Recientemente, María León y Olga Luzardo fueron condecoradas por
el Presidente Maduro con la Órden de los Libertadores y las
Libertadoras. Conozcamos parte de la trayectoria de estas dos militantes
comunistas y soñadoras del socialismo en Venezuela
“Nací en Caracas, en 1937, en la parroquia San Juan, donde nacieron
los Nazoa, zona que ha dado grandes boxeadores al país y que desde hace
muchos años ha sido la sede principal del Partido Comunista de
Venezuela”, así se identifica María León, María “la Leona” como la
llamaba el Comandante Chávez, para contarle al Correo del Orinoco
parte de su historia. Una historia que también es parte de la historia
de las luchas de la mujer venezolana en la época contemporánea.
¿De dónde surge la militancia de María León?
-Durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, llegaba a donde vivía,
en casa de mi madrina, ejemplares de Tribuna Popular, los llevaba un
sobrino de ella, José Ruíz Guevara. Recuerdo que él estuvo 8 años entre
preso y confinado, era Secretario General del Partido Comunista en
Barinas.
Cuándo cae la dictadura y sale en libertad en el año ’58, él venía
emocionado hasta la casa porque había estrechado la mano de Gustavo
Machado y yo me contagié con esa emoción. Me inscribí en el Partido, ese
mismo año. Vivía entonces entre Caracas y La Vela de Coro (Falcón) y en
esa población creían que yo era militante clandestina del PCV porque
les llevaba la Tribuna Popular. Incluso en La Vela me propusieron ser
parte del Comité Local y yo les dije ¿si no estoy inscrito como voy a
ser dirigenta?. Entonces el responsable político del Comité Local me
respondió: eso es fácil, sino estás inscrita, te inscribimos y te
elegimos.
MARÍA DE SUCRE
Rememoramos con María León cuáles fueron sus primeras tareas en la
militancia comunista y revolucionaria. Ella nos cuenta que su primera
responsabilidad fue como Secretaria Femenina del Partido en la parroquia
Sucre, de la capital. Señala que ella viví justo en uno de los
sectores dónde más resistencia popular se había dado contra la
dictadura, el bloque 10 de Lomas de Urdaneta. “Así el partido me nombra
secretaria femenina y como integrante de la dirección regional, me
llamaban María de Sucre, eso fue breve”. Ya conocerán por qué.
Y EN ESO LLEGÓ LA LUCHA ARMADA
“Luego de la caída de la dictadura vinieron las elecciones y tan
pronto Betancourt y los adecos se hicieron con el gobierno comenzó de
nuevo la represión. Y en eso vino la visita del Comandante Fidel Castro a
Caracas, y nos dijo que la cordillera de los Andes sería la Sierra
Maestra de la América Latina, entonces una muchedumbre de jovenes
decidimos irnos a las montañas a cumplir con ese sueño”, expresa María.
Indica que estuvo destacad por dos años, en el Frente Guerrillero de
El Charal, que dirigía el comandante Pablo (Juan Vicente Cabezas, del
PCV), allí estuvo durante dos años, luego fue trasladada al Frente
Guerrillero de Yaracuy, que lideraba el Comandante Rolando (Lino
Martínes, del MIR).
¿Había machismo en la guerrilla?
-“En aquel momento no teníamos ninguna noción de lo que era el
feminismo. Hablábamos de los derechos de las mujeres, pero como
trabajadoras, en sus derechos laborales, pero la igualdad de género no
era comprendida en aquel momento”.
Acota María León, que eran tres las muejres que iban a ser destacadas
en El Charal, pero sólo viajaron dos, porque la tercera, Lídice Álvarez
no tuvo permiso en su casa para viajar, ella falleció luego en una
acción de la guerrilla urbana. Recuerda: “habíamos sido entrenadas como
enfermeras, para atender a herido, enseñar a leer a los campesinos, y
sentíamos un privilegio por ello. Pero en una de las ofensivas del
Ejército, desertaron cuatro compañeros, entonces el Comandante del
frente ordenó que nos entregasen sus armas a las mujeres que allí
estábamos. Empezamos a conquistar nuestra posición de igualdad en la
guerrilla”.
Añade que es a partir de la década de los ’70, cuando empiezan a
asumir las teorías del feminismo y a entender el origen de la
discriminación de la mujer. “Con el andar de la lucha identificamos que
el enemigo era el patriarcado, cuándo identificas la teoría y al
enemigo, es mucho más claro.
¿Qué sintieron con la derrota de la lucha armada, hubo desánimo?
-La confianza en el triunfo futuro nunca decayó, derrotados en
Venezuela, pero avanzaba Cuba y el campo socialista se anotaba grandes
éxitos, Yuri Gagarin y Valentina Tereshkova como el primer hombre y la
primera mujer en el espacio, por ejemplo. No nos creaba desilusión, lo
veíamos como algo temporal. Luego vinieron momentos más duros con el
derrocamiento de Allende, la caída de Nicaragua Sandinista y más tarde
del campo socialista.
