miércoles, julio 29, 2009

La lucha por la liberación de la mujer, hace parte de la lucha por la emancipación de toda la humanidad

Fuente: Estudiantes Antiimperialistas
LA OPRESIÓN DE LA MUJER NO ES “NATURAL”: SURGE CON LA DIVISIÓN DE LA SOCIEDAD EN EXPLOTADORES Y EXPLOTADOS Y ES UNA PARTE INTEGRAL DEL CAPITALISMO “MODERNO”, EL CUAL LA PERPETÚA...
Son muchas las explicaciones que nos dan para que creamos que las relaciones que se desarrollan en nuestra sociedad son “naturales”, que es normal que las mujeres sean subyugadas, o maltratadas y que no tengan en lo fundamental ningún valor. Lo mismo nos dicen con el actual orden, que es normal que haya ricos y pobres, que haya países que dominen a otros y que todo eso es “natural” y normal. Que es imposible cambiar el actual orden de las cosas y así mismo las condiciones de vida de millones de personas sea otra. “Sin embargo no existe NINGUN orden natural, ni divino, ni biológico que no se cambia y no se pueda cambiar”.

Todas las relaciones actuales de explotación, tienen sus raíces en el momento en que surgen las clases sociales, cuando en el primitivismo algunos comienzan a acumular el excedente de la producción, apareciendo consigo la propiedad privada. Aparece una nueva relación: el explotador y el explotado. Aunado con ese desarrollo, se transformó más la relación inicial, el trabajo por género en una relación opresiva del dominio del hombre sobre la mujer.

Desde que surgió la propiedad privada de la riqueza que la sociedad produce en conjunto y desde que con ella surgieron las divisiones de clases —las divisiones entre los seres humanos según sus diferentes papeles en la producción de esa riqueza y la parte correspondiente mayor o menor de la riqueza que reciben—, se suponía que la mujer conservara su virginidad hasta contraer el matrimonio y luego ser madre subordinando sus sueños y proyectos incondicionalmente y canalizándolos a satisfacer al marido y criar a los hijos de él.

La primera división de la sociedad en explotadores y explotados —en que algunos capturaron y esclavizaron a otros— estaba fuertemente relacionada con la aparición de las relaciones opresivas entre los hombres y las mujeres. (Tomar a mujeres como “botín de guerra” y mantenerlas como concubinas —esclavas sexuales— tuvo un rol importante en el desarrollo de las relaciones amo-esclavo. Los “textos sagrados” de las mayores religiones, por ejemplo la escrituras “judeocristianas” y el Corán del Islam, consagran y de hecho celebran esta situación.)

Como podemos ver, las raíces son históricas y no es algo nuevo, que nos está sucediendo a nosotras, tenemos que acabar con esa manía de pensar que la historia comienza con nosotros, y que han sido muchas mujeres que sufrieron y nunca pudieron hacer nada, nos corresponde a nosotras conquistar lo que muchas no pudieron obtener. Hay que tomar el papel que nos corresponde en la historia de forma firme y decidida.

Como bien sabemos la discriminación de las mujeres es un problema real que afecta a millones por todo el mundo, centrarse en el problema de la violencia domestica o la falta de oportunidades sin entender cabalmente sus intereses como mujeres y como clase, no podrá resolverse de raíz el problema de la explotación y opresión, el problema de las relaciones machistas en este sistema patriarcal donde la mujer hace parte de la propiedad privada.

Sin embargo, se hace necesario entender que en este sistema, como dijo José Carlos Mariategui: “Las mujeres como los hombres son reaccionarios, centristas o revolucionarios, no pueden por consiguiente, combatir juntas la misma batalla. En el actual panorama humana las clases diferencian a los individuos mas que el sexo”. Muestra de ello son los esfuerzos que se vienen dando en diferentes sectores por generar y fortalecer un movimiento femenino donde se borran las diferencias de clase y que puedan llevar a identificar los intereses de las mujeres del pueblo con las mujeres como Hilary Clinton, Eleonora Pineda, Rocio Arias o Condolezza Rice, entre otras, que con firme convicción justifican el capitalismo-imperialismo, paramilitarismo o regimenes despóticos militaristas como, los de Angola o Colombia, aduciendo que los crímenes cometidos contra hombres, mujeres y niños, incluso violaciones y mutilaciones genitales, son un mal necesario para defenderse no solo de la guerrilla sino de la violencia de todos aquellos que se atreven a amenazar sus intereses y proponer una sociedad diferente. Son mujeres que defienden este sistema caduco y que añoran el rol tradicional de madres y esposas abnegadas.

