miércoles, julio 29, 2009

Parturientas no denuncian la violencia obstétrica...

Fuente: Ultimas Noticias
El Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer) viene recibiendo desde varios meses denuncias sobre violencia obstétrica en los hospitales, especialmente de las maternidades.

Maltrato verbal y psicológico, irrespeto a la privacidad de la paciente, tactos vaginales indiscriminados, esterilizaciones o histerectomías totales sin la autorización de la paciente y desinformación a la hora de asistirlas en el parto por parte del personal médico son algunas de las quejas que exponen las afectadas en la Dirección Nacional de Prevención y Atención de la Violencia contra la mujer de Inamujer, que coordina Florángel Parodi.Aunque no llevan registros exactos, señaló que son pocos los casos en comparación con las estimaciones que ellos tienen sobre ese tipo de violencia, delito contemplado en el artículo 51 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Explicó que la práctica de maltratar a las mujeres que asisten a centros públicos de salud está muy arraigada en el país, especialmente en Caracas, donde los hospitales están colapsados: "Las mujeres a veces ni siquiera denuncian estos atropellos, porque lo ven como una situación normal".


En ese sentido, indicó que la situación ha infundado un temor hacia el parto natural, para el cual la mayoría de las mujeres están preparadas, con algunas excepciones: "Las césareas se han incrementado porque tienen miedo de exponerse a este maltrato. El parto en un centro público se convirtió en una especie de patología de la que muchas mujeres temen enfermarse".

Señaló que Inamujer está trabajando en una campaña para humanizar al personal médico de esos centros y a la población para que conozca sus derechos.

Los alcances de la Ley describen una serie de procedimientos que muchas féminas desconocen y que también se traducen en violencia obstétrica. La posición supina y con las piernas levantadas, cuando debería hacerse de forma vertical, es una práctica cuestionada por feministas.

También cuando a una mujer se le niega la posibilidad de cargar o amamantar a su bebé al nacer. El uso de fórceps ­todavía empleado en los centros públicos y privados­ altera el proceso natural del parto.

Igualmente, hacer una cesárea cuando existen condiciones para el parto natural es castigado por la ley. Las sanciones van desde 250 a 500 UT.

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