AVN .- La brasileña Dilma Rousseff es la décima mujer electa como presidenta en América Latina y es la primera mujer en la historia de Brasil, en 121 años de vida republicana, que gobernará este país suramericano.
Rousseff, candidata por el Partido de los Trabajadores, obtuvo la victoria con un 56,05% de los votos válidos, mientras que el opositor del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), José Serra, logró 43,95% de los sufragios, según datos suministrados por el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil.
De acuerdo con Prensa Latina, Brasil quedó también como el octavo país de la región que tiene como gobernante a una fémina, antecedido por Argentina, Bolivia, Costa Rica, Nicaragua, Ecuador, Panamá, Haití y Chile.
Entre ellas la argentina María Estela Martínez (1974), la boliviana Lidia Gueiler (1979) y la ecuatoriana Rosalía Arteaga (1980), son las únicas mandatarias que había tenido la región hasta la llegada de la chilena Michelle Bachelet quien también se convirtió en la primera en llegar al cargo tras las elecciones del 2006 en el sur del continente.
Mientras, en Centroamérica, le antecedieron a Dilma, en Nicaragua, Violeta Chamorro, Mireya Moscoso en Panamá y Laura Chinchilla en Costa Rica. En la región del Caribe, la haitiana Ertha Pascal-Trouillot fue la única mandataria hasta la fecha. En Suramérica, desde el año 2000 hasta la fecha han sido elegidas para el alto cargo, además de Bachelet y Cristina Fernández en Argentina(2007), ahora Dilma Rousseff en Brasil.
Tras conocerse los resultados este domingo, Rousseff dio su primer discurso como presidenta electa de este país en el que aseguró que trabajará por “erradicar la miseria con la creación de oportunidades para todos los brasileños y todas la brasileñas”.
“Esta ambiciosa meta no será realizada sólo por el gobierno. Esta meta es a la vez un llamado a la nación, a los empresarios a los trabajadores, a las iglesias, a las entidades civiles, a las universidades, a la prensa a los gobernadores y a todas las personas de nuestro país para que trabajemos en función de ella”, expresó.
Asimismo, enfatizó que “no podemos descansar mientras haya brasileños con hambre, familias que viven en las calles, niños abandonados a su suerte y mientras reine la droga”.
La mandataria petista también reconoció los grandes avances sociales y económicos que deja Lula a Brasil y se comprometió a continuar la senda de prosperidad.
“La convicción de erradicar la pobreza no viene de una certeza teórica sino de la experiencia viva del gobierno del Presidente Lula, en el cual se hizo realidad un sueño que parecía imposible. Ahora comenzaremos esta nueva era de prosperidad”, añadió.
Además, expresó su voluntad de avanzar hacia la plena independencia económica de Brasil e impulsar la apertura de las relaciones comerciales.
“Tenemos que tener nuestras propias políticas, nuestro propio mercado, nuestras medidas de ahorro y decisiones económicas. Con esto, estoy lejos de decir que pretendemos cerrar el país al mundo”, puntualizó.
Durante su campaña electoral, Rousseff siempre explicó que sus propuestas estarán enfocadas en mantener la estabilidad económica que el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva le proporcionó a su país durante los ocho años de gestión.
Además, demostró su interés por darle continuidad a las políticas del mandatario, las cuales han tenido buena aceptación, puesto que de acuerdo con el sondeo del instituto brasileño especialista en opinión pública, Dathafolha difundido el pasado 22 de octubre, Lula se retirará del poder con una popularidad del 83% por sus logros en la reducción del desempleo, la ejecución de varios créditos para su país, entre otros.
“Continuaremos también con las políticas exteriores del presidente Lula, que combina una diversificación de nuestros socios mientras que (mantiene) a nuestros aliados tradicionales. Uno no excluye al otro", aseguró Rousseff en el mes de septiembre citado por el sitio web Mercosur.com.
Estas declaraciones coinciden con las ya realizadas en una ceremonia en la Asamblea de Río Grande el pasado 6 de julio, donde la candidata además de recibir la Medalla al Mérito Farroupolha, ratificó que su política hará transitar a Brasil “de una economía de nación emergente a una de nación desarrollada con el compromiso de erradicar la pobreza extrema”, según el diario Página 12 de Argentina.
En esa oportunidad, planteó que dentro de su plan de gobierno también estará la cuestión social, tema que le diferenciará de la socialdemocracia.
Según la agencia Telam, durante ese discurso Rousseff indicó que dentro de esos programas está la valoración del salario mínimo, la Bolsa Familia, Luz para Todos, Mi Casa Mi Vida, Farmacia Popular o Programa de Salud de Familia, Escuelas Técnicas o Brasil Sonriente.
También señaló que ampliará el programa habitacional Mi Casa Mi Vida de un millón a dos millones de unidades habitacionales.
En cuanto a la educación y el trabajo aseguró que cada municipio que tenga más de 50 mil habitantes tendrá una escuela técnica.
Por último, este domingo Rousseff también criticó la ineficacia de las medidas tomadas por varios organismos financieros internacionales para afrontar la actual crisis mundial, al tiempo que anunció que buscará el establecimiento de reglas efectivas en el ámbito internacional que permitan “limitar la especulación desmedida que aumenta la volatilidad de nuestras monedas”.
El segundo período de gobierno de Lula da Silva culminará el próximo 31 de diciembre de 2010 y el primero de enero ocupará el Palacio de Planalto en la Plaza de los 3 Poderes de Brasilia la primera mujer presidenta de Brasil, todo un acontecimiento histórico.
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