Las mujeres de las comunidades indígenas de América Latina, expresaron su condena al modelo de desarrollo de los Estados que impactan a sus comunidades, reafirmando que ellas son y deben seguir siendo “las guardianas de su comunidad, así como su demanda de políticas que asienten su rol de lideresas y nunca más sean víctimas de la violencia familiar, ni institucional”.
Estas fueron las primeras conclusiones de las casi dos mil participantes de la I Cumbre Continental de Mujeres Indígenas, realizada en el marco de la Cumbre Indígena de los Pueblos del Abya Yala, que se desarrolla en la ciudad de Puno.“Desde nuestra condición de mujeres, madres y lideresas queremos ayudar a este proceso de consolidación del movimiento indígena. Por eso estamos aquí”, señaló con entusiasmo Blanca Chancoso, lideresa indígena Kichwa de Ecuador.
Temas como la violencia intrafamiliar, social y política, la violencia institucionalizada, la criminalización de las luchas, conflicto armado, soberanía alimentaria, mujer y biodiversidad, mujer y territorio, fueron tratados en cada sala escogidas.
Las participantes, en un promedio de cien en cada sala, pudieron exponer y escuchar el sentir de los testimonios de mujeres indígenas de Bolivia, Guatemala, Ecuador, Perú y otras naciones, afectadas por las políticas de sus autoridades locales y centrales.
Se presentaron diversos casos emblemáticos en cada uno de los temas mencionados anteriormente, resaltando que los derechos humanos de las mujeres deben ser prioridad en el quehacer diario en sus países.
La agenda conjunta acordada por las mujeres indígenas en su primera cita histórica en Puno, Perú, será alcanzada a la Cumbre Central que se inicia mañana viernes y concluye el domingo último.
Cabe destacar, que en el tema de la criminalización de las luchas se presentaron casos emblemáticos de Colombia y Perú. Las participantes colombianas de la etnia ‘Mingas’ denunciaron que el gobierno de ese país ‘matan a indígenas en nombre del desarrollo’. “En Colombia se destruye a los pueblos nativos con las concesiones mineras, si se protesta o se levanta, el gobierno dispara”, aseveró una de las ponentes.
La delegación boliviana expuso también su experiencia afirmando que para contrarrestar esta situación pasa por el fortalecimiento de sus organizaciones, a pesar de haber sufrido abusos y muertes de parte de las autoridades.
En el tema del conflicto armado, las mujeres indígenas hicieron sentir que tampoco son ajenas a esta situación, dado la presencia de grupos subversivos y de los enfrentamientos a raíz de la presencia de exploración y explotación minera, petrolera y foresta en sus jurisdicciones.
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