Mi sueño era ver el socialismo en mi país, eso que antes era
persecución y represión, se nos convirtió en recompensa, con la
presencia de Hugo chávez y su llamado a construir el socialismo.
¿Cómo fue esa relación con el Comandante Chávez?
-Chávez es lo mejor que le ha pasado a mi vida, a las muejeres
venezolanas, al pueblo venezolano, a nuestra América y al mundo.
Recuerdo el poema de Choquehuanca a Bolívar, que dice algo así como que
Bolívar subirá como las sombras cuando el sol declina, para que haya
otro ser humano que se le parezca tendrá que tener un mundo por liberar y
yo creo que ese fue Hugo Chávez. El Comandante apareció no solamente
para liberar a Venezuela del capitalismo, él se planteaba la liberación
del continente, incluso de la gente oprimida de Estados Unidos. Su
visión era la liberación del planeta Tierra de ese cáncer que es el
imperialismo norteamericano.
CONDECORADA CON LA ORDEN DE LOS LIBERTADORES Y LAS LIBERTADORAS
El pasado 24 de mayo, María León fue condecorada con la Orden de los
Libertadores y Libertadoras de Venezuela. Ella nos explica que sintió:
“ayer cuándo el Presidente maduro me condecoró y me dijo: usted es una
libertadora del siglo XXI, lo asumí como un mandato para todos y todas
quienes tenemos su legado, tenemos que sentirnos así como libertadores y
libertadoras. Nuestra misión es la liberar al mundo del imperialismo.
Me sentí honrada y me siento un soldado”.
OLGA LUZARDO, PORQUE SOY REBELDE Y TENGO LA ENTRAÑA PREÑADA DE ANHELOS
Nacida en
Paraguaipoa un 26 de febrero, Olga Luzardo representa cien años de
luchas de la mujer revolucionaria en nuestra Patria. Militante comunista
desde muy joven, fue también una de las féminas más brillantes de su
generación.
Conversamos con su
hija, Iguaraya Pérez Luzardo de Hernández sobre la vida de la camarada
Olga. Nos recuerda, que era una muchacha muy despierta, que a los quince
años ya había publicado su primer texto: la Mujer Nueva en el diario
panorama y en la revista Élite. Apunta que ella tenía interés desde muy
joven en estudiar la causa de las diferencias sociales y su padre, de
pensamiento liberal y masón, la apoyaba en todo ese proceso de
conocimiento.
LAS PRIMERAS MUJERES EN UN LICEO QUE ERA PARA HOMBRES
Iguaraya nos
señala que Olga, una de sus hermanas y una de sus amigas, fueron las
primeras mujeres en ingresar al liceo de Maracaibo, dónde para entonces
sólo cursaban hombres. Explica que se trataba de una pelea fuerte para
el contexto de la época, pero que Olga estaba avanzada ante todos ello.
“Tu lees algunos de los poemas de su libro “Flor de Cactus” y puedes
conseguir hasta una definición de lo que es la sensualidad de la mujer.
NUNCA ABATIDA
Olga Luzardo vivió
exilio, entre cárceles, torturas y tiempos de verse obligada a vivir a
escondidas, para evadir la represión. Dice, Iguaraya Pérez, “cuándo yo
tenía como 10 u 11 años, me llevaban a la cárcel de San Carlos de
Cojedes a visitarla. Quedé muy marcada con eso, ella estaba allí
incomunicada, desnuda y todo, encarcelada en una edificación colonial
muy húmeda. En esa misma prisión había una especie de galpón anexo,
donde estaban recluídas otras mujeres, algunas por delitos comunes y
otras que comenzaban su vida política. Ella hicieron una terrible lucha
hasta que lograron que le pasaran ropa y comida, ese gesto de
solidaridad me hizo convencer que eso era la base del trabajo de masas”.
“A mi me lograba
pasar a la visita en la prisión una enfermera, y nunca vi a Olga con
amargura, sino siempre furiosa, siempre firme”, subraya Iguaraya.
También nos expresa que como madre, Olga “ha sido muy bella, muy
rígida, muy fuerte, muy pedagógica, siempre enseñándonos, por algo fue
fundadora de la Escuela de Cuadros del PCV, en su afán de enseñar.
CHÁVEZ EN LA VIDA DE OLGA
Iguaraya rememora
que a Olga le daba mucha rabia cuando llegó Chávez al gobierno porque
sus limitaciones no le permitían estar en las comunidades peleando,
sigue muy lúcida y ella quería tener todas las condiciones para estar en
esa lucha. Para ella Chávez fue una apertura al movimiento
revolucionario latinoamericano.
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