Una tarja en honor a tres importantes mujeres, la cubana Vilma Espín, la francesa Eugenie Cotton y la portuguesa María Lamas, fue develada en la bella bahía de Seixal, en el distrito capitalino de Setúbal.
La placa conmemorativa de las tres reconocidas dirigentes del movimiento femenino mundial fue descubierta por el presidente de la Cámara Municipal de Seixal, Alfredo Monteiro, y el embajador de Cuba en Portugal, Eduardo González.
Al homenaje asistieron, además, representantes de 23 países miembros de la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM), que se reunió en la capital lusa para preparar su XV Congreso, a efectuarse del 8 al 12 de abril próximo en Brasil.
Cotton fue la primera presidenta de la FDIM, cargo que ocupó desde su fundación en 1945 hasta su muerte en 1967.
Espín, por su parte, fue líder de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y vicepresidenta de la organización mundial hasta su deceso el 18 de junio de 2007.
También fundadora de la FDIM y luchadora antifacista, Lamas se desempeñó como presidenta honoraria del Movimiento Democrático de Mujeres de Portugal de 1975 a 1993, año en el que falleció.
En nombre de la isla caribeña, Magalys Arocha, responsable de Relaciones Internacionales de la FMC, agradeció a las autoridades del municipio lisboeta el digno tributo a las que calificó de tres combatientes universales por la emancipación de la mujer.
Destacó la trayectoria revolucionaria de Vilma Espín en la gesta emancipadora de su país y recordó las palabras del apóstol José Martí, quien dijo que Honrar honra.
La también integrante del Consejo de Dirección de la FDIM subrayó que las homenajeadas en tierra portuguesa son símbolo y ejemplo para las nuevas generaciones, de las luchas de las féminas por sus derechos y de los pueblos en todas partes del planeta.
Citó las palabras del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, en su breve pero sentida Reflexión, publicada el día de la inhumación de los restos de Vilma.
No la olvido en las reuniones del Movimiento 26 de julio en la Sierra Maestra, rememoró entonces Fidel.
Vilma no se inmutaba ante peligro alguno. Su voz dulce, pero firme y oportuna, siempre se escuchó con gran respeto en las reuniones del Partido, el estado y las organizaciones de masas, exaltó el líder de la nación antillana.
Arocha concluyó que la destacada dirigente vive en el trabajo cotidiano por conquistar la justicia, por alcanzar la igualdad.
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