Nadie los nombra como femicidios: asesinatos de mujeres por ser mujeres. Los diarios y la televisión los describen como casos aislados. Pasionales. Extralimitados. Ajenos. La violencia machista todavía no se cita con todas las letras y tampoco se ataca con leyes que se puedan ejercer y refugios para que las mujeres puedan correrse de la violencia.
Este año, el Congreso Nacional aprobó una nueva ley de violencia de género que contempla la violencia física, psicológica, económica e incluso la violencia obstétrica y la mediática. Sin embargo, los aportes conceptuales de la nueva norma se diluyen en la falta de nuevas herramientas para frenar el machismo. No hay más oficinas de atención a mujeres víctimas, tratamientos de género para varones, ni educación sexual contra la violencia en la adolescencia, ni refugio para mujeres que necesitan salir de sus casas, ni subsidios para que las mujeres no dependan de sus agresores. Sin embargo, las muertes no se detienen.
“La semana pasada, en el plazo de 48 horas, la Argentina sumó dos casos más al registro extraoficial de femicidios: una abogada de 50 años (Silvia Lago) fue asesinada de cuatro tiros por su marido y una mujer de 35 años murió a manos de su pareja, tras destrozarle la cabeza contra la pared y la pileta de su baño. ¿Cuántas mujeres más tienen que desaparecer para que tomemos conciencia de que la violencia hacia la mujer mata y para que el gobierno nacional reglamente la ley de violencia hacia la mujer que aprobamos este año en el Congreso?”, cuestionó la diputada nacional Cecilia Merchán.
Silvia Lago fue asesinada por su pareja de cuatro balazos. También el agresor le disparó a la hija de ella, que se encuentra, todavía, hospitalizada. El segundo homicidio sucedió en un PH de Caballito. La víctima tenía 35 años y salía con el agresor desde hacía unos tres meses. El mismo asesino llamó al 911 para avisar que había matado a su pareja.
También las niñas y jóvenes son las víctimas de los hombres violentos. Julio César Nievas, de 43 años, tenía prohibido por la Justicia acercarse a la casa de su ex mujer (Norma Pérez) que lo había denunciado por violencia familiar. Pero esta medida en contra de la violencia machista no tiene la suficiente consistencia ya que no se designan métodos digitales o fuerzas de seguridad para que controlen que los agresores cumplan con la restricción. En el pueblo de Las Varillas, cerca de la Ciudad de Córdoba, Nievas violó la prohibición, entró al hogar de su ex mujer y mató a su hija adolescente, Jacqueline, de 17 años, de un escopetazo.
Merchán pidió que se reglamente la ley de violencia, sancionada en marzo pasado, lo que permitiría impulsar las campañas de concientización en contra de la violencia machista y brindar asistencia integral a aquellas mujeres que sobreviven al maltrato.
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