Luis R Delgado J
Pocos dirigentes revolucionarios tuvieron la oportunidad de vivir 90 años. El Comandante, Fidel Castro Ruz, a lo largo de más de 7 décadas, participó de forma activa y relevante en la vida política, fue testigo y protagonista de múltiples y disímiles coyunturas que han trastocado la historia cubana, latinoamericana y mundial. Es Fidel sin duda, uno de los principales e influyentes líderes del siglo XX y lo que va del XXI, una figura prominente del movimiento antiimperialista y comunista mundial, uno de los más adelantados de nuestra época, que ha sabido sintetizar en sí las más avanzadas aspiraciones de los pueblos, por lo cual su puesto en la vanguardia revolucionaria ha sido continua en el último siglo.
Lo que permitió a Fidel mantenerse en la palestra, fue su profundo sentido del momento histórico. Él siempre constituyó un dirigente con la sensibilidad suficiente para saber leer correctamente el espíritu de los tiempos; manejó a la perfección la difícil tarea de interpretar las tendencias y contradicciones históricas, las aspiraciones y las luchas de los diversos sectores sociales oprimidos y explotados. Por esta razón, siempre se colocó al frente de los combates políticos y sociales más relevantes de la historia contemporánea (por la reforma agraria, por los derechos de trabajadores, jóvenes, mujeres, personas sexodiversas, entre otros). Este rasgo que comparte con el resto de la dirigencia cubana, permitió que dicha revolución se reactualice y se reinvente de forma incesante al fragor de los cambios de contexto. Por tanto, fue un político que no rehuyó a la crítica, y fue consecuente con la autocrítica.
Fidel desde su etapa universitaria, e inspirado en el ideario martiano, que es también bolivariano, comprendió que el carácter de la revolución en Latinoamérica y el Caribe es continental. No son casuales sus esfuerzos por construir una organización estudiantil que agrupase a los movimientos desde México hasta la Argentina, su participación en el Bogotazo (accidental hay que decir, pero no carente de compromiso), y su contribución en los intentos de derrocamiento de la feroz dictadura de Trujillo en República Dominicana. Fidel durante los años 40 y 50, fue un combatiente y dirigente de primera línea contra la intervención norteamericana en la región y contra las dictaduras militares alineadas a la doctrina de seguridad hemisférica y contención del comunismo, era sin duda un antiimperialista y un demócrata radical.
En la Cuba sometida, Fidel entiende que agotado el camino democrático electoral, es necesario emprender un proceso de lucha armada, que tenga como fin último la toma del poder, y el inicio de una serie de transformaciones estructurales que permitiesen a la mayor de las Antillas, superar el atraso y el subdesarrollo consecuencia de la dependencia y el neocolonialismo, romper las viejas trabas latifundistas y oligárquicas, e iniciar un proceso de construcción de una democracia popular, donde todo el conjunto del pueblo cubano pudiese vivir en condiciones materiales y espirituales dignas. El Asalto al Cuartel Moncada y las gesta de la Sierra Maestra, en la cual se llevan a cabo innovaciones en la guerra de guerrillas como motor político y catalizador de la insurrección general, tendrán como resultado señero luego de 6 años de lucha, la toma del poder por parte de las fuerzas revolucionarias encabezadas por el Movimiento 26 de Julio, el triunfo de una revolución radical a pocas millas de la principal potencia mundial, enemiga histórica de la independencia cubana.
Una vez en el poder, Fidel impulsa una serie de transformaciones democráticas y populares, inicia un proceso de modernización del campo y la industria, y enfrenta los intentos de subversión impulsados por las fuerzas reaccionarias resistentes a los cambios. El Gobierno Revolucionario, debe enfrentar las múltiples conspiraciones e intentos de asesinatos selectivos planeados e impulsados por los servicios de inteligencia estadounidenses. Este proceso llega a su clímax, con el intento de invasión militar a Bahía de Cochinos y la batalla en Playa Girón, miles de mercenarios entrenados, financiados y equipados por los Estados Unidos, tratan de iniciar una guerra de subversión la cual es derrotada en menos de 72 horas por el pueblo cubano. Debe destacarse el hecho, que esta agresión radicaliza la Revolución Cubana, declarando su carácter socialista e iniciando un acercamiento con la Unión Soviética y el resto de los países del campo socialista tanto de Asia como de Europa Oriental.
Simultáneamente dirige la construcción socialista en Cuba, desde los años 60 hasta los 80, Fidel se convierte en un campeón de los procesos de descolonización del África. Angola, Namibia, Sudáfrica, el Congo, Eritrea, y tantos otros pueblos jamás lo olvidarán como libertador, como internacionalista solidario. Al fragor de la Guerra Fría, no temió apoyar abiertamente y de forma sustancial las luchas guerrilleras en América Latina y el Caribe. El triunfo de la Revolución Sandinista le debe mucho al apoyo de la Cuba Socialista, destacamentos guerrilleros en todo el continente tienen a Fidel y al Che como padres inspiradores. El Chile de Allende, contó con un amigo leal y sincero como lo fue Fidel Castro.
Posteriormente en un contexto de repliegue de las fuerzas populares y de izquierda, Fidel supo reorganizar las fuerzas y abrir nuevos campos de batalla política, pero esta vez desde las ideas. La convocatoria a constituir un frente común internacional contra la deuda externa y el llamado realizado en 1992 por la salvación de la especie humana, marcaron pauta. En nuestro continente, Fidel supo rearticular las fuerzas de izquierda y revolucionarias, por medio de iniciativas como el Foro de Sao Paulo, junto a líderes de la talla de Lula y Daniel Ortega. Fidel logró visualizar tempranamente el potencial emancipatorio del proyecto bolivariano impulsado por el Comandante Chávez. Gracias a estos esfuerzos, Cuba y América Latina, lograron superar la difícil década de los 90, el derrumbe del campo socialista, de la URSS, y la ofensiva global neoliberal.
Gracias a esta labor de resistencia y organización, América Latina y el Caribe, ganan una década de triunfos y victorias electorales. El triunfo de Chávez, Lula, Kirchner, Correa, Tabaré, Evo, Daniel, Zelaya, Lugo, marcan el inicio de una etapa histórica signada por el progresismo, la democracia y la reactualización del debate socialista. La derrota del ALCA, la creación del ALBA-TCP, la UNASUR, PETROCARIBE y la CELAC expresan un histórico cambio inédito en la correlación de fuerzas en el continente, y en este escenario también está presente la impronta del Comandante Fidel.
Fidel Castro, nunca abandonó su puesto de vanguardia, su papel como líder y orientador de los pueblos. Desde Venezuela siempre será recordado con afecto, será reconocido como uno de los artífices de la consolidación de la Revolución Bolivariana en sus primeros años gracias a su solidaridad, gracias a su acompañamiento y amistad a nuestro Comandante Eterno, Hugo Chávez Frías.
Desde hace años ya te hiciste inmortal, vivirás por siempre en las mentes, corazones y luchas de los pueblo oprimidos de la Tierra.
¡Viva Fidel!
¡Viva Cuba Socialista!
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