miércoles, marzo 18, 2009

Fundamentalistas avanzan en congresos y gobiernos de la región

XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe
Por: Gladis Torres Ruiz

En México, varios Congresos locales aprueban cambios a sus constituciones para impedir cualquier tipo de interrupción legal del embarazo (ILE); en Perú, el gobierno de Fujimori “lo primero que nos regaló fue un ministro de Salud fundamentalista”, en Brasil, 20 por ciento del parlamento es expresamente fundamentalista y criminaliza los derechos de las mujeres, y existe además una asociación mundial de parlamentarios provida que son activos en diferentes partes de América Latina.

Este es, según Virginia Vargas, feminista peruana, una parte del panorama que enfrentan hoy las mujeres latinoamericanas y del Caribe, ante el avance de los fundamentalismos y su empeño por desaparecer o acotar los derechos humanos de la población femenina.


Durante su participación en la primera plenaria del XI Encuentro Feminista de América Latina y del Caribe, realizada en el ex convento de Regina Coelli, en el Centro Histórico de esta ciudad, la feminista aseguró en su ponencia Las realidades latinoamericanas ante los fundamentalismos hoy, que las posturas fundamentalistas aumentan las situaciones de vulnerabilidad para las habitantes de la región.

Sin embargo, dijo, las mujeres luchan permanentemente contra estas posiciones y ejemplo de ello es que los conservadores no han logrado que se considere “día del no nacido como parte del calendario oficial”.

ESTADOS “DE IZQUIERDA” NO SON LAICOS

La mayoría de lo Estados en la región no son laicos, explicó, los gobiernos de “izquierda o moderados”, no asumen los derechos de las mujeres, especialmente los derechos sexuales y reproductivos, como en Nicaragua, donde no solamente ataca a las mujeres, sino eliminan las leyes de aborto terapéutico.

Pese a ello, lamentó Vargas, la llamada “izquierda latinoamericana sigue considerando a Daniel Ortega y al gobierno actual parte de la izquierda ¿Qué estamos entendiendo por izquierda?”, se preguntó la feminista.

El Estado laico, afirmó, es el fundamento de una conquista democrática esencial, cuyo principio sustancial es la no ingerencia de doctrinas o intereses privados en las políticas públicas de los Estados.

Así como no queremos que el poder económico subordine al poder político --que ha sido toda la pelea contra el neoliberalismo--, tampoco queremos que el poder de interese privados y religiosos subordinen los intereses públicos de las y los ciudadanos y controlen las conductas privadas de las personas.

El carácter laico de los Estados es una dimensión democrática fundamental, sin embargo “hay posiciones laicas con posturas profundamente neoliberales, que son consecuentes con la libertad del mercado y entonces defienden a libertad de los individuos”.

Virginia Vargas afirmó que los nuevos fundamentalismos en los Estados conservadores de la región han comenzado ha desarrollar una nueva estrategia: si antes eran de presión política, ahora tienen influencia directa con cargos de representación.

FUNDAMENTALISMO POLÍTICO Y ECONÓMICO

En la actualidad, coincidieron en señalar varias participantes en el Encuentro, los fundamentalismos no pueden reducirse únicamente a lo religioso, pues hay ejemplos como el neoliberalismo, el conflicto árabe-israelí, la crisis económica, donde los cuerpos de las mujeres son el blanco principal.

Si bien el arquetipo del fundamentalismo es el religioso, en esta época se le suman otros modelos, tales como los científicos, culturales y económicos, es decir “todo lo que piense que su verdad es la absoluta, imponiendo sus puntos de vista y pretendiendo “eliminar la diferencia”, es fundamentalismo, afirmó Vargas.

Así lo señaló también Norma Sanchos, de Argentina, quien explicó que la concepción de fundamentalismo se ha extendido a otros campos, como el político y económico.

”Cuando Bush hablaba del nuevo orden mundial, del eje del mal, obviamente es un tipo de pensamiento fundamentalista, una posición que no admite crítica, que se considera superior a las demás, que desconoce el resto de las posiciones o las devalúa, que tiene una actitud agresiva frente a posiciones que difieren o simplemente de ignorar otras alternativas”.

Por su parte, Jenny De la Torre Córdoba, de Colombia, precisó que podemos señalar al fundamentalismo como un monocultivo de la mente, es decir, una manera de sembrar en la mente una dominación que luego se filtra en la tierra. Es decir, el fundamentalismo primero nace en la mente del sujeto dominante y se filtra en la mente dominada o en los sistemas. Y de esta manera elimina la pluralidad, forjando modelos de dominación, que legitiman subordinación, remplazan la libertad por uniformidad.

Desde el punto de vista económico, agregó la feminista argentina, el neoliberalismo ha introducido una perspectiva muy fundamentalista del mercado, siendo la crisis económica una mutación patriarcal de los sistemas que han hecho que los cuerpos de las mujeres, en especial los de las mujeres mestizas de América Latina y el Caribe, estemos fragmentadas.

Martha Sánchez, feminista indígena de México, señaló que pesar que la sociedad es homogénea es en sí un fundamentalismo muy grave que tenemos que erradicar para reconocer estas diversas pluriculturalidades en el mundo. “Los fundamentalismos hoy día sólo se están trasformando de rostro, para las mujeres indígenas no es novedad el fundamentalismo económico, es decir la crisis económica, para nosotras es un reto constante”, dijo.

La crisis creada por el neoliberalismo es una estrategia que día con día alimentan, violentándonos psicológicamente, y que seguramente lograrán colar hasta en las agendas de la sociedad civil y de las feministas.

Entre los impactos que los fundamentalismos han tenido en la vida de las mujeres indígenas y sus poblaciones, señaló Martha Sánchez, están el alto índice de mortalidad materna y la expansión de la pandemia del VIH/SIDA.

Las panelistas coincidieron en que no hay una democracia creada desde la visión femenina, las “democracias” que hay están gobernadas por hombres, por lo que consideraron es hora de ir por otros niveles de participación para las mujeres.

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