AmecoPress. Dice que cuando una mujer no tiene claro que está siendo víctima de maltrato a manos de su pareja, no le anima a denunciar, sino que la deriva a especialistas en psicología y asistencia integral para que tome conciencia de su situación. Denunciar será un proceso duro y largo para el que más vale estar preparada, antes que acabar retirando la denuncia a la primera de cambio para volver a caer y más hondo en la trampa de su maltratador.
Susana Martínez, presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, tiene claro que si no creyera en que la violencia de género se puede frenar, no dedicaría su tiempo a esta labor.
Este año ya se contabilizan más víctimas mortales por violencia machista que en todo el 2009. ¿Cómo valora este hecho?
Es muy relevante el hecho de que estemos superando cuotas y estadísticas en relación a otros años, cuando ya se supone que contamos con una legislación específica de violencia de género. En cualquier caso, el problema que yo veo es que hemos enfocado toda la problemática en el tema legislativo. La ley tiene dos funciones: una función sancionadora y una función coercitiva. Es decir, a través de esta ley se intenta disuadir al agresor porque hay una sanción. Pero la ley no es la solución del problema. La solución del problema está en la raíz, una raíz ideológica, social y cultural.
¿Cómo es la imagen que se está dando a través de los medios de comunicación de la violencia de género?
Ha ido mejorando con el tiempo, pero todavía falta. Se tiende mucho a la búsqueda del acontecimiento morboso. A nuestra organización llaman muchos medios de comunicación buscando una entrevista, y cuando les ofrecemos profesionales, juristas, psicólogos, trabajadores sociales, ellos nos dicen que sobretodo quieren el testimonio de una víctima. Nosotras pensamos que el profesional que ha valorado a esa víctima te puede dar muchos más datos, en relación a muchos otros casos y experiencias, al tratamiento de esas víctimas... ¿Por qué se busca sólo el testimonio morboso, el moratón? A veces hay que enseñarlo, pero también es muy importante que salga a través de los medios de comunicación el tratamiento objetivo del profesional.
Susana Martínez, presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, tiene claro que si no creyera en que la violencia de género se puede frenar, no dedicaría su tiempo a esta labor.
Este año ya se contabilizan más víctimas mortales por violencia machista que en todo el 2009. ¿Cómo valora este hecho?
Es muy relevante el hecho de que estemos superando cuotas y estadísticas en relación a otros años, cuando ya se supone que contamos con una legislación específica de violencia de género. En cualquier caso, el problema que yo veo es que hemos enfocado toda la problemática en el tema legislativo. La ley tiene dos funciones: una función sancionadora y una función coercitiva. Es decir, a través de esta ley se intenta disuadir al agresor porque hay una sanción. Pero la ley no es la solución del problema. La solución del problema está en la raíz, una raíz ideológica, social y cultural.
¿Cómo es la imagen que se está dando a través de los medios de comunicación de la violencia de género?
Ha ido mejorando con el tiempo, pero todavía falta. Se tiende mucho a la búsqueda del acontecimiento morboso. A nuestra organización llaman muchos medios de comunicación buscando una entrevista, y cuando les ofrecemos profesionales, juristas, psicólogos, trabajadores sociales, ellos nos dicen que sobretodo quieren el testimonio de una víctima. Nosotras pensamos que el profesional que ha valorado a esa víctima te puede dar muchos más datos, en relación a muchos otros casos y experiencias, al tratamiento de esas víctimas... ¿Por qué se busca sólo el testimonio morboso, el moratón? A veces hay que enseñarlo, pero también es muy importante que salga a través de los medios de comunicación el tratamiento objetivo del profesional.
También sería importante dar alguna visión más positiva, no siempre el golpe y el no a la violencia. Hay que mostrar también el sí, el sí a la igualdad, sí a que los niños aprendan a compartir, sí a que las mujeres tengan independencia económica, sí a la mujer con acceso al empleo… fomentar el lado positivo. Para que también la mujer que recibe la noticia a través de los medios de comunicación tenga un aliento y una esperanza a la hora de denunciar. Y además para que no se produzca el efecto dominó.
Miguel Lorente, delegado del Gobierno para la Violencia de Género, siempre advierte de ese efecto imitación.
“Uy, ¿has visto lo que le han hecho a esa? Pues cuidado que tú vas por el mismo camino”.
¿Se ha encontrado con este tipo de testimonios en el ejercicio de su profesión?
