sábado, noviembre 01, 2008

Livia Gouverner: La Virgen Roja de la Revolución


Mujer, Joven y Comunista, ejemplo de generaciones!

Nacida el 15 de julio de 1941, en Caracas, Venezuela.
Heroína de la juventud, asesinada por esbirros batisteros cubanos refugiados en Venezuela. El 1 de noviembre de 1961, exiliados batisteros dispararon contra estudiantes universitarios que llevaban a cabo una manifestación de apoyo a la Revolución Cubana dando muerte a Livia Gouverner, de 20 años, alumna de la Universidad Central de Venezuela.

El recuerdo, respeto y cariño hacia esta sacrificada mujer que fue Livia Gouverneur, perdura entre las y los revolucionarios venezolanos, cubanos Y Latinoamericanos.

El hecho ocurrió a la 9 y media de la noche cuando brigadas de estudiantes de la UCV protestaban por la presencia de los cubanos batisteros en la quinta “La Hogareña” en Las Acacias. Desde su llegada al país, los batisteros se habían dedicado a conspirar contra las organizaciones revolucionarias venezolanas y constituido en bandas de provocadores. La protesta fue recibida a balazos desde la residencia de los exilados. Los estudiantes condujeron el cadáver de Livia hasta la casa de sus padres, situada entre las esquinas de Centro y San Benito, San José del Ávila. Livia Gouverner era una destacada activista de la Federación de Centros Universitarios y militante de la Juventud Comunista.

Al día siguiente, millares de estudiantes se congregaron en su sepelio en el Aula Magna de la UCV y rindieron un emotivo homenaje a su memoria.

Livia Incendia la Pradera

El moscardón de secas soledades,
reyezuelo de alma grasienta y sombrío corazón
coronado bajo aguaceros de muerte
con sotanas y lunas.
Soberbio y los verde social verdugos
atendiendo órdenes de la Embajada americana,
dijeron que a Cuba había que destruirla:
abrieron las puertas
a la resaca de todo lo podrido
y facturaron el basural del mundo.
Insurgieron contra el hombre.
Buscaron poderío en el hambre y la miseria.
A la tuberculosis, al suicidio,
fueron entregados 500 mil desempleados
(el resto para abonarlos a corto plazo)
y mandaron a crecer y multiplicarse.
Se aliaron con los curas, el odio, el silencio.
Se aliaron con el ordenamiento de las bayonetas,
con la noche de las alambradas y la crueldad de los burgueses.
Se aliaron con lo más cercano al deshonor,
con la identidad de la podredumbre.

Y así la flor del cundeamor y la cumbre de la colina.
Así el insaciable volcamiento de los bosques
y la vastedad sonora y caballar de la llanura.
Así el color del que te digo desde las hondonadas
y el heredado caudal de los ríos
(el Orinoco es el gran prisionero del imperialismo).
Así las rutas espaciales,
los mares fundados, los puntos cardinales,
nuestro petróleo, nuestro hierro,
nuestras placentas enterradas:
todo fue entregado con dulzura
a los mil veces malditos yankis.

Porque no son más
Que judas, cancerberos, ratas desplegadas.

Entonces muchacha combatiente,
camarada solar, rosa del pueblo,
novia y hermana de lo que esperamos:
con tus puños tus uñas tus zapatos
tu libreta de apuntes tus canciones
el vestido que no estrenaste
tu digna bandera tu pistola
y tu corazón que no aguantaba más,
te despeñaste a rabia y fuego
sobre toda su playa de traidores.
Ahora fue duro golpe tu caída.

Hoy sonreír es una desvergüenza,
Tú lo sabes mejor que nadie,
y aceptamos esta vida de cuchillo
y de violencia desatada.
Hoy no sabemos si Cristo
es mujer o es hombre,
solo que el pueblo de nuevo fue crucificado.

Pero tu agonía volcada
incendia la pradera,
y hay jóvenes y sombras de jóvenes
ardiendo por los montes
en la inexorable luz de la guerrilla,
para darnos la oportunidad de cumplir las canciones
y la venganza más terrible.

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