(SEMlac).- Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Nicaragua y Panamá son algunos de los países latinoamericanos que han pedido orientación al Perú para implementar el llamado parto vertical en sus respectivas jurisdicciones.
Así lo informó en una nota de prensa el Ministerio de Salud (MINSA). Y Pedro Mascaro, Director del Instituto Nacional Materno Perinatal del sector, informó que desde 2005, cuando se aprobó la norma técnica para el parto vertical con adecuación intercultural, el Perú ha ido perfeccionando las prácticas y atención de las gestantes, habiéndose posicionado como líder en la región.
El MINSA estima que el diez por ciento del total de partos que se realizan en el Perú son hechos bajo esta modalidad. Pero hay zonas remotas del país donde hasta el 90 por ciento de los partos son verticales.
A diferencia del parto horizontal, donde la madre permanece echada en una camilla ginecológica, en el vertical está de pie, sentada o en cuclillas. El personal de salud se ubica delante o detrás de la madre para brindarle la atención requerida.
De acuerdo con Mascaro, "esta posición permite que el bebé se oriente en el canal del parto, facilitando su nacimiento".
El parto vertical es una costumbre muy arraigada entre las mujeres indígenas de los Andes y la Amazonia, por lo que también se le conoce como 'parto tradicional'. Además de la posición al momento del alumbramiento, para estas gestantes es muy importante que su pareja o algún familiar escogido por ellas esté presente al momento del nacimiento.
Tampoco permiten que se bote la placenta, sino que debe ser enterrada mediante un ritual especial. A las mujeres, además, se les debe dar mates calientes con hierbas medicinales usadas en medicina tradicional y usar algunas telas especiales que, según sus creencias, las ayudan a no contraer 'aire' o evitar las hemorragias.
Así lo informó en una nota de prensa el Ministerio de Salud (MINSA). Y Pedro Mascaro, Director del Instituto Nacional Materno Perinatal del sector, informó que desde 2005, cuando se aprobó la norma técnica para el parto vertical con adecuación intercultural, el Perú ha ido perfeccionando las prácticas y atención de las gestantes, habiéndose posicionado como líder en la región.
El MINSA estima que el diez por ciento del total de partos que se realizan en el Perú son hechos bajo esta modalidad. Pero hay zonas remotas del país donde hasta el 90 por ciento de los partos son verticales.
A diferencia del parto horizontal, donde la madre permanece echada en una camilla ginecológica, en el vertical está de pie, sentada o en cuclillas. El personal de salud se ubica delante o detrás de la madre para brindarle la atención requerida.
De acuerdo con Mascaro, "esta posición permite que el bebé se oriente en el canal del parto, facilitando su nacimiento".
El parto vertical es una costumbre muy arraigada entre las mujeres indígenas de los Andes y la Amazonia, por lo que también se le conoce como 'parto tradicional'. Además de la posición al momento del alumbramiento, para estas gestantes es muy importante que su pareja o algún familiar escogido por ellas esté presente al momento del nacimiento.
Tampoco permiten que se bote la placenta, sino que debe ser enterrada mediante un ritual especial. A las mujeres, además, se les debe dar mates calientes con hierbas medicinales usadas en medicina tradicional y usar algunas telas especiales que, según sus creencias, las ayudan a no contraer 'aire' o evitar las hemorragias.
"Hemos aprendido mucho sobre todo a respetar las creencias y tradiciones de las mujeres del interior del país. No solo para ellas, sino para toda la familia, el parto tiene una connotación diferente, casi mágica", comentó a SEMlac Luzmila Pozo, enfermera del sistema de salud en Lima.
"Había una especie de choque de culturas, que no nos permitía entender que para ellas es tan importante mantener sus tradiciones que preferían no atenderse en los centros de salud, exponiéndose a morir en el parto, antes que aceptar dar a luz como nosotros queríamos", recuerda.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas e Informática, al primer año de la legalización del parto vertical en el Perú, la cifra de parturientas de las zonas indígenas que dieron a luz en establecimientos de salud se duplicó: de 24 por ciento a 44 por ciento.
Y el más reciente informe (6 de febrero de 2012) de la Dirección Regional de Salud de Ayacucho -zona alto andina y una de las más pobres del país- reveló que, entre 2001 y 2011, el número de muertes maternas disminuyó en prácticamente 50 por ciento gracias a la implementación del parto vertical.
No solo eso: hay comunidades nativas en la zona donde no se ha vuelto a registrar una sola muerte materna desde que se instauró el parto vertical.
Sin embargo, su introducción en Lima tomó más tiempo pues hubo que preparar adecuadamente a los profesionales de salud y la infraestructura necesaria, además de cambiar la mentalidad de los reticentes, que no eran pocos, quienes consideraban que eran 'costumbres indígenas sin asidero científico'.
Así, por ejemplo, en el instituto que dirige Mascaro, en pleno centro de la capital, se comenzó a aplicar en 2010 y hasta el presente se han atendido 160 partos verticales. Además, se han adquirido diez camillas para uso exclusivo de este parto, con una inversión de poco más de 300 mil dólares, y cuenta con 14 salas equipadas para este tipo de atención.
Pero quizás lo más importante es que el parto vertical ha demostrado ser mucho más eficiente para la madre y bebé, por lo que incluso muchas clínicas de primera categoría de Lima ya lo ofrecen como una alternativa para sus pacientes.
La Sociedad Peruana de Ginecología y Obstetricia también lo recomienda y, en su página web se pueden encontrar importantes alcances médicos recomendando su uso.
Por ejemplo, la Dra. Margarita Bautista, de la Clínica Gineco-Obstétrica Hogar de María, dice: "Esta posición brinda mayor oxigenación a la madre y también al bebé, acorta el período de dilatación, reduce el dolor en el parto, contribuye a una rápida recuperación de la madre luego de dar a luz y con ello facilita la integración familiar, dado que al nacer sin complicaciones el recién nacido puede reunirse con su madre con mayor prontitud".
"Las ventajas del parto vertical están documentadas desde el punto de vista clínico", informa la obstetra Clara Sánchez. "Por ejemplo, se ha demostrado que al no estar echada la gestante, no hay compresión de los grandes vasos ni de las arterias con lo cual la circulación y la irrigación de la placenta no se ve afectada, lo que redunda en la cantidad de oxígeno que recibe el feto en los momentos previos a la expulsión".
"Además, también está demostrado que la posición vertical aumenta hasta en dos centímetros el canal del parto, por no mencionar que la acción de la gravedad favorece el encaje y descenso del neonato. Y, al revés, si la mujer está echada, como en el parto convencional, el canal de parto se pone más rígido", añadió al ser requerida por SEMlac.
Otro paso importante en la universalización de este método ha sido lograr que varias universidades públicas y privadas de Lima, Cusco y Ayacucho -estas dos últimas con zonas y etnias andinas y amazónicas- hayan incluido el parto vertical en los planes de estudio de las facultades de medicina.
Pero además, como al egresar los futuros médicos peruanos deben realizar obligatoriamente sus prácticas profesionales en el Servicio Rural y Urbano Marginal, de todas maneras se familiarizan con este tipo de parto, afirma la Dra. Lucy del Carpio, coordinadora de la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Sexual y Reproductiva del MINSA.
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