Sí, claro que sí. En el trabajo directo de la Comisión con las víctimas siempre mantenemos su anonimato, pero conservamos su información para realizar estadísticas que poder contrastar con las del Ministerio de Igualdad. Por eso sabemos que hay unas cuantas mujeres que denuncian, pero las que reciben malos tratos son muchas más. Se visualiza mucho mejor la dimensión del problema.
Violencia invisible
¿Qué efectos cree que va a tener la supresión del Ministerio de Igualdad?
Es un hecho importante de cara a todas las organizaciones que trabajamos en temas de igualdad y en nuestro caso concreto en violencia de género. Se ha suprimido el Ministerio que precisamente representaba una vía de visualización de la necesidad de diseñar políticas de igualdad. Aunque formalmente se asuman sus competencias por el Ministerio de Sanidad y se vaya a intentar dar una continuidad a la política iniciada, es un hecho muy sintomático y manifestamos nuestra oposición a esta decisión.
¿Cree que hay tabúes en torno a lo que es la violencia de género?
Ese es uno de los problemas, que todavía no se ha logrado acabar con roles asumidos de género. A nosotras todavía nos vienen muchas mujeres defendiendo que como sus maridos traen el dinero a casa… Les tenemos que hacer ver que ellas también trabajan en casa, y entender que ese dinero y esa casa son de los dos porque son bienes gananciales. Si la propia mujer te viene con esa mentalidad, imagínate. El hombre está convencidísimo de que la casa es suya y de que no tiene porqué darle una pensión compensatoria en el momento en que se plantea la ruptura porque para eso es suyo y se lo ha ganado.
Es preocupante que entre parejas muy jóvenes se están dando casos de maltrato...
Sí, se están dando. Es otro tipo de violencia, entre parejas jóvenes con nuestra experiencia hemos visualizado mucho el tema de “eres mía y haces lo que yo quiero” o “no vayas con esa minifalda porque estás provocando a los demás”. Si ya desde que son novios con 17 o 18 años él te está marcando cómo puedes vestir o qué puedes hacer, imagínate cómo serán después. Vemos casos de chicas a las que su novio les controla incluso las llamadas del móvil.
Para esto la educación es básica. Nosotras durante muchos años hemos impartido cursos de formación en escuelas e institutos. Los planes de prevención a través de la educación son esenciales. Si seguimos perpetuando estos roles, por mucha ley que tengamos no hemos arreglado nada.
Esto se ve más en momentos de crisis como ahora, donde situaciones económicas críticas pueden ser el detonante de una mayor tensión. No significa que por tener más dinero no se produzcan maltratos, sino que es un factor más que lo puede desencadenar si no se modifican los roles de género.
No hay denuncias falsas, sino mujeres amenazadas
Están en marcha varios movimientos en contra de las políticas de igualdad que, entre otras cuestiones, tratan de demostrar la proliferación de denuncias falsas. ¿Qué piensa sobre esto?
Alguna denuncia falsa puede haber aisladamente, pero desde luego no todas las que se dicen. Al revés, cuando se retira una denuncia no es porque sea falsa, sino porque hay una serie de factores condicionantes que provocan que la mujer la retire, como puede ser una dependencia afectiva, una dependencia económica o el miedo a las represalias del agresor.
Es más, no sólo no hay denuncias falsas, sino que hay muchísimos casos en los que se sigue sin denunciar. Un porcentaje altísimo de las mujeres que vienen a consultarnos no ha denunciado. Nosotros no pedimos este requisito para atenderles, no como en algunas casas de acogida o servicios de atención en los que se necesita una orden de alejamiento o al menos interponer una denuncia.
Además, en ocasiones estas mujeres ni siquiera se han planteado la denuncia. A veces vienen muy confundidas, y en ese caso, antes de animarles a denunciar, prefiero derivarles a las psicólogas para que les ayuden a visualizar su situación.
Algunas toman mucha medicación porque están en depresión desde hace mucho tiempo y no tienen fuerzas ni para denunciar. Otras no cuentan con apoyos, y ver como otras mujeres han seguido adelante puede servirles de ayuda. También hay quien viene porque le han pegado un puñetazo y cree que es algo esporádico pero quiere informarse y hablando con ella descubres que el agresor tiene totalmente dominada su vida, sus relaciones con los amigos, con la familia… la ha aislado totalmente, pero ella le justifica en todo. Ahí es la psicóloga quien tiene que ayudarle a ver que ésa no es la dinámica normal en una pareja.
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