martes, julio 28, 2009

¿Quién responde a las mujeres?, nuevo libro de UNIFEM

Por: Nancy Betán Santana
El fortalecimiento de los sistemas de rendición de cuentas de los gobiernos del mundo es la clave para lograr el cumplimiento de los compromisos en pro de la mujer y la igualdad de género, de acuerdo con el informe El progreso de las mujeres en el mundo 2008/2009: ¿Quién responde a las mujeres?, presentado por el Fondo de Desarrollo de las Naciones para la Mujer (UNIFEM) el viernes pasado en esta ciudad.

El libro, cuya autora principal es Anne Marie Goetz, realiza un balance en temas fundamentales para el desarrollo mundial de las mujeres como políticas, servicios, mercados, justicia y asistencia y seguridad; además de contar con un apartado que revisa los logros y retos con respecto a cada uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) desde una perspectiva de género, planteados hace unos meses por organizaciones de la sociedad civil en la conferencia denominada Cairo+15, celebrada en Nueva York.

Respecto a políticas, se confirmó que las cuotas han sido un mecanismo eficaz para promover la participación política femenina, pero el aumento del número de mujeres en cargos políticos no es suficiente para asegurar que el sector público responda mejor a las necesidades de la población femenina, dice el informe.

Asimismo, dicho documento señala la necesidad de que este aumento esté vinculado con reformas para un buen gobierno sensible al género femenino, que sean inclusivas, respondan a las necesidades de las mujeres y provean de una gestión responsable de los asuntos públicos para implementar políticas reales de género.

En cuanto a servicios, el informe enfatiza que en todo el mundo las mujeres enfrentan a diario fallas en la prestación de servicios de servicios públicos, como el suministro de agua, el pago de salarios y las trasferencias de dinero en efectivo condicionadas en México.

MERCADOS, CRISIS Y MUJERES

En torno a los mercados, en informe sostiene que la reciente crisis alimentaria revela el rol problemático desempeñado por las mujeres para la construcción de la seguridad alimentaria, debido a su vulnerabilidad ante los choques del mercado, cuando éstos no son mitigados por los gobiernos.

Un ejemplo de ello, dice, lo representan las mujeres de Bangladesh, quienes ingresan a la industria de la confección, impulsadas por la pobreza, aún más agudizada en estos últimos dos años.

JUSTICIA

El capítulo de justicia acentúa que, a pesar de contar con legislaciones específicas a nivel nacional e internacional en contra de la discriminación y en pro de la igualdad de derechos, esas leyes tropiezan con obstáculos importantes para su práctica, como lo son los funcionarios machistas y/o conservadores.

El problema también radica, señala, en los sistemas de justicia no formales u oficiosos, los cuales, están exentos de la obligación de aplicar normas de derechos humanos e igualdad de género.

La asistencia y seguridad femeninas, subraya el documento, se ve limitado por las mismas organizaciones internacionales, que incumplen con sus propias políticas de igualdad de género.

Por ejemplo, hasta la fecha, enfatiza, no se cuenta con un sistema acordado de marcadores de género para el seguimiento de los importes asignados para promover la igualdad de género y la potenciación de la mujer, ni en las instituciones financieras internacionales ni en otras organizaciones multilaterales, incluyendo los organismos del sistema de Naciones Unidas.

MÁS PELIGROSO SER MUJER QUE SOLDADO

Al respecto de la seguridad femenina, un ex comandante de fuerzas de las Naciones Unidas señaló recientemente: “En la parte oriental de la República Democrática del Congo, es más peligroso ser mujer que ser soldado”.

En los conflictos contemporáneos, continúa, las mujeres están cada vez más en la línea de frente. La violencia sexual contra las mujeres desplazadas que recogen leña ha pasado a ser tan frecuente que los trabajadores en los campamentos en Dafur han abreviado la designación del fenómeno como “violación de leña”.

Por otro lado, en torno a los ODM, como bien lo señaló en su momento Cimacnoticias, el camino para erradicar la pobreza extrema y el hambre; lograr la enseñanza primaria universal; promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud materna; combatir el SIDA, paludismo y otras enfermedades; garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, son objetivos aún lejanos si no se implementan políticas gubernamentales y rendición de cuentas con perspectiva de género; cuando, tan sólo en México, la mitad de la población está constituida por mujeres.

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