Leila Khaled tenía 24 años cuando participó, en 1969, en el secuestro de un vuelo de TWA de Roma a Atenas. Fue la primera en una serie de acciones del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) para atraer la atención mundial sobre la causa de esa nación.
Todos los pasajeros y tripulantes del Boeing 707 terminaron ilesos. El avión fue detonado en Damasco, donde había aterrizado.
Al año siguiente, Khaled intentó secuestrar un vuelo de la aerolínea israelí El Al de Ámsterdam a Nueva York, pero no lo logró. El avión aterrizó en Londres, donde la tripulación la entregó a la policía británica. Fue liberada más tarde en un cambio de prisioneros.
Calificada de "heroína guerrillera" por la revista estadounidense Time en 1970, Khaled fue expulsada de su hogar en Haifa al crearse el estado de Israel, cuando ella tenía cinco años.
Aún pertenece al FPLP, organización marxista-leninista fundada por el médico George Habash, fallecido el año pasado en Ammán. Khaled, destacada representante de la izquierda palestina, dialogó con IPS en su hogar en la capital jordana.
IPS: ¿Qué piensa del Informe Goldstone sobre la guerra en Gaza y el retraso de su consideración en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a instancias del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas?
LEILA KHALED: Postergar el debate es un error político, un gran error político. No es sólo un error táctico.
Hemos pedido una investigación completa. ¿Quién dio la orden de posponer el debate? Es un informe de la ONU, nada menos. Insumió meses. Lo deberíamos aceptar sin más, pues fustiga la invasión y sus consecuencias, al extremo que de él se infiere que criminales de guerra israelíes, políticos o militares, deberían ser conducidos a la Corte Penal Internacional.
Lo de la invasión a Gaza no es nuevo. No es la primera vez que sufrimos una agresión así. Pero ahora tenemos la oportunidad de acusar a los criminales de guerra.
IPS: ¿Qué reflexión le merece la separación entre Gaza y Cisjordania?
LK: Es una situación muy seria, porque los palestinos están aún hoy bajo ocupación. Están sitiados en Gaza. En Cisjordania, la ANP no tiene soberanía sobre la tierra ni sobre las fronteras. Los israelíes todavía confiscan tierras, demuelen casas, arrestan gente a cualquier hora y en cualquier lugar.
Las divisiones entre palestinos afecta nuestra capacidad política para afrontar los desafíos que nos plantean los israelíes. El FPLP y otros sectores llamamos a la reconciliación entre las dos facciones porque la fractura perjudica los intereses del pueblo. Ha debilitado a los palestinos frente a Israel y socavado la solidaridad internacional hacia nosotros.
Lo consideramos una catástrofe.
IPS: ¿El triunfo electoral de Hamás (Movimiento de Resistencia Islámica) en 2006 le dio legitimidad para gobernar? Ambas partes se acusan mutuamente de golpistas. ¿Qué cree usted?
LK: No creemos que Hamás haya usado su legitimidad de manera correcta. Obtuvo la mayoría en las elecciones, pero no debería haber llegado al extremo de resolver sus contradicciones con Fatah (el partido secular de Abbas, que domina Cisjordania) a través de las armas.
Esto no ha mejorado las cosas para los palestinos. Gaza continúa bajo sitio. Y Hamás ha dejado a la ANP hacer lo que quiera en Cisjordania.
Podían haber apelado al diálogo, la discusión y la negociación sobre las diferencias. Eso habría demostrado que somos un pueblo democrático. En nuestra historia siempre hubo ideas y visiones variadas, pero nunca recurrimos a las armas para saldar las diferencias entre nosotros.
El principal enfrentamiento es con la ocupación, no con otros palestinos.
IPS: El general estadounidense Keity Dayton está entrenando a una fuerza de seguridad palestina que, al parecer, será dirigida contra Hamás y también contra el FPLP. ¿Eso no cambia su percepción de las contradicciones a las que se refería?
LK: El plan de Dayton es construir un aparato no para defender a nuestro pueblo, sino para impedir que nuestro pueblo se resista. Eso significa no sólo entrenarlo, sino también enfrentarlo con las células de la resistencia. Con todas las facciones, no sólo con Hamás. Mientras, Israel entra todos los días a cualquier ciudad para arrestar y asesinar.
La ANP debería fortalecer a quienes están dispuestos a resistirse. Desafortunadamente, ésa es una de las principales contradicciones palestinas: la ANP --sea como gobierno, como aparato de seguridad o como policía-- está construida de acuerdo con la visión de Dayton y no para beneficiar a nuestro pueblo.