“En este momento en que muchos proclaman que es necesario, o además deseable, encontrar “puntos en común” con los fundamentalistas religiosos, esta declaración no acepta la esclavización de la mujer y no le hará concesiones. No les tiene paciencia a los que nos aconsejan ser “realistas” conformándose con hacer pequeños ajustes a los horribles confines del mundo como es. Esta declaración desenmascara la bancarrota moral e ideológica de los que se adjudican el estandarte del avance de la mujer, pero cuya única intención es “sacar una tajada” del mundo como es — de librar una batalla perversa y perdida por el “derecho” de la mujer de conseguir una parte igual en el manejo del imperio, la explotación de los demás o hasta el nivel humillante de hacer promoción y venta de sus propios cuerpos como mercancía sexual. Nos muestran que este sistema puede ser reformado. Que participando en las estructuras del Estado como congresistas, alcaldesas, ediles entre muchos cargos más, las mujeres podemos lograr cambios significativos. Dejémonos de ilusiones, aquellas ilusiones que igual siembran aquí en nuestro país. De que las cosas van por buen camino, que jalémosle a la toma del poder por vías pacificas, que el poder se alcanza por medio de las urnas y mil sandeces mas…

Al concientizarnos mas, las mujeres entendemos que la violencia, la explotación, el tener que vender su cuerpo, su mano de obra en las maquilas o en cualquier parte dentro de este sistema, es un arma del sistema patriarcal y clasista para consolidar y establecer nuestra subyugación. También entendemos que no será posible controlar esta situación sin acabar con la condición sobornada de la mujer. No va a desaparecer por las buenas la dominación de la mujer, porque la apuntala el poder del sistema patriarcal y clasista. La liberación de la mujer depende de derrocar el sistema reaccionario dominante en el mundo.

Nosotras las mujeres debemos gritar bien alto ¡NUNCA MAS!




Déle una vuelta al globo terráqueo. En cualquier parte que se mire, se está manteniendo a las mujeres subordinadas y forzosamente en una posición atrasada.
Desde China…

Donde el nacimiento de un varón es motivo de celebración y alegría. Pero el de una niña trae condolencias y a menudo esta aparece en un relleno sanitario al lado de basura apestosa…
Hasta El Salvador…

Donde arrestan a las mujeres en salas de urgencia del hospital por sospecha de abortar, y donde el estado ha confiscado su historial médico e incluso ha usado su útero como evidencia para encarcelarlas.

¡NECESITAMOS UNA REVOLUCIÓN!

Desde Bangkok, Bangalore y Moldova…

Donde literalmente millones de mujeres jóvenes son víctimas del secuestro, sus familias famélicas las venden, o salen vendidas en el comercio transfronterizo de esclavas sexuales a una escala nunca antes vista en la historia después de ser atraídas con promesas de empleo...
Hasta China, Vietnam y el Valle Silicon, Estados Unidos…

Donde el trabajo de las mujeres en la red de maquiladoras mundiales potenció las últimas dos décadas de expansión capitalista... y donde estas mismas mujeres ahora vuelven a casa, con las manos vacías, acabadas y abandonadas en la crisis capitalista.

¡NECESITAMOS UNA REVOLUCIÓN!

