sábado, enero 10, 2009

MELLA Y LA EMANCIPACION DE LA MUJER

Se cumple hoy, 10 de Enero, el 80 aniversario de la muerte del dirigente estudiantil Julio Antonio Mella, asesinado en Ciudad de México por matones del dictador Machado.

Con lúcida visión el joven líder condenó en todo momento la opresión que sufría la mujer en aquella sociedad. Para él la emancipación femenina fue un objetivo político a lograr y así lo expresó en sus diferentes artículos en la prensa.

Mella se había sensibilizado con el movimiento feminista que empezó a manifestarse en Cuba a partir de 1923. Las mujeres lo acompañarían en la toma de la Universidad, la Reforma Universitaria, la huelga de hambre que puso en peligro su valiosa existencia.


En su exilio mexicano continuó abogando por los derechos de la mujer. Sería la revolucionaria y fotógrafa italiana, Tina Modotti, quien compartió su lucha y amor, quien recogió sus últimas palabras: “Muero por la Revolución”.

RECUERDOS DE CHARITO

Rosario Guillaume, Charito, lo conoció muy bien. La militante no solo lo acogió como un hijo sino que aprendió de él, de su ideario político. Al referirse a la Reforma Universitaria, recordaba: Ya desde entonces las mujeres que luchábamos por los derechos femeninos secundamos las actividades de Mella, porque él a su vez se solidarizó con nuestras luchas. Él advirtió que ningún movimiento revolucionario puede prescindir del factor femenino, y entre las reivindicaciones que alentó estaban las que nosotras defendíamos…

Para mí es inolvidable aquella noche en que se reanudaban las labores en la Universidad. Las mujeres que en el Congreso Femenino que se efectuaba a la sazón, defendíamos la igualdad de los hijos ilegítimos, el divorcio y otras medidas progresistas, estábamos amenazadas con ser expulsadas del Congreso. Cuando llegamos al Instituto, Mella nos dedicó una de sus más sentidas y brillantes oraciones, en defensa de nuestras ideas de progreso y justicia.

Charito definía a Mella como un joven de gran entereza moral, generoso, que tenía el encanto de seducir a las multitudes. Era amable, delicado, y jamás fue grosero ni equívoco con sus compañeras de lucha.

Muchas veces a la salida de actos o asambleas turbulentas, íbamos en grupo muchachas y jóvenes hasta el Malecón invitados por él para distraer la imaginación con poesía, y allí recitábamos versos bajo la luz de la luna, sin que jamás Mella tuviera la menor indelicadeza con sus compañeras, sino todo lo contrario: era respetuoso y caballeroso en extremo.

En aquellos momentos de evocación, Charito se refería a las diferentes movilizaciones de las mujeres cubanas a favor de la libertad de Mella cuando éste estaba en huelga de hambre. En esa ocasión destacadas intelectuales y dirigentes obreras acudieron hasta su lecho para cuidarlo. En la calle se sucedieron las manifestaciones para condenar al “Asno con Garras”.Todos los actos tuvieron culminación en un mitin efectuado en el Parque Central, donde las mujeres dijeron presente y participaron decididamente, bajo la dirección del Comité Pro Libertad de Mella.

CONTRA EL MACHISMO
En los círculos estudiantiles el machismo estuvo rondando en la época de Mella. Algunos dirigentes estaban en contra de que las mujeres dirigieran y ponían freno al desarrollo político de la masa femenina dispuesta aprobar con talento que podía asumir cualquier tarea al igual que el hombre.

Se cuenta que Carlos Gutiérrez, por entonces alumno de Farmacia intentó implantar en esa escuela la ley sálica y prohibir que las estudiantes pudieran representarlos.

En una de las sesiones del Directorio, Mella discutió acaloradamente con Gutiérrez, quien de ninguna manera entraba en razones, no obstante que Julio Antonio exponía con claridad su pensamiento al expresar que confiaba en la capacidad femenina para ocupar cualquier cargo.

Resultó de tal magnitud la disputa que se fueron a las manos. Así protestaba el líder revolucionario contra el tal Gutiérrez, quien se oponía a que la joven Ofelia Paz ocupara la presidencia de los estudiantes de Farmacia.

NO LLORANDO, SINO LUCHANDO

A los 26 años llegó Julio Antonio Mella a México y pronto desde El Machete escribe artículos donde fija su posición de revolucionario. Allí conoce a la fotógrafa italiana Tina Modotti y la misma lucha, el amor los unen. A ambos se les vio en los mítines, en la redacción de los periódicos, haciendo propaganda en los sindicatos…Aunque corta fue fecunda la trayectoria del joven cubano, que solo la muerte pudo truncar aquel 10 de enero de 1929, en la capital mexicana. Tina, quien estaba a su lado recibió sus últimas palabras “Muero por la Revolución”.Magriñat fue la mano armada que ejecutó el asesinato por orden de Machado.

Tina Modotti expresaría en el Teatro Hidalgo: “En esta noche, al cumplirse un mes del cobarde asesinato, nosotros honramos su memoria y prometemos seguir su camino hasta conseguir la victoria de todos los explotados del mundo, y así honraremos su memoria en la forma que más le hubiera gustado: ¡no llorando, sino combatiendo!

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