miércoles, agosto 26, 2009

La Revolución de las Mujeres...

Por Elías Argudín Sánchez
Aunque sin pelo en pecho y el pantalón puesto tan bien como la saya, lo cierto es que nuestras mujeres son merecedoras de mucho respeto. Por eso llegó temprano la Federación de Mujeres Cubanas como un acto de justicia indispensable, que devino Revolución dentro de la Revolución, al decir de Fidel, el máximo inspirador de uno y otro acontecimiento.

Surgida el 23 de agosto de 1960, la FMC fue la primera organización de masas que naciera después de aquel enero victorioso, solo dos decenas de meses antes. Hasta entonces, marginadas ellas, solo habían podido dar atisbos del torrente que eran…

…Reprimidas, de su valía solo una que otra pudo dar muestras. ¡Pero qué muestras! Mariana Grajales, Amalia Simoni, Ana Betancourt, Rita Montaner, Alicia Alonso, Celia, Haydee, Melba, Vilma, Teté Puebla, las marianas… Suficiente para probar que había que tenerlas en cuenta y eso de que esto o aquello solo para hombres, era precisamente un invento machista.

De ahí que la organización que habría de agruparlas llegó como una decisión sabia, justa, oportuna, para garantizar el pleno desarrollo de las representantes del llamado sexo débil, contribuir a acabar con la discriminación por su género, garantizarles la incorporación a la sociedad y al empleo… y para ello las unificó a todas y todas las organizaciones de féminas existentes hasta el momento pasaron a ser una sola: FMC.


Y la vida para ellas empezó a ser diferente, también empezaron a verla y afrontarla de modo diferente. Entonces también empezaron a crecer y crecer… Y pasaron de subestimadas a protagonistas insustituibles.

Como prueba se pueden citar, entre muchos, algunos números: más de cuatro millones ya integran la organización, el 86,7 por ciento de las cubanas mayores de 14 años; son casi las tres cuartas partes de la fuerza técnica y profesional del país y se hacen oír en puestos de dirección y el Parlamento por una representación superior al 35 por ciento.

Mujeres hay investigadoras, médicas, maestras, enfermeras, constructoras, operadoras de combinadas, ¡tanguistas!... Trascendieron los marcos de la lucha por su propia emancipación y se fueron a dar batalla en todos los ámbitos económicos y sociales del país. ¡Y han vencido! Con Vilma, la presidenta de siempre, al frente.

En ello está el mérito de la FMC, artífice principal de que la mujer dejara de estar hecha a la imagen y semejanza de un marido que en realidad era dueño. Con la FMC las mujeres empezaron a ser ellas; pensar, vivir, amar de manera auténtica.

No es mera retórica, cuando se dice FMC, se dice mujer cubana y se dice Vilma; y cuando se dice mujer cubana se dice Revolución.


Fuente: El Habanero

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