS las relaciones y las relaciones entre mujeres y hombres sean o NO de pareja, es que podamos construirlas bajo una base de equidad, de respeto y de reconocimiento a las diferencias que como seres humanos tenemos todas y todos, de manera que la convivencia en pareja se torne un espacio donde podamos desarrollarnos de manera plena.

Esto de manera muy lenta parece ser una tendencia, y hoy, cada vez más, sabemos de chavos que son capaces estar, acompañar y apoyar a su pareja sobreponiéndose al viejo mandato de desinterés, alejamiento y violencia que supone el rechazo de involucrarse en una responsabilidad compartida.

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