sábado, noviembre 29, 2008

Venezuela. Un periodismo con nuevos códigos



Layisse Cuenca

En la construcción social de lo femenino y lo masculino, los medios de comunicación son los que dan significado y validan ciertas conductas asociándolas a roles y estereotipos de género establecidos y reproducidos a menudo por ellos mismos.

Medios no sólo de comunicación


"Los medios de comunicación forman parte de la sociedad en la que trabajan, y al mismo tiempo, la configuran diariamente. Tienen por lo tanto los mismos prejuicios sexistas que el resto de los colectivos; mantienen jerarquías masculinas y la discriminación de género instalada socialmente. Además de informar, proponen modelos sociales, formas de pensar y comportarse; por lo tanto, enfrentar como problema estructural, a la violencia de género, sin tomar en cuenta cómo los medios hacen representación textual o simbólica de las mujeres, sería cuesta arriba, poco menos que imposible. Porque si bien es cierto que hace décadas se consideraba que los medios eran sólo un “reflejo” de la sociedad patriarcal, en la actualidad está muy claro que los medios son un agente socializador, que compite con la familia y con la escuela en la formación de la subjetividad de las personas y en los modelos de humanidad a seguir."


Invisibilizadas

Las mujeres siempre hemos sido partícipes directas del acontecer histórico, sin embargo, es necesario que se sepa, que hemos sido ignoradas cuando esos hechos son recontados, organizados y analizados, en lo que conocemos como historia. De la misma manera, las mujeres estamos presentes en hechos cotidianos que son cubiertos por los medios de comunicación, que también nos excluyen del relato periodístico, que sobre esos eventos se realiza –en esa verdad mediática-.

Estereotipadas

El uso de estereotipos hace habitualmente que las mujeres que aparecen en los medios son las que responden a los ideales masculinos, es decir, bellas, jóvenes, altas, rubias, de medidas 90-60-90 (modelos, mises, artistas). Nunca vemos la presencia protagónica de las mujeres criollas, latinas, negras, indígenas, de baja estatura, etc. Hay estudios (monitoreos) que indican que las mujeres sólo somos reflejadas en los medios de comunicación en las tareas que han sido tradicionalmente asignadas: madres, amas de casa, esposas, consumidoras. Sólo hay un apartado en donde aparecemos como "protagonistas", y es cuando somos asesinadas, por el hecho de ser mujeres.

Violencia de género

Los/as periodistas no estamos familiarizados/as con este tema, por eso incurrimos en focalizar a las victimas y no a los agresores; siempre hay una ausencia de análisis y contextualización de la noticia; se mantienen fuentes de información de costumbre sin conocimientos específicos sobre el tema; se le da credibilidad a fuentes desinformadas, comentarios del vecindario, conocidos/as.

A diario leemos noticias donde no ha sido posible que los/as periodistas dejen de emplear erróneas y hasta vergonzosas expresiones cuando se refieren al feminicidio (asesinato por el hecho de ser mujer), nombrándolo como "crimen pasional", "asesinada tras un ataque de celos", "problema sentimental", "asesinato producto de una separación", "móvil sentimental", "desavenencias conyugales" o "después de una fuerte discusión…", con amarillismo, sensacionalismo. Se le da cobertura noticiosa sólo a los asesinatos de mujeres, pero se invisibiliza la violencia de género que no tiene desenlace mortal. La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida libre de Violencia (2007) establece diecinueve tipos de violencia de género.

Colegas periodistas, debemos tener presente que desde los medios de comunicación, podemos ejercer más violencia contra las mujeres a través de las palabras de la noticia que redactamos. Es por ello, que insistimos en la necesidad de establecer un código lingüístico. Habitualmente, las noticias sobre violencia de género aparecen en las páginas de sucesos de los periódicos, lo que no es casual. La violencia de género continúa siendo tratada como un hecho aislado "problema entre un hombre y una mujer" y no como delito, problema social, de Estado, de salud pública y de derechos humanos.

Responsabilidad Social

Los medios de comunicación tienen una importante responsabilidad social para enfrentar la violencia de género. Es por ello, que consideramos muy necesario la apertura de espacios de reflexión con/para periodistas, sobre el tratamiento equivocado que vienen dando hasta ahora a la información sobre violencia de género.

A su vez las ONG necesitamos acompañamiento de los medios para que el Estado provea todos los recursos necesarios a las mujeres, éstas encuentren respuesta oportuna y sus denuncias sean procesadas, en este sentido, necesitamos apoyo de los medios para denunciar la "Violencia Institucional de Estado", de organismos gubernamentales que no cumplen con la responsabilidad, obligación y competencia que la Ley les ha asignado, este tipo de violencia paraliza a las mujeres, genera en una buena medida la impunidad.

Formación en Género

El "género" es abordado en las redacciones tomando como referencia el imaginario cultural patriarcal de los/las periodistas. En las escuelas de Comunicación Social del país no existe una cátedra que forme en género a los/as futuros/as periodistas. No nos enseñan a escribir noticias de violencia de género, es más, ni siquiera nos mencionan el término 'Género'. Partiendo de allí ¿cómo podemos exigirles a los/las profesionales de la comunicación que rompan con los viejos esquemas? ¿cómo explicarles que nos encontramos en una sociedad donde reina el patriarcado y el androcentrismo? Si no manejan el marco conceptual de género ¿cómo van a conocer de dónde proviene la invisibilización de las mujeres a la cual los periodistas con nuestro lenguaje contribuimos en cierta medida?

Es necesario hacerles conocer el por qué de la violencia contra las mujeres, qué es el 'Círculo de la Violencia'; para que puedan comprender por qué después de siete u ocho años de ser víctima de violencia es cuando una mujer se atreve a denunciar, según lo refleja la estadística mundial. Es perentorio sensibilizarles sobre el valor, el coraje, de que se debe armar una mujer víctima de violencia de género para presentar una denuncia, para luego pasar por el trago amargo de que ésta no es tomada en cuenta por los órganos receptores de denuncia, o un colega o una colega periodista desinformado/a desestime dicha información por considerarlo "algo doméstico", información "caliche".

La Ley no es sólo punitiva

Pido a mis colegas que nos acompañen, a las mujeres, a la ciudadanía en general, a fin de que el articulado de la Ley referido a la prevención, comience a hacerse realidad; en este sentido, hacemos hincapié en la atribución y responsabilidad que la Ley le confiere al Ministerio de Educación, al Ministerio de Educación Superior, al Ministerio de Comunicación e Información, pues no existe todavía ningún proyecto de estos organismos dirigido a la prevención de la violencia de género ni a incorporar el tema 'Género' en los programas de estudio en los diferentes niveles de la educación, contemplado en la Ley. Las instituciones gubernamentales hasta ahora sólo hacen énfasis en desarrollar el articulado punitivo de la Ley y hacer llamado a las mujeres víctimas para que denuncien.

Nuestros sueños

Incorporar el género al ejercicio del periodismo como categoría de análisis transversal en todo el proceso comunicativo, es decir, que toda la información, todos los temas, sean tratados bajo la perspectiva de género.
Ojalá que algún día de las universidades de Venezuela egresen periodistas expertos/as en Género al igual que egresan en Desarrollo Comunal, Audiovisual, Economía, etc.
Pero, lo más importante es, que quienes trabajen en los medios de comunicación, destierren de sus mentes y corazones el sexismo, el machismo. Esto requiere un ejercicio de autoanálisis.

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