IPS: ¿Percibe una intifada (insurgencia popular palestina contra la ocupación israelí) en ciernes? ¿Tal vez una intifada contra la ANP?
LK: Cualquier intifada debe tener razones objetivas. La situación actual no es suficiente para lanzar una, con toda esa presión contra nuestro pueblo, venga del lado palestino o del lado israelí.
Los palestinos sacrificaron mucho en la primera y en la segunda intifadas (una en los años 80 y la segunda a partir de 2000), con mártires y prisioneros, con daños para sus familias, sus hijos, sus propiedades. Hoy tenemos unos 11.000 prisioneros en cárceles israelíes, y detrás de ellos hay 11.000 familias.
Antes que nada, debemos terminar con las divisiones. Eso le dará más poder a nuestra gente. Hemos visto que, cuando la invasión a Gaza, las manifestaciones en Cisjordania eran reprimidas por la policía palestina y no por la israelí.
Aun así, creo que una intifada no está próxima.
IPS: Cómo se ubica el FPLP y la izquierda palestina en general ante la división etnre Hamás y Fatah? La izquierda está, claramente, en uno de los momentos de menos popularidad de su historia.
LK: Los acuerdos de Oslo fueron un punto de inflexión en la lucha palestina. Parte de nuestro pueblo apoyaba las negociaciones con Israel. Creían que podrían derivar en la independencia y en la creación del estado. Pero luego de años sin lograr nada, el pueblo se dio cuenta de que las negociaciones no nos beneficiaban. Por eso estalló la segunda intifada.
La izquierda resultó afectada por eso, y nuestras propias divisiones nos debilitan. Hemos intentado durante años constituir un frente único con un programa de resistencia. Si lo logramos, se creará una tercera línea. En los medios de comunicación sólo escuchamos sobre Fatah y Hamás, pero de hecho no es así. Eso debilita toda la situación.
Específicamente, el FPLP afrontó muchos desafíos. Nuestro secretario general, Abu Ali Mustafa, fue asesinado. Ahmed Saadat está preso. Muchos de nuestros cuadros han sido arrestados o muertos por los israelíes. Eso nos debilita.
IPS: Saadat dijo en 2003 que Israel se aprovechaba de la intifada para romperle la espalda al FPLP mediante asesinatos y arrestos, porque percibía una amenaza en su organización, pero también porque se había debilitado mucho políticamente en los años 90.
LK: Mustafa fue asesinado porque dijo que el FPLP debía resistir y no hacer concesiones con los derechos palestinos. Los israelíes lo entendieron muy bien. El asesinato de Mustafa fue el primero que cometieron con un líder de tan alto nivel como víctima.
Israel sabía muy bien que el FPLP estaba en condiciones de resistir, que su programa de resistencia implica no negociar. Sabe que asesinando o encarcelando a sus dirigentes debilitará al Frente, y así lo hizo. Pero podemos reconstruirnos. Aún tenemos mucho por hacer en ese sentido.
Pero la situación general, tanto a nivel palestino como a nivel árabe, no facilita la resistencia. Nos debilita a todos y no sólo al FPLP.
IPS: ¿Qué factibilidad tiene hoy una lucha armada y el nuevo paradigma del gueto?
LK: En general, los pueblos siempre encuentran métodos de resistencia. A partir de 1967, secuestrábamos aviones. Después, comenzamos a arrojar piedras, y más tarde, atentados suicidas, luego interrumpidos. Cuando los israelíes se fueron de Gaza, comenzaron a usarse cohetes desde allí contra israel, mientras Cisjordania seguía en silencio.
Usted utilizó la palabra "gueto", y, sí, nuestras ciudades lo son. Están rodeadas de asentamientos judíos, hay un muro alrededor de Cisjordania, tenemos puestos de control a la entrada de todas ellas.
Pero el pueblo encontrara métodos de resistencia que ni yo misma puedo imaginar. Nadie pensó en una intifada con piedras, ni que los niños también las arrojaran. Eso dio origen a muchas críticas hacia Israel y a una corriente de solidaridad para nosotros.
Cuando hay ocupación, hay resistencia, que en cada momento adopta nuevas formas y nuevos mecanismos. La situación actual no puede durar mucho. Nuestro pueblo no puede aceptarla, y, además, tiene una gran experiencia de lucha. Algún día, la lucha se reanudará. De qué modo, no lo sé. Pero está llegando.
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