Son muchos los motivos por los cuales salimos a la calle el 8 de marzo. Como fecha señalada, éste debe ser un día en que recordemos el pasado para poder ver mejor cual es nuestra realidad diaria: la explotación, la represión, las herramientas del capitalismo para perpetuarse y por supuesto, el patriarcado. No podemos permitir que quede en un día que acalle nuestra conciencia, las reivindicaciones y la lucha deben ser diarias.
Un 8 de marzo de 1857 cientos de trabajadoras de una fábrica textil en Nueva York se manifestaron en contra de los bajos salarios por discriminación sexual y las condiciones inhumanas de trabajo, tras la represión policial de esta movilización dos años después crearon su primer sindicato y esta fecha quedó marcada como una reivindicación ya no sólo obrera sino también por la igualdad sexual.
Un 8 de marzo de 1857 cientos de trabajadoras de una fábrica textil en Nueva York se manifestaron en contra de los bajos salarios por discriminación sexual y las condiciones inhumanas de trabajo, tras la represión policial de esta movilización dos años después crearon su primer sindicato y esta fecha quedó marcada como una reivindicación ya no sólo obrera sino también por la igualdad sexual.
Más tarde, en 1908 en Nueva York, tuvo lugar uno de los acontecimientos más lamentables para la historia de la lucha por la igualdad, 129 mujeres fueron asesinadas a manos del burgués al cual pertenecía la fábrica textil en que trabajaban al haber iniciado una huelga por la reducción de la jornada a 10 horas, igualdad salarial frente a los hombres y derecho a la lactancia. Al año siguiente también Nueva York fue testigo de las protestas de 15.000 mujeres trabajadoras que extendieron sus protestas hacia el derecho a voto y el fin de la esclavitud infantil. Así un sinfín de protestas y movimientos revolucionarios antisexistas en los que la solidaridad obrera ha sido protagonista han sido repetidos a lo largo de la historia hasta llegar a nuestros días; y es que un siglo más tarde comprobamos que estos acontecimientos se repiten de forma constante, la clase obrera sigue sometida a la opresión por parte del sistema capitalista y del Estado que le mantiene; la mujer es la que continua en la sombra dentro de esta clase social. Y es que el Patriarcado sigue vivo, fomentando a que se siga impartiendo una educación machista basada en roles y opresiones para hombres como mujeres.
Nos encontramos en una situación de crisis del sistema capitalista, donde la clase obrera es la desfavorecida de forma directa, y la mujer es la principal víctima, motivos como el riesgo al embarazo están siendo usados día a día para que no se contrate mujeres o que se las eche de su trabajo; así pues la explotación sobre esta es más que evidente en este momento, una explotación a través de altas horas de trabajo y un mínimo salario que la mayoría de las veces disminuye más de lo habitual.
La violencia machista sigue siendo un problema fundamental en la sociedad en la que vivimos, podemos afirmar claramente que éste tipo de violencia de género es tratada con desdén y que es generada por los roles sexistas que nos impone el Estado patriarcal, por ello de forma diaria conocemos una víctima más pese a que cada día que pasa se intentan silenciar más los casos existentes; contrario a esto los medios de información nos bombardean de medidas legislativas o de medidas económicas para solucionar nuestros problemas, una legislación perteneciente a la burguesía y que por lo tanto únicamente está orientada a favorecer a todxs aquellxs que sustentan el interés de este estado español.
El Gobierno de dicho Estado, un gobierno socialdemócrata formado por hombres y mujeres, nos quiere hacer creer que vivimos en una igualdad incierta; imponiendo un Ministerio orientado a la mujer, donde realmente no hace nada por ella, debatiendo sobre la reforma de una ley del aborto que aún no ha sido ni terminada ni aceptada, intentado dar de cara a los medios lecciones de lenguaje no sexista cuando luego son los primeros en empujar que la desigualdad sea una realidad presente y en reprimir a quien quiera que luche por un presente mejor y más justo.
Por ello dejamos claro que el “estado de bienestar” cumple su función de proporcionarnos una falsa sensación de seguridad, se nos distrae de la explotación que sufrimos intentando convencernos de que las migajas que nos da son suficientes, mientras los cuerpos represivos nos advierten de que luchar por mejorar nuestra vida tendrá consecuencias dolorosas. Somos de clase obrera, y sufrimos por ello como cualquiera. Y a pesar de todo, tenemos que aguantar insultos, violaciones, maltrato y desprecio por los que deberían ser compañeros de lucha.
Todo esto nos arrastra y nos empuja fuertemente a continuar luchando por un feminismo, por una igualdad entre hombres y mujeres y por la libertad de la clase obrera frente a la opresión, la represión, la criminalización que padecemos continuamente.
En recuerdo a todas las personas que han dado su vida por la lucha, compañerxs caidxs o compañerxs presxs, unámonos y luchemos por el ahora que es nuestro.
FRENTE AL CAPITALISMO OBREROS Y OBRERAS UNIDXS
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