Gloria Comesaña Santalices
Palabra de Mujer Martha C. Nussbaum nació en 1947 en Nueva York, hija de un abogado y una decoradora de interiores. Se educó en un colegio de Bryn Mawr (Pensilvania), un lugar que ella misma ha calificado de “elitista y esnob”. Su decisión de luchar contra las desigualdades surgió, cuenta, como una reacción a ese ambiente.
Nussbaum continuó sus estudios en la Universidad de Harvard donde descubrió su pasión por la filosofía. En esa prestigiosa institución se doctoró en la materia, a mediados de los setenta, y dio clases.
Sobre la situación actual de las mujeres en las universidades de su país, señala que “ha mejorado muchísimo en dos aspectos: el acoso sexual está muy vigilado, y es más raro, aunque no tanto como debería, y tanto padres como madres disponen de atención para los hijos. Además hay una voluntad mayor por parte del cuerpo académico masculino de compartir las tareas domésticas y el cuidado de los hijos”.
Con respecto a las políticas de discriminación positiva a favor de las mujeres, tan criticadas por muchos, no duda al decir: “Las más urgentes son las que sirven para crear espacios de auténtica y completa igualdad de oportunidades. Lo que significa intervenir pronto en la educación de las jóvenes y ofrecer incentivos a los padres para que las alimenten bien y las envíen a la escuela —hay todavía un abismo en términos de mortalidad y educación entre los sexos en muchos países del mundo”.
…“Al mismo tiempo, hay que adoptar políticas que faciliten que el potencial femenino sea respetado y cultivado, lo que incluye medidas adecuadas para el cuidado de niños y ancianos, una carga que recae sobre las mujeres en todo el mundo. En estos casos, esas actuaciones, lejos de ser mera cosmética, son cuestión de vida o muerte. Y si se diera el caso de que otras lo son, habría que denunciarlo”, agrega.
Desarrollo económico y filosofía
A partir de 1986, Nussbaum trabajó con el premio Nobel de Economía Amartya Sen en la iniciativa sobre capacidades, un enfoque diferente para medir el desarrollo de un país, en el centro de Naciones Unidas (UNU-WIDER). “Fue una experiencia que me abrió los ojos sobre la importancia de los problemas de desigualdad, y me puso en contacto con gente de todo el mundo interesada en el tema”, indica.
Nussbaum detalla con detenimiento este enfoque en su último libro publicado en español: Crear capacidades. Propuestas para el desarrollo humano (Paidós). En él, hace un análisis del desarrollo social y económico, que lejos de estar basado en los habituales indicadores económicos, como el producto interior bruto o la renta per capita, tiene en cuenta los medios que pone un Estado al alcance de sus nacionales para que desarrollen las capacidades que cada ser humano encierra, y que ella resume en un decálogo.
Temas de su decálogo
Lo que mediría el verdadero desarrollo, por tanto, sería que la gente disfrutara del derecho a la vida (“a una vida de duración normal, sin muerte prematura”, especifica la autora), a la salud física, a la integridad física (“estar protegidos de los ataques violentos, incluidas las agresiones sexuales y la violencia doméstica”), o del derecho a poder usar “los sentidos, la imaginación, el pensamiento y el razonamiento de una forma verdaderamente humana”.
El decálogo incluye también “el poder vivir una relación próxima y respetuosa con los animales, las plantas y el mundo real”. “Son propuestas para el futuro”, dice la filósofa. “Ninguna nación las ha aplicado todavía por completo. Pero si conseguimos un consenso internacional para que sean consideradas derechos humanos fundamentales, podremos lograr que lo sean en algún momento”.
Como apasionada de la filosofía y las humanidades, Nussbaum se ha quejado públicamente de la obsesión por los estudios técnicos, en todo el mundo, y de la afición de los estudiantes a escoger especialidades en función del dinero que se pueda ganar ejerciéndolas.
“No tengo el menor problema con las carreras técnicas, no obstante, soy partidaria del sistema educativo en el que todos los alumnos estudian unas materias comunes”.
Las humanidades: de interés para todos
“Aparte de que ya sabemos que en este mundo de economía cambiante, las humanidades les interesan mucho a los licenciados en Derecho, Medicina y Negocios, porque proporcionan la clase de visión flexible requerida en la nueva economía. Por lo tanto, licenciarse en Filosofía tampoco le impide a nadie encontrar un trabajo”, afirma Nussbaum.
Para Nussbaum, los estudios humanísticos son fundamentales además en la forja de un saludable sistema democrático. “Son materias que nos aportan información sobre el mundo en el que vivimos”, dice. Y de entre ellas destaca la filosofía. “Como ya lo vio Sócrates, la filosofía tiene una capacidad única para producir una vida examinada, es una fuente de razonamientos y de intercambio de argumentos. Nuestro clima político actual es histérico, dado a las invectivas más que a los argumentos. Necesitamos de la filosofía con la misma urgencia que la Atenas de Sócrates”.
Los límites del patriotismo
Otro tema que preocupa a Nussbaum es el del patriotismo excesivo, del cual se abusa en todas partes actualmente. En su libro colectivo Los límitesdel patriotismo, alerta de los riesgos de ese excesivo patriotismo. Básicamente, afirma: “estoy de acuerdo con Mazzini [político y activista italiano del siglo XIX que luchó por la unificación de Italia] y otros patriotas, para quienes un patriotismo bueno, inspirado en los valores positivos, es esencial para motivar a la gente en proyectos que requieren de nuestros sacrificios por el bien de los demás.”
Algunos libros de Martha Nussbaum
El cultivo de la humanidad: una defensa clásica de la reforma en la educación liberal; Las mujeres y el desarrollo humano: el enfoque de las capacidades; La terapia del deseo: teoría y práctica en la ética helenística; El conocimiento del amor: ensayos sobre filosofía y literatura; Las fronteras de la justicia: consideraciones sobre la exclusión; Libertad de conciencia; Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades; Crear capacidades: propuesta para el desarrollo humano.
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