viernes, junio 05, 2009

El Divorcio en la Era Moderna

Por:Belisario Rodríguez Garibaldo
Hay siete derechos modernos de libertad humana que la democracia y las luchas del feminismo, le han conquistado a las mujeres del mundo, arrancándosela de las manos de las iglesias y el conservadurismo tradicional: el sufragio, la educación, el trabajo, el patrimonio propio, el divorcio, el aborto y la sexualidad responsable. Son sus derechos a decidir sobre si misma, a poder pensar por si misma, y poder ser seres humanas integrales, plenas y libres. Quienes se dejen quitar lo conquistado, no tendrán un futuro de felicidad.

En el siglo XV, cuando Enrique VIII tuvo que pedir una autorización del Papa católico para poder divorciarse de su esposa Ana Bolena, fue el principio del cisma del cristianismo. En España antes de 1975 (gracias a la muerte del dictador Franco) se prohibía el divorcio, las mujeres no podían ni adquirir una deuda sin el consentimiento del marido. Con el advenimiento de la democracia, España avanzo al concierto de naciones modernas del mundo, logrando superar a patriarcalismos machistas y al nacional-tradicionalismo.


Hoy ninguna mujer y ningún hombre están en obligación perpetua a permanecer a lado de una pareja si no lo ama o la convivencia no es posible o es insostenible. De haber hijos estos siempre será obligación de ambos padres en su crianza, aun mas de quien vive con los hijos otorgándole la custodia legal (generalmente será a la madre), y en parte también de quien no vive con ellos para colaborar en su manutención hasta la mayoría de edad.

Cuando una pareja asume a la necesidad de separación ó divorcio en la vida moderna, es en razón de un derecho justificable por existencia de una relación que es ya insostenible. Se entiende que no es sano psíquicamente continuar en una relación de casados por una simple convivencia de hogar o sobre bases de insana conveniencia material, entre personas que no se aman, donde existe una mala convivencia o muchos resentimientos, solamente porque así lo dicta un arcaico convencionalismo social y una tradición católica o religiosa.

Estando en pleno siglo XXI, ninguna persona tiene porque soportar tal vida. La mujer tiene el derecho de ser libre, emancipada, inteligente, trabajadora y profesional, no debe aguantar una vida infeliz de ningún hombre (y viceversa, un hombre de parte de una mujer), ni debe sentirse culpable por separarse o divorciarse, incluso aun más si existe alguna forma de maltrato, por lo que no tendría que seguir a lado de un hombre (o mujer), solamente por ser la bendición de curas, tradición de iglesias y aldeas, lo cual es una aberración que ni Dios permitiría, ni nadie en debido juicio.

Para los creyentes, (si es que quedan) Dios bendice el amor de una pareja, uniendo en matrimonio ese amor; sin existir amor, no debería haber vinculo matrimonial. Incluso en el matrimonio eclesiástico, adaptándose al matrimonio civil, ha contemplado como sucedáneo del divorcio civil, la nulidad matrimonial eclesiástica, contemplada en el derecho canónico, como una solicitud especial al Vaticano de parte de parejas casada por la Iglesia Católica, que deciden anular su matrimonio eclesiástico.

Si ya no hay amor, si por años se han tratado mal en pareja, si existen resentimientos insalvables, si cada uno hace una vida propia sin tomar en cuenta a la pareja, el tener que seguir uno a lado del otro, en mala convivencia, por conveniencia, dependencia por necesidad, sometida a la mujer como madre, esposa, ama de casa, cocinera y lavandera, o tener que cumplir en sexo por obligación, cuando así lo disponga el marido (o peor aun de forzar una relación sexual como forma de abuso sexual), en medio de discusiones, sin importar lo sentimientos o sufrimientos de la pareja, si ya no hay amor, es una situación insostenible, insana de afectación psíquica del animo, y es por demás bastante patriarcal de la antigüedad.

Un buen divorcio, cuando la convivencia no es posible, con claros derechos y deberes del padre para con los hijos (manutención, visitas, salidas, educación, velar siempre, etc.), es lo mas sano cuando ya no funciona una relación de pareja. Los niños pequeños no notan inicialmente a las diferencias de sus padres, pero con los años, la mala convivencia de un matrimonio, le puede afectar psíquicamente mas que una buena y sana separación de pareja, aun mas sabiendo que siempre podrá contar con sus padres, aun divorciados. Tanto el hombre como la mujer tienen el derecho de rehacer su vida felizmente con otra pareja que amen, tomando en cuenta que una nueva pareja no podrá suplir el verdadero rol del padre o madre de los hijos de una ex pareja de divorciados, su rol será ese solamente, el de parejas de sus padres, esperando el mejor respeto y afecto hacia estos hijos.

En tiempos modernos, ninguna mujer (y hombre) debe estar obligada a estar con un hombre (o mujer) que no ama dentro una mala convivencia de pareja, así como los niños de hoy se puede acostumbrar a padres divorciados, viviendo posiblemente con la madre (en ocasiones conviviendo hasta con un padrastro que es la pareja de su madre) y viendo en visitas continuas a su padre (a veces hasta con una madrastra que será la pareja de su padre), y aun así crecer en un ambiente sano socialmente, sabiendo que siempre podrá tener el apoyo por su crianza de ambos de sus padres, aunque estén divorciados.

Veamos lo que se puede hacer, gracias a la modernidad, pues a veces, lo que debemos hacer, es solo producto del convencionalismo social, y la modernidad ha roto con lo convencional. Los derechos son iguales para todos. Una mujer (y un hombre) pueden, si es de su preferencia, separarse del hombre (o mujer) que no ama y más cuando la convivencia no es posible e insostenible. Los niños crecen con el apoyo de padres divorciados, tan felices como otros niños. Y la mujer (y el hombre) puede rehacer su vida con otra pareja que ame, teniendo el derecho de ser feliz, hacer una nueva familia ó tener mas hijos.

El divorcio es un derecho moderno de los esposos, que en caso de que el matrimonio no funcione por diversas causas (riñas, infidelidad, drogas, violencia, maltrato, incumplimiento de obligaciones de sostenimiento de hogar o manutención de hijos, etc.), ambos puede llegar al acuerdo mutuo de separación o divorcio, en cuyo caso el juez fijara la separación de bienes, y quien de ambos se encargara de la guarda crianza de niños (casi siempre será la madre), mas los deberes del otro esposo de velar por manutención de niños, así como su derecho de visitas y salidas con sus hijos en acuerdo con su ex pareja. El juez antes de dictar sentencia de divorcio, puede proponer una posible conciliación entre los esposos, que pueda tener un plazo en aras de ver si funciona, y en caso contrario de imposibilidad de seguir la convivencia, entonces acceder al divorcio.

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