lunes, abril 18, 2011

Cinco décadas de Socialismo: Un día de Abril que ya llegó....

Por Dixie Edith / Revista Mujeres
Las tropas están formadas. La voz, firme y clara, del General de División Onelio Aguilera Bermúdez, Jefe de las Tropas, retumbó en la Plaza de la Revolución apenas pasadas las ocho de la mañana, a la misma hora en que, quizás, los cenagueros con más años vividos en la península de Zapata recordaban los estertores de las bombas lanzadas cincuenta años atrás.

Pero los habitantes de Playa Girón y Playa Larga no pasarán mucho rato exhumando el dolor de aquellos días aciagos de abril de 1961. Las tropas, una vez más, están listas. Y una mirada atenta descubre a protagonistas y televidentes; visitantes y espectadores foráneos, que no se han alineado para un simple desfile. Están en el bando de un proyecto social de más de medio siglo que, como poetizó el Indio Naborí, enseñó a los carboneros de Zapata a encontrar “un tesoro en cada leño”, y llevó “la luz de la verdad” a rincones de esta geografía que nunca habían soñado con un libro o un médico.

Más allá de marchar flamantes por la plaza, las tropas que hoy reaccionan de nuevo a la diana mambisa, están listas para seguir caminando “por los surcos de la historia”.



A Brenda le gusta la historia
Justo a un lado de la proa de la réplica del yate Granma, los pies de Brenda no se están quietos. Con apenas 11 años, esta pionera que aspira a ser deportista y científica “porque se pueden hacer las dos cosas a la vez”, le pidió a su abuelo que le contara varias veces los avatares del desembarco de los expedicionarios por Playa Las Coloradas, en 1956, pocos días después de que le dijeran que iba a custodiar al emblemático yate en su paso por la Plaza este 16 de abril.

Luego lo contó a sus compañeros de aula y de marcha “por que la historia hay que oírla como un cuento para poderla seguir haciendo luego”. Así, la pañoleta azul de esta pequeña se sumó a las otras tres mil que formaron el mar por el navegó una vez más el Granma, al ritmo de La Lupe de Almeida, fiel a su promesa de libertad.

Gaby y Laura: frente a sus propios retos
Pequeña y emprendedora, Gaby se ganó a pulso el derecho a estar en esta marcha. Todavía con el recuerdo de una intervención ortopédica bastante reciente, la caminata por la enorme Plaza representaba todo un reto que la muchacha de octavo grado se echó en su bolsillo.

En alguna otra esquina de la marea de pioneros de secundaria, Laura avanza, los pies sobre el asfalto y los sueños desatados en pos de futuros escenarios.

Quizás no comparten las aulas, pero sus pañoletas rojas se empinaron, satisfechas, entre las muchas otras que recorrieron la calle Paseo custodiando el tanque T-34 y el cañón autopropulsado SAU-100, armas que Fidel empleó hace 50 años para defender en Girón la recién ganada independencia. Armas, además, que hoy no descansan en un museo, aguardan, en alguna unidad de combate del caimán, listos para un nuevo disparo.

Mabel, la abeja reina
Llegaron detrás de los 600 alfabetizadores con un lema renovado: “Cubanas, cubanos, querido Fidel, ahora que otra cosa podemos hacer”...

Entre zumbidos y tonos de ternura, alrededor de seiscientas abejas, un caballo Palmiche custodiando al Coronel Elpidio Valdés, la cucarachita Martina y muchos personajes de cuentos llegaron al frente de la tribuna. Entre risas y saludos las “colmenas y colmenitas” de un proyecto teatral –y de mucho amor- que se ha extendido por todo el caimán y hasta por otras zonas del mundo resumió en canción el reclamo de cada bloque humano presente en la marcha. ¿Qué más podemos hacer?

La pregunta cobra significados múltiples, es el reclamo de Cuba en la voz de lo más nuevo de la sociedad que construimos.

Para Mabelita, la flamante abeja reina de esta Colmena múltiple, diversa y divertida, la interrogante implica, también, su desafío personal. Cantando desde su silla de ruedas es, a la vez, respuesta frente a las batallas cotidianas que sigue librando.

Respuesta verde olivo
Camilitos y cadetes, soldados, hombres y mujeres, de todas las armas, tanquistas, guardafronteras, una representación de los tres ejércitos de las regiones cubanas, las Milicias de Tropas Territoriales y múltiples medios de combate, muchos de ellos modernizados y dotados de un gran poder de fuego, movilidad y capacidad de paso.

En el cielo, custodiando la marea humana de la tierra, helicópteros MI-17 y aviones de combate MIG-21 y MIG-23.

La Plaza, de pronto, se vistió de combate, transmitiendo un mensaje sin palabras: “el que intente apoderarse de Cuba...”, chocará contra una masa firme, compacta y solo recogerá polvo, sangre, “si no perece en la lucha”

Mujeres de armas tomar
Los ojos del mundo están sobre Cuba este sábado. A buen entendedor, con las imágenes basta. El futuro de esta Isla bajo el sol se volcó a la Plaza, a demandar tareas a marchar con firmeza, a mostrar nuestros medios de combate. Tras los pasos, las canciones, las consignas quedaron flotando en el viento.

Y entre ellas, 15 mil mujeres apretaron el paso y confirmaron que no por gusto llevan más de medio siglo revolucionando la vida, dentro de una Revolución que les abrió todas las puertas.

Mayoría entre las profesionales y técnicas de la Isla, las mujeres, alistadas dentro de las fila de la Federación de Mujeres Cubanas, llenaron la calle Paseo confirmando que esta Revolución se hizo para multiplicar

Ania y Raquel frente a un nuevo camino
Delante de Dariel y al lado de Roberto, cerca de Massiel, Dayana, Felipe y Alejandro, para Ania y Raquel, estudiantes de la Escuela Vocacional Vladímir Ilich Lenin, andar a la sombra de Martí, Camilo y el Che, este sábado, se entrelaza con otros acontecimientos recientes.

Hace apenas un par de semanas ingresaron en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas, a sabiendas de que ese hecho implica sacrificio y compromiso, trabajo por hacer y batallas por librar, más que reconocimiento por el camino andado. Por eso levantan la voz para multiplicar la certeza escrita en la gran tela que precede al bloque de la juventud cubana: ¡No fallaremos!

Preludio de un debate
"Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba. Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices, ¡y que hayamos hecho una revolución socialista en las propias narices de los Estados Unidos!", afirmó Fidel hace hoy 50 años, desde una tribuna improvisada en la capitalina esquina de 23 y 12.

Siguen sin perdonarnos. Y hoy se lo sienten doble. Esta mañana colorida de la Plaza dará paso al debate sesudo e imprescindible del Sexto Congreso del Partido, que marcará los nuevos caminos para seguir andando.

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