Más de 500 millones de personas, alrededor del mundo, enferman de malaria anualmente; de ellos las mujeres embarazadas y las niñas, junto a los niños, menores de cinco años clasifican como los grupos poblacionales más sensibles a la infestación con esa enfermedad. Incluso, en algunos países, la mayoría de las y los pacientes pediátricos con anemia moderada o grave se deben a la malaria.
Datos de organismos internacionales, estiman que el 40% de los habitantes en el mundo conviven con el riesgo de ser contagiados por el parásito del mosquito Anopheles, agente trasmisor de la malaria o paludismo. Y aunque África Subsahariana, concentra la mayor presencia de ese padecimiento, regiones como el Medio Oriente, Asia, América Latina y Europa no están exentas de ser afectadas.
Datos de organismos internacionales, estiman que el 40% de los habitantes en el mundo conviven con el riesgo de ser contagiados por el parásito del mosquito Anopheles, agente trasmisor de la malaria o paludismo. Y aunque África Subsahariana, concentra la mayor presencia de ese padecimiento, regiones como el Medio Oriente, Asia, América Latina y Europa no están exentas de ser afectadas.
En África, por ejemplo, el paludismo causa la quinta parte de la mortalidad infantil; además de incrementar el padecimiento de anemia en las y los infantes, lo cual deriva en un crecimiento y desarrollo deficientes. En cuanto a las mujeres gestantes, datos oficiales indican que la malaria se vincula, entre otras enfermedades, con anemias graves que llevan a tener bebés con muy bajo peso al nacer y a su vez a incrementar los riesgos de la mortalidad en las primeras etapas de los menores.
La UNICEF, agudiza su lucha en virtud de disminuir el impacto palúdico en las niñas, niños y en las embarazadas. Proveer a estas mujeres de métodos preventivos durante ese período, logrará disminuir, de forma significativa, la proporción de nacimientos de bebés con bajo peso y la anemia materna. La distribución de fármacos adecuados durante el embarazo, tanto si muestran síntomas de infección como si no, y la entrega de mosquiteros tratados con insecticidas, son algunos de los procedimientos aplicados.
El programa Por un embarazo más seguro, al amparo de la UNICEF, deberá garantizar, asimismo, que las mujeres y sus bebés accedan a servicios de salud prenatal de más calidad lo que redundará en una mayor supervivencia materno-infantil.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Asamblea General de 2005, estableció numerosos compromisos para ser cumplidos por la comunidad internacional. De hecho este organismo prevé que en aquellos países con una trasmisión moderada y baja de la dolencia conseguirán reducir la mortalidad en una cifra superior al 75 por ciento antes de 2015.
Si bien es cierto que en la actualidad se cuentan con tratamientos eficaces, diagnósticos rápidos y medidas preventivas para enfrentar este mal, solo pequeñas cifras de infectados pueden tener acceso a los métodos terapéuticos necesarios. De hecho, los graves problemas económicos y sociales en muchas de las naciones con altas tasas de prevalencia de la malaria entorpecen una adecuada asistencia médica a las víctimas.
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