Internet amplió el mercado para tráficos ilícitos de personas, armas y drogas. La web facilitó la llegada a más clientes y la captación de más víctimas, y es útil para concretar operaciones ilegales, múltiples, simultáneas, transnacionales sin dejar rastro. Estas son algunas de las conclusiones a las que arribó la investigadora Susana Finquelievich en su trabajo ''El lado oscuro de Internet: tráficos en la web. Consecuencias sobre mujeres y niñ@s'' y que profundiza en esta entrevista.
La relación entre la trata y tráfico de personas y las tecnologías de la información y comunicación (TIC) empieza a investigarse. Susana Finquelievich fue una de las especialistas en TIC que se preguntó de qué manera y en qué medida Internet estaba implicada en el tráfico de personas, armas y drogas, aunque está especialmente interesada en el ''tráfico humano''.
La relación entre la trata y tráfico de personas y las tecnologías de la información y comunicación (TIC) empieza a investigarse. Susana Finquelievich fue una de las especialistas en TIC que se preguntó de qué manera y en qué medida Internet estaba implicada en el tráfico de personas, armas y drogas, aunque está especialmente interesada en el ''tráfico humano''.
Hace un año presentó ''El lado oscuro de Internet: Tráficos en la web – Consecuencias sobre mujeres y niños'', en el Instituto de Estudios Críticos de México. Este estudio se conocerá en Argentina a través de una publicación de FLACSO entre marzo y abril.
Finquelievich, actualmente directora del Programa de Investigaciones sobre la Sociedad de la Información de la UBA, está convencida de que las redes de tráfico constituyen el lado oscuro de Internet. ''La web hace crecer el mercado en su totalidad para las organizaciones criminales, y las mujeres, niñas y niños son las poblaciones más vulnerables'', aseguró.
La investigadora explicó que Internet, junto con el potencial de las TIC, celulares, cibercafés, e-mail, websites, ampliaron el mercado para las redes de tráficos, porque pueden atraer más clientes, y al mismo tiempo captar más víctimas.
''La web facilitó la exhibición de mujeres, niños y niñas como mercancías; las víctimas de la trata no sólo son esclavizadas en prostíbulos, wiskerías o night club, sino que también son explotadas a través de las nuevas tecnologías, que permiten capturar imágenes, multiplicarlas y exhibirlas en forma infinita por ejemplo en páginas web pornográficas o pedofílicas'', ilustró Finquelievich.
En cuanto a las víctimas, el crimen organizado utiliza Internet para ofrecer trabajos ficticios vía e-mail o colgando anuncios en sitios web. Simultáneamente acceden a links con información sobre personas, el ámbito en el que se manejan, las condiciones en las que viven, etcétera.
La experta señaló por otra parte que en el mundo virtual no existen fronteras. Las redes globales de tráfico pueden realizar transacciones económicas y financieras, por ejemplo vendiendo mujeres tratadas para explotación sexual o pornografía infantil mediante fotografías y videos digitalizados en distintas partes del mundo. ''Estas operaciones ilícitas ocurren en tiempo real, de modo que ganaron en velocidad, pero también en simultaneidad'', añadió.
Con las TIC, las y los criminales pueden desvanecerse sin dejar rastros. ''Un delincuente puede comprar un celular, enviar un mensaje dando una orden y luego desecharlo'', ejemplificó la experta, en referencia a otros de los abordajes que realizó en el estudio.
Complicidad de los Estados y la sociedad civil
Susana Finquelievich denunció que no hay forma de esclavizar personas, explotarlas y comercializarlas a través de Internet sin la participación de los gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil.
''Las empresas pueden ofrecer servicios perfectamente legales y realizar ilícitos. En México hubo un caso en que el dueño de una empresa de transporte descubrió que sus choferes transportaban droga para incrementar sus ganancias, y decidió coimearlos. Les exigió un porcentaje de las ganancias. Es una empresa legal que explota un área ilegal'', detalló.
Frente a la connivencia de los Estados y la sociedad civil, la investigadora cree que ''es muy difícil pensar en soluciones. Por ahora una solución posible es controlarse uno de no traficar, no vender, no consumir imágenes pornográficas, etcétera. Explorar Internet rápidamente puede llevarnos a sitios digitales con pornografía, inclusive hay páginas web de organizaciones críticas a este tipo de exhibición y sin embargo contienen hyperlinks que la promueven''.
Mencionó entonces algunos de los peligros que acechan principalmente a mujeres, adolescentes y niñ@s usuarios de las nuevas tecnologías. ''Hay que chequear las ofertas de empleo, en especial si provienen del extranjero, países limítrofes u otras regiones. Hay que pedir todas las referencias posibles. También hay que cuidar de no exponerse en Internet; es una red social virtual donde es muy fácil averiguar costumbres, hábitos, entornos, sobre todo de las adolescentes''.
En cuanto a los y las niñas, ''los padres deben conocer los lugares en los que chicos y chicas hacen uso de las nuevas tecnologías. Deben acompañarlos, prevenirlos, contarles claramente qué peligros pueden correr. Hay cierto control en los cibercafés, la normativa vigente exige filtros para determinados sitios pornográficos, no así para los sitios de violencia''.
La investigadora reconoció igualmente que son imprescindibles ''acciones gubernamentales. Tenemos que pensar cómo parar estos tráficos o cómo disminuirlos. Muchas veces ponemos el acento en los traficantes o en las víctimas, y pocas veces en los clientes. Deberían existir más sanciones para clientes de sitios pornográficos o que promocionan el turismo sexual infantil'', concluyó.
Un enfoque particular
El trabajo de Finquelievich ''El lado oscuro de Internet: Tráficos en la web – Consecuencias sobre mujeres y niños'', consta de cuatro partes: un breve recorrido conceptual sobre Internet y sus impactos sociales; un análisis conceptual del informacionalismo, las redes sociales, económicas y políticas, y la sociedad-red, como marco teórico para comprender los tráficos en la red; un recorrido por diversos tipos de tráfico y sus desarrollos en Internet, teniendo en cuenta el tráfico de información en redes, que ejerce impactos sobre los lazos sociales a nivel nacional e internacional, y que impone nuevas pautas de conducta tanto colectivas como individuales; y nuevas pistas de investigación.
La investigadora explica que ''la particularidad del enfoque elegido reside en que los tráficos mencionados, aunque traten con personas y objetos reales, se basan fundamentalmente en la circulación de información, en un nivel de velocidad, alcance global, simultaneidad y alcance multitudinario, 'de muchos a muchos', no conocido previamente en la historia humana. Este trabajo analiza las maneras en que el uso de Internet influye en estos tráficos, y en la que éstos, a su vez, van transformando las relaciones sociales, las redes de finanzas y poderes, y las mismas acciones individuales''.
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