Más allá del enfrentamiento hombre/mujer
Los hombres somos responsables indirectos de la opresión de la mujer, en la medida en que formamos parte del género dominante y por tanto disfrutamos, queriendo o sin querer, de las ventajas políticas y sociales que esto conlleva. De la misma forma, los ciudadanos que vivimos en el llamado primer mundo somos responsables indirectos del saqueo al tercer mundo, en la medida en que disfrutamos, queriendo o sin querer, de sus riquezas.
Pero nuestro análisis no puede quedarse ahí, debemos ir mucho más allá si queremos tratar el conflicto de la mujer con seridad. Es por ello que el feminismo no puede basarse en que "las mujeres deben luchar contra los hombres". Si bien la opresión a la mujer es algo estructural, hay otras formas de vivir la discriminación, y luchar contra ella debe formar parte de nuestro accionar. Si lo hacemos bien, también nos puede ayudar a no caer en cosmovisiones parcializadas, porque así como el poder globalizado no es sólo machista, sino racista, clasista, homofóbico, adultocéntrico, etc, el movimiento feminista ha de poder hacer coaliciones con otros movimientos antidiscriminatorios, al tiempo que ayuda a esos otros movimientos a no ser sexistas. (1)
Pero nuestro análisis no puede quedarse ahí, debemos ir mucho más allá si queremos tratar el conflicto de la mujer con seridad. Es por ello que el feminismo no puede basarse en que "las mujeres deben luchar contra los hombres". Si bien la opresión a la mujer es algo estructural, hay otras formas de vivir la discriminación, y luchar contra ella debe formar parte de nuestro accionar. Si lo hacemos bien, también nos puede ayudar a no caer en cosmovisiones parcializadas, porque así como el poder globalizado no es sólo machista, sino racista, clasista, homofóbico, adultocéntrico, etc, el movimiento feminista ha de poder hacer coaliciones con otros movimientos antidiscriminatorios, al tiempo que ayuda a esos otros movimientos a no ser sexistas. (1)
En este debate se ha llamado la atencion sobre el lenguaje que se debería usar en los medios de comunicacion (por ejemplo, escribir "todas" en lugar de "todos" cuando nos referimos a un grupo de hombres y mujeres), y si bien este es un debate que como muchos otros creo válido y necesario, pienso humildemente que el movimiento feminista en el estado español debe impulsar que las mujeres sean partícipes del proceso de lucha por un cambio global radical, del proceso de aprendizaje social; que la lucha contra la opresión de género se dé partiendo de las demandas que se han negado durante siglos a las mujeres (y que, además, son también demandas negadas a los hombres): el derecho a ser personas, el derecho a compartir justamente los productos de su trabajo, no ser usadas sólo como un instrumento, un papel, un útero, un par de manos o una espalda o un conjunto de dedos; a participar plenamente en las decisiones de su lugar de trabajo, su comunidad; a hablar por ellas mismas, por derecho propio. (2)
Construcción del movimiento feminista radical
Las mujeres, además de sufrir la opresión de género, sufren otro tipo de opresión que les hermana a los hombres: la opresión de clase. Las mujeres burguesas reivindican sus derechos como mujeres y sus derechos como burguesas. Y de la misma forma que la lucha de clases no puede olvidar la lucha contra el sexismo, el racismo o la homofobia, tampoco debe el feminismo olvidar la lucha de clases.
Las mujeres deben imponer en la sociedad y en los medios de comunicación el espacio que les corresponde. No basta con que un medio de comunicación, formado casi siempre por mayoría de hombres, trate el tema de la opresión de género o abra un "suplemento especial" sobre el tema.
Las mujeres, como vasto sector social oprimido que forman, deben autoorganizarse y conquistar el protagonismo que merecen en la sociedad, de la mano y en confrontación con los hombres. Avanzar hacia el fortalecimiento radical de su participación, no sólo en los medios de comunicación, sino en todos los ámbitos de lucha política y social.
Hacer más fuerte el feminismo de clase ayudara a mejorar las condiciones de vida de las mujeres, nos llevará al acercamiento entre vosotras y nosotros, supondrá un revulsivo en las conciencias revolucionarias, que nunca lo serán sin la ayuda de las mujeres.
Pero tened clara una cosa, son las mujeres por sí mismas las que deben construir un movimiento que defienda sus derechos. Si algo nos demuestra la historia, nos guste o no, es que los hombres no lo harán por vosotras.
NOTAS
1. Alda Facio, ante Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe.
2. Adrienne Rich.
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