Es el feminismo de Flora Tristán un feminismo de transición que arranca de las ideas ilustradas en las que todos los seres humanos son libres e iguales. Con el paso de los años lo enlaza a la lucha obrera, dirigiendo el discurso a la ruptura de las desigualdades por sexo y a la unión de todas las trabajadoras y los trabajadores e introduciendo el internacionalismo que heredarían otros idearios y movimientos. Esta parisina de ascendencia peruana, nacida en el lujo en 1803 y desheredada, comenzó a trabajar, a la edad de 15 años, en una fábrica donde se casó por conveniencia con el propietario.
De él recibiría agresiones de todo tipo, por lo que decidió huir y separarse, en un entorno en el que para ser aceptada en un trabajo tenía que hacerse pasar por viuda. Estos dos hechos fueron los que más marcaron su vida, reconociéndose a sí misma como doble paria, por hija bastarda y por mujer separada. A los 30 años viaja a Perú en busca de sus raíces y de su herencia, algo que nunca conseguiría.
En este país elabora Peregrinaciones de una paria. Lo que comenzó siendo un libro de viajes se convirtió en toda una denuncia de la exclusión social existente en Arequipa. Cuando vuelve a Francia, emprende una campaña a favor de la emancipación de la mujer, los derechos de las trabajadoras y trabajadores y por la abolición de la pena de muerte. Tras una fuerte crítica a la situación del proletariado en Inglaterra, publica La Unión Obrera, documento en pro de la justicia a un nivel universal de la humanidad, poniendo en la base del problema la distinción de clase por sexo: “Todas las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescriptibles del ser mujer”.
Flora muere de tifus en medio de una campaña con la que quiere acercarse a la clase trabajadora francesa. Esta mujer, que se quitó el corsé en plena época napoleónica, que se separó de su pareja, que clamó contra el matrimonio y el poder eclesiástico, murió aquejándose, irónicamente, de “fuertes dolores en la vejiga, en la matriz”.
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