Las feministas rusas están en pie de guerra contra la ultraconservadora Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR), que al pedir un estricto código de vestimenta para las mujeres justificó la violación.
"Está absolutamente fuera de lugar hablar de cómo iba vestida la víctima, ya que el que debe responder de la violación es quien la comete", aseguró Vera Akúlova, dirigente de la organización "Por el Feminismo".
Las feministas consideran "inaceptable" que la Iglesia justifique la violación de mujeres para defender unos anacrónicos códigos de conducta social que son compartidos sólo por una minoría de los rusos.
"Si viste una minifalda, está provocando. Si va borracha, es más provocadora todavía. Si además, busca activamente el contacto y después se sorprende de que éste termine en violación, aún tiene menos razón", dijo, según las agencias rusas.
"Está absolutamente fuera de lugar hablar de cómo iba vestida la víctima, ya que el que debe responder de la violación es quien la comete", aseguró Vera Akúlova, dirigente de la organización "Por el Feminismo".
Las feministas consideran "inaceptable" que la Iglesia justifique la violación de mujeres para defender unos anacrónicos códigos de conducta social que son compartidos sólo por una minoría de los rusos.
La mecha de la polémica la encendió el jefe del Departamento para las Relaciones entre la Iglesia y la Sociedad, el arcipreste Vsévolod Chaplin, uno de los principales ideólogos de la IOR.
"Si viste una minifalda, está provocando. Si va borracha, es más provocadora todavía. Si además, busca activamente el contacto y después se sorprende de que éste termine en violación, aún tiene menos razón", dijo, según las agencias rusas.
El arcipreste ortodoxo, que llamó a las eslavas a seguir el ejemplo de las discretas mujeres musulmanas, insistió en que "cuando una mujer entra en un bar o va por la calle medio vestida toma el camino de su propia perdición".
Chaplin, que tachó de "vergüenza nacional" los atuendos que se ponen muchas cantantes y actrices rusas, cree que muchas jóvenes rusas deben pensar que las calles de las ciudades son clubes de alterne, por lo que se visten como si fueran prostitutas.
"Una mujer que apenas va vestida o está maquillada como un payaso no encontrará un hombre con el que compartir su vida con una onza de respeto y sentido común", dijo.
Estas afirmaciones provocaron un gran malestar entre las feministas rusas, que enviarán una petición por escrito al Patriarca de la IOR, Kiril, para que las condene.
La carta, que ya ha sido firmada por cerca de dos mil personas, denuncia que la IOR "atenta contra la dignidad, los derechos y las libertades" de las mujeres "al justificar la discriminación y la violación".
"Declaramos que la apariencia de una persona y su estado físico no puede justificar acciones coercitivas en su contra. Cada persona, hombre o mujer, tiene derecho a la integridad sexual independientemente de su moda, ropa, círculo social, etc.", reza.
Además, pide a Chaplin y a otros dirigentes de la iglesia que hayan hecho declaraciones discriminatorias contra las mujeres que "se disculpen" públicamente.
"El vestido, el peinado y el maquillaje es un tema muy personal.
Dictar en este terreno es violentar la personalidad individual, lo que es del todo inaceptable. Es una tontería", dijo Ludmila Alexéyeva, veterana activista de los derechos humanos.
Tras la airada reacción de las feministas, Chaplin negó en una carta abierta que con sus palabras quisiera "justificar la violación (...), un crimen para el que no hay justificación", según la agencia Interfax.
Con todo, se mantuvo en sus trece al asegurar que las mujeres que se visten como prostitutas no merecen respeto y aseguró que los argumentos planteados por las feministas son "débiles".
"Sería bueno inventar un código de vestimenta ruso. ¿Creen que es una utopía? Pues no lo es. Me alegro de que casi la mitad del auditorio de los medios de comunicación, inclusive liberales, apoyara la idea de establecer unas reglas sobre la forma de vestir en lugares públicos", dijo.
Chaplin, que también criticó a los hombres por vestir camisetas y pantalones cortos en público, aseguró que esperaba recibir el respaldo de sólo un cuarto de los rusos y se congratuló por haber iniciado un debate nacional.
"El comportamiento de las mujeres en lugares públicos, en la universidad o en el trabajo no es un asunto exclusivamente personal", dijo.
El portavoz del Patriarcado, Vladímir Viguilianski, respaldó a Chaplin al recordar que "en el teatro Bolshói no permiten la entrada a una persona en pantalón corto" y que a nadie se le ocurriría acudir al Kremlin en bikini.
El jefe de los muftíes rusos y el presidente de Chechenia, Ramzán Kadírov, considerado el hombre fuerte del Cáucaso, región de mayoría musulmana, apoyaron la iniciativa de la IOR y criticaron a las mujeres que fuman y beben en público.
No obstante, miembros de la consultiva Cámara Pública, políticos liberales y numerosos representantes de la cultura y el espectáculo se mostraron terminantemente en contra de imponer un código de vestimenta.
A la controversia contribuyeron las declaraciones del locuaz jefe del Departamento de Relaciones de la IOR con las Fuerzas Armadas, el arcipreste Dmitri Smirnov, quien opinó que las mujeres que abortan deberían ser condenadas a ocho años de cárcel.
La carta de las feministas acusa a Smirnov de realizar afirmaciones "sexistas, discriminatorias y chovinistas" que se contradicen con la Constitución de Rusia.
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