Desde los países destrozados por la guerra…

Donde en el Congo, tal como en Bosnia antes, la violación de las mujeres ha sido una parte sistemática de una guerra civil y donde decenas de miles de mujeres y chicas han sido violadas tan brutalmente que sus entrañas están desgarradas y ya no se pueden controlar la vejiga o los intestinos. 4

Hasta el hogar de la familia…

Sea en Estados Unidos, donde cada 15 segundos una mujer padece una golpiza de parte de su pareja y todos los días tres mujeres mueren a manos de amantes posesivos y esposos abusivos 5 ... o en partes del África, donde la tradición dicta que las familias mutilen a sus propias hijas, cortándoles los genitales a niñas pre-púberes a fin de eliminar para siempre el placer sexual y “prepararlas” para la posición de una “esposa leal y correcta”, sin la tentación de alejarse de su marido... o la India, donde todos los años una vez que han pagado la dote (el dinero pagado a la familia del novio), maridos o suegros prenden fuego o matan a cientos, tal vez miles, de esposas… o por todo el mundo, donde bajo la influencia del fundamentalismo religioso y las relaciones sociales atrasadas, los hermanos y los padres matan a las mujeres si estas “le traen vergüenza” a la familia.

¡NECESITAMOS UNA REVOLUCIÓN!

Desde los “votos sagrados”…
Cuando el ritual de la “reina por un día”, la novia vestida de un “blanco virginal” el día de la boda —ahora fomentado en proporciones descabelladas en países como Estados Unidos— señala el paso de una mujer a lo que es con vertiginosa frecuencia una vida de trabajo doméstico y subordinación, sin importar que ella trabaje fuera de la casa y muy a menudo aun cuando ella tiene una educación superior y una posición en una profesión prestigiosa.
Hasta los “textos sagrados”…

En los que las religiones dominantes consagran la subyugación de las mujeres mediante el mito (que Eva causó “la caída del hombre”), mediante el código (el Corán y la sharia [las leyes islámicas] en que el testimonio de una mujer vale la mitad de él de un hombre y se autoriza que un hombre le pegue y azote a su esposa a fin de que ella siga obedeciéndolo) y mediante oraciones (la oración judía de un hombre que le agradece a Dios por no haber nacido mujer).

Desde las veredas del Tolima, Antioquia, la Costa atlántica

Donde las mujeres han sido ultrajadas, mancilladas, violadas, botín de guerra: son cientos de miles de mujeres campesinas e indígenas obligadas a padecer los rigores de la opresión militar y paramilitar a deambular de un sitio a otros con sus hijos a cuestas y sin un futuro seguro.
Hasta las cumbres de Siloe en Cali, Comuna 13 y Popular 1 en Medellín; ciudad Bolívar en Bogotá…
Mujeres desplazadas obligadas a vender su fuerza de trabajo en las maquilas o en “trabajos” denigrantes como la prostitución. Obligas a vender su cuerpo para darles de comer a sus hijos. Obligadas a trabajar más de 12 horas en maquila cosiendo y cosiendo hasta el cansancio, el agotamiento físico y espiritual, sin derecho al descanso ni siquiera ir a realizar una necesidad fisiológica. O asesinadas en el peor de los casos como ha sucedido recientemente en diferentes barrios de Medellín, Pereira y Barranquilla.

¡NECESITAMOS UNA REVOLUCIÓN!
Desde las cunas…
En que apenas nace una niña y se le pone en un camino que —a pesar de las afirmaciones de que en los países “modernos” como Estados Unidos no hay límites a lo que una joven pueda llegar a ser— en realidad se caracterizará por muchísimas limitaciones y degradaciones impuestas por la sociedad sobre las niñas y las mujeres.

Hasta la “vejez”…
Donde la mujer mayor es, la mayoría de las veces, víctima del abandono, insulto, olvido, ridículo y devaluación…
Hasta la tumba…

Las mujeres mueren innecesariamente: en el parto, por abortos mal practicados, por falta de cuidado médico y sin comida o agua potable. Las mujeres mueren de manera violenta: a manos de sus maridos y hermanos, de padres y parientes políticos, de soldados conquistadores y proxenetas. Las mujeres mueren subvaloradas: pulverizadas e ignoradas en los trabajos más peligrosos, zonas de guerra y calles desconocidas.

¡NECESITAMOS UNA REVOLUCIÓN —UNA REVOLUCIÓN DE VERDAD—
LA REVOLUCIÓN MÁS RADICAL Y LIBERADORA EN LA HISTORIA!

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