COMUNICAR IGUALDAD- El 14 y 15 de mayo se realizó en Pachuca, Hidalgo, el Foro Hemisférico Belém do Pará + 20: La Convencion de Belém do Pará y la prevención de la violencia contra las mujeres: Buenas prácticas y propuestas a futuro, organizado por la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de Estados Americanos (OEA) con apoyo del Estado de Hidalgo, en México.
El objetivo del mismo fue reflexionar en torno a estrategias de prevención de la violencia, particularmente en el ámbito de la educación y los medios de comunicación, de tal forma de identificar buenas prácticas y líneas de acción a seguir en el futuro, a partir del diagnóstico de que la prevención es el área en la que menos se ha avanzado en el combate de la violencia hacia las mujeres.
La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia hacia las Mujeres, conocida como Belém do Pará, fue aprobada en 1994 por la OEA y hasta la fecha ha sido ratificada por 34 países. Los únicos dos que no lo han hecho son Estados Unidos y Canadá.
Para hacer el seguimiento y evaluación de la Convención, fue creado en el 2004 el Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI), integrado por un Comité de Expertas/os de cada país y del que también participan los estados partes y la sociedad civil. A partir de los informes publicados por ese organismo, la CIM evaluó que, a 20 años de sancionarse la Convención, aún falta mucho por hacer en el área de prevención de la violencia, razón por la cual el evento se focalizó en cómo la educación, los medios de comunicación y las políticas públicas pueden colaborar en la deconstrucción cultural de la violencia hacia las mujeres.
En esta línea, hubo paneles dedicados a evaluar cuánto se avanzó en el combate en general a la violencia en la región, 20 años después de la aprobación de la Convención; la aplicación de normas de segunda generación en algunos países; y estrategias de buenas prácticas de prevención en el ámbito jurídico, en la educación, las políticas públicas y los medios de comunicación.
En la tarde del segundo día, se realizaron grupos de trabajo específicos sobre políticas públicas, educación y medios de comunicación de los cuales salieron los lineamientos que integraron la Declaración de Pachuca.
El Foro estuvo presidido por Carmen Moreno, secretaria ejecutiva de la CIM, y representantes de los 32 países que ratificaron la Convención, además de especialistas en cada tema de las Américas y de Europa.
Por parte de Argentina participaron en los paneles la Defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Cynthia Ottaviano, y Flora Acselrad – integrante de la oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia, ambas refiriéndose al trabajo que llevan adelante desde los organismos que presiden.
Veinte años después
“Según el último informe MESECVI, tenemos en nuestra región la legislación más fuerte y contundente vinculada a la violencia de todo el mundo y también planes nacionales. Sin embargo, tanto la legislación como los planes adolecen de sistemas de medición. Es como quedarse en mitad de camino y eso está dificultando saber con claridad qué tanto avanzamos en la erradicación de la violencia” señaló Flor María Díaz Chalarca, presidenta del Comité de Expertas/os del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESCVI) de la OEA.
Alessandra Guedes –asesora regional de Violencia de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cuyo organismo realizó en el 2012 un estudio fundamental para la prevención de la violencia en la región, La violencia contra la mujer en América Latina y el Caribe- Un análisis comparativo de los datos poblacionales provenientes de 12 países- observó también la necesidad de que los países realicen encuestas de prevalencia que den insumos para investigaciones comparativas entre naciones. “Necesitamos encuestas poblacionales con metodología de alta calidad y que se repitan a lo largo del tiempo. Varios países de la región están avanzando en esto: Colombia, Perú y México.” Argentina no tiene, hasta la fecha, ninguna encuesta de prevalencia sobre violencia.
Luz Ángela Melo –asesora regional de Género de UNICEF- y quien trajo al evento la sensibilidad sobre la vulnerabilidad de género específica de las niñas, observó: “Las niñas comparten las mismas causas de discriminación que las mujeres. Pero hay que agregarles que viven en mundo de adultos, manejado por adultos. Pensemos en la gran invisibilidad de las niñas cuando son víctimas de violencia, porque sus padres son quienes la infligieron, ellas están totalmente desprotegidas”.
Estereotipos sociales y culturales
Bárbara Bailey, experta del Comité de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación sobre la Mujer (CEDAW), expuso sobre la forma en que tanto esa convención como Belém do Pará abordaron la dimensión cultural de la violencia hacia la mujeres y, para ello, revisó los reportes de los dos comités.
“Descubrí, y esto es desafortunado, que los comités realizaron hasta ahora muy poco énfasis sobre la prevención de la violencia –observó-. Se centraron en la protección de las víctimas, el castigo y la reparación de daños, pero no encontré ningún indicador que se fijara específicamente en los modelos de conducta. Lo que encontré parte de la suposición de que las mujeres seguirán siendo víctimas. Pero debemos pensar en detener el hecho antes de que ocurra. Ambos comités deben enfatizar más el combate a los estereotipos culturales.”
Varones
Cómo debe ser el abordaje de la violencia en los victimarios fue un tema que sobrevoló varios paneles del Foro. “Debemos hablar con los varones jóvenes sobre las ventajas de redefinir sus masculinidades, cómo mejoraría esto su calidad de vida. Un colega escribió un blog diciendo que los varones no sexistas tienen mejor sexo, yo creo que un argumento así puede interesar a varones jóvenes” señaló Andrew Morrison, jefe de la Unidad Género y Diversidad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En la misma línea, Alice Taylor –integrante del Instituto Promundo de Brasil, dedicado a la resocialización de los varones en vínculos igualitarios- señaló: “Hemos hecho nueve evaluaciones de impacto que nos muestran una relación positiva entre las actitudes equitativas de género y los comportamientos menos riesgosos y violentos. Hacia el futuro, debemos trabajar en la transferencia intergeneracional del cuidado entre los varones, más que en la violencia. Sería un cambio de actitud importante hacia el problema”.
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