lunes, diciembre 15, 2008

La Mujer y la Revolución


Por Diana Cordero

"Una revolución no es digna de llamarse tal si con
todo el poder y todos los medios de que dispone no es capaz de ayudar a la mujer –doble o triplemente esclavizada, como lo fue en el pasado– a salir a flote y avanzar por el camino del progreso social e individual".

León Trotsky


Es impostergable para las y los revolucionarios
etender como fundamental el papel de la mujer
en la lucha contra el sistema capitalista.

Cuando el marxismo revolucionario plantea:
"Las organizaciones oportunistas, por su naturaleza
misma, centran principalmente su atención en las capas
superiores de la clase obrera, y por consiguiente,
ignoran tanto a la juventud como a la mujer
trabajadora. Ahora bien, la declinación del
capitalismo asesta sus golpes más fuertes a la mujer,
como asalariada y como ama de casa"

no desconoce cuales son las características de esta
opresión y lo que sucede con algunos partidos y
organizaciones que no lo tienen como una bandera de
lucha fundamental.

Es justamente el stalinismo el que en 1936 sostiene
que ...: "El aborto que destruye la vida es
inadmisible en nuestro país. La mujer soviética tiene
los mismos derechos que el hombre, pero eso no la
exime del grande y noble deber que la naturaleza le ha
asignado: es madre, da la vida"

Trotsky responde: "el poder revolucionario ha dado a
la mujer el derecho al aborto, uno de sus derechos
cívicos, políticos y culturales esenciales mientras
duren la miseria y la opresión familiar, digan lo que
digan los eunucos y las solteronas de uno y otro
sexo".

No es lo mismo una mujer como la Margaret Tatcher que
la monja Peloni. Nunca lo será, el ser mujer no otorga
calidad de nada, no es un atributo positivo per se.

Solo que no podemos desconocer la opresión de esta
parte de la sociedad, una mayoría que aún no logra
emerger y tener claras las consignas de lucha.
El imperialismo es poderoso y todas las redes que
hacen a la sumisión de una clase por otra, un género
por otro, una raza por otra las articula con sutiles
diferencias para entorpecer el desarrollo de la lucha.
En el caso de la mujer, el mecanismo de opresión se
basa en la afectividad. Oprimidas por amor....suena
fuerte, no?

Tal vez la prédica constante de esta postura logre que
se debata el tema mujer en una forma enriquecedora.

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