miércoles, noviembre 27, 2013

Mensaje de Phumzile Mlambo-Ngcuka para el 25N

AmecoPress. “La violencia contra mujeres y niñas es una violación de los derechos humanos. Es violencia contra familias, comunidades, naciones y la propia humanidad. Es una amenaza para la paz y la seguridad internacional, según reconoce el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Asimismo, ha alcanzado un punto crítico y exige acciones de todas y todos nosotros, jóvenes y mayores, mujeres y hombres.

Hoy, en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y todos los días, debemos apoyar nuestra causa, alzar la voz y ser parte activa en la creación de soluciones que pongan fin a estas violaciones de los derechos humanos.

Las y los líderes tienen la responsabilidad de tomar medidas para poner fin a todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas y de proteger al 50 por ciento de la población. En este día, como parte de la campaña ÚNETE, el Secretario General y yo misma les invitamos a unirse y mostrar solidaridad vistiéndose de naranja por un futuro mejor. Les invitamos a proclamar que todas las mujeres y las niñas tienen el derecho humano fundamental de vivir sin violencia.

Actualmente, se estima que una de cada tres mujeres sufre violencia a lo largo de su vida. Una de cada tres niñas se casará antes de cumplir los 18 años de edad. Aproximadamente 125 millones de mujeres y niñas de todo el mundo han sufrido mutilación genital femenina. La trata se convierte en una trampa para millones de mujeres y niñas, que pasan a ser esclavas en plena era moderna. La violación es una práctica generalizada en las guerras. El feminicidio, el asesinato de mujeres por el mero hecho de ser mujeres, arroja cifras cada vez más escalofriantes.

Este tipo de violencia no conoce fronteras y afecta a mujeres y niñas de todas las edades, de todos los estratos económicos, de todas las razas y de todos los credos y culturas. Desde las zonas de conflicto hasta los espacios urbanos y los campus universitarios, se trata de violencia que nos obliga a todas y todos a actuar como agentes preventivos de esta pandemia y a tomar medidas AHORA. La gran mayoría de casos no se denuncia ni se reconoce y las sobrevivientes quedan marcadas, invisibles, sufriendo en silencio. Esta situación es intolerable.

Por todo ello, hoy insto a las y los líderes mundiales a mostrar determinación y coordinar una respuesta que sea proporcional a la violencia que amenaza las vidas de mujeres y niñas. Ha llegado el momento de reaccionar con las medidas necesarias, en consonancia con los estándares internacionales de derechos humanos y el acuerdo alcanzado a principios de este año en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer para prevenir y poner fin a la violencia contra las mujeres.

Para ser efectiva, la prevención debe abordar su causa subyacente: la desigualdad de género. Necesitamos educación en las escuelas que enseñe derechos humanos y respeto mutuo, y que inspire a las y los jóvenes a ser líderes a favor de la igualdad. Necesitamos oportunidades económicas equitativas y acceso a la justicia para las mujeres. Necesitamos escuchar la opinión de las mujeres. Necesitamos más mujeres en la política, la policía y el mantenimiento de la paz.

Sigamos probando estrategias de prevención innovadoras y utilizando la tecnología, incluida la tecnología móvil, para generar conciencia y proteger los derechos de las mujeres.

Tenemos que proteger a las mujeres y las niñas de la violencia, y, cuando se produzca la violencia, garantizar el acceso a servicios esenciales para todas las sobrevivientes. Esto incluye servicios de salud, refugios, líneas de atención telefónica, policía, justicia y asistencia jurídica. Debemos asegurar que las mujeres y las niñas estén seguras y que los agresores rindan cuentas por sus delitos y sean llevados ante la justicia.

Mediante la iniciativa mundial Ciudades Seguras, podemos llegar a mujeres de todo el mundo así como a personas encargadas del cumplimiento de la ley que están más cerca del lugar de comisión de estos delitos. Tenemos que ampliar nuestro trabajo y colaborar con hombres y niños, así como con jóvenes.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio no incluyeron la cuestión de poner fin a la violencia contra las mujeres, lo que representa una flagrante omisión. Insto a todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas a que el objetivo de poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas se convierta en una prioridad en el nuevo marco para el desarrollo una vez que los ODM hayan concluido en el año 2015. ONU Mujeres promueve un objetivo independiente sobre los derechos y el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género.

Con un liderazgo firme a favor de la prevención, la protección, el enjuiciamiento y la prestación de servicios a las sobrevivientes, podemos poner fin a esta pandemia mundial. Está en nuestras manos. Si nos unimos podemos prevenir y poner fin a la violencia contra mujeres y niñas.”

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