Una neurocientífica paquistaní acusada de vínculos con Al Qaida negó estar loca o tener algo contra Estados Unidos, ante un tribunal de Nueva York que debatió este lunes su aptitud mental para ser juzgada.
"No soy una sicótica", dijo Aafia Siddiqui, de 37 años, durante la audiencia en un tribunal del distrito sur de Nueva York donde está inculpada por intento de asesinato contra agentes estadounidenses en Afganistán.
La mujer fue obligada por el juez Richard Berman a asistir a la sesión durante la cual la defensa evocó su estado mental para evitarle un juicio atribuyéndole "paranoia alucinatoria". Los fiscales aseguran que simula.
"No soy una sicótica", dijo Aafia Siddiqui, de 37 años, durante la audiencia en un tribunal del distrito sur de Nueva York donde está inculpada por intento de asesinato contra agentes estadounidenses en Afganistán.
La mujer fue obligada por el juez Richard Berman a asistir a la sesión durante la cual la defensa evocó su estado mental para evitarle un juicio atribuyéndole "paranoia alucinatoria". Los fiscales aseguran que simula.
Berman escuchó durante varias horas los argumentos antagonistas de ambas partes, sustentados con la opinión de psiquiatras e interrumpidos por intervenciones intempestivas de Siddiqui, a quien el juez acalló.
"A pesar de todos vuestros esfuerzos, estoy sana", dijo la científica, que compareció velada y negó sistemáticamente con gestos de la cabeza o expresiones de exasperación las declaraciones de los abogados, de los expertos y del juez.
Siddiqui debe responder por cuatro cargos: intento de asesinato de estadounidenses fuera de Estados Unidos, tentativa de asesinato de oficiales estadounidenses, porte y uso de armas de fuego con fines criminales y agresiones contra agentes de ese país.
La mujer, pasible de verse condenada a 30 años de cárcel, fue mencionada en 2003 por uno de los cerebros de los atentados del 11 de setiembre de 2001, Khaled Sheikh Mohammed, sometido a interrogatorios por los estadounidenses.
Siddiqui desapareció en 2003 en la ciudad paquistaní de Karachi, junto a tres hijos, dos de los cuales nunca volvieron a aparecer.
En 2004 la mujer pasó a integrar la lista de presuntos miembros de Al Qaida publicada por Estados Unidos. El año pasado, Siddiqui fue presuntamente detenida por la Policía afgana y presentada a agentes de Estados Unidos.
Los organismos de defensa de los derechos humanos sospechan que entre 2003 y 2008 Siddiqui fue uno de los cientos de desaparecidos de la "guerra contra el terrorismo" lanzada por Estados Unidos tras el 11 de setiembre de 2001.
Según la versión de la fiscalía, al día siguiente de su arresto, cuando agentes estadounidenses la visitaron en su lugar de detención en Afganistán, la mujer se apoderó de un arma y disparó dos veces, sin herir a nadie. Uno de los agentes abrió fuego entonces contra la sospechosa y la hirió en el pecho.
"Yo no disparé contra nadie", proclamó Siddiqui, antes de declarar querer "hacer la paz". "No estoy contra Estados Unidos, estoy contra la guerra", dijo, "estoy preocupada por las vidas que se están perdiendo". El juez dijo que no tomaría una decisión el mismo lunes acerca de su aptitud para ser juzgada.
La acusada dijo sin más explicaciones: "Lo que dije acerca del proceso de paz y lo que le sucede a la economía de Estados Unidos lo explica todo".
Según el psiquiatra Thomas Kucharski, quien sustentó la versión de su inaptitud mental, "ella cree que el caso (judicial en el que está involucrada) es el producto de una conspiración" y "piensa que sus abogados no están trabajando a favor de sus intereses".
"Yo no pedí estar aquí", proclamó Siddiqui tras mirar hacia el público y la prensa, que sólo podían ver los ojos de la menuda mujer cubierta con un velo islámico de color claro.
Antes de viajar a Paquistán en 2003, Siddiqui había vivido en Estados Unidos, donde estudió en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT).
"Aquellos que se hacen pasar con éxito por enfermos son a menudos los más instruidos", dijo Sally Johnson, la experta forense psiquiátrica presentada por la fiscalía. Según ella, aunque la científica paquistaní declare no estar loca simula al mismo tiempo ese estado, tal vez para evitar ser juzgada.
"Está fingiendo", sentenció la experta de la acusación. Kucharski rebatió la acusación, alegando: "Alguien que quiere simular estar enfermo, no niega su propia enfermedad mental".
Si el juez da su luz verde, el juicio se iniciará en octubre próximo.
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