Pese a que la participación de colombianas en niveles decisorios del gobierno de Bogotá superó el 30 por ciento en los últimos años, no existe una masa crítica de mujeres con perspectiva de género.
Este hallazgo forma parte de los resultados del estudio "Gobierno, política y poder de las Mujeres en Bogotá", realizado por las investigadoras Lya Janeth Fuentes y Nayibe Peña, merecedor del premio de la Comunidad Eurolatinoamericana de Mujer, Política y Ciudad.
La investigación, que tuvo el apoyo de la entidad gubernamental de fomento y apoyo de las ciencias, Colciencias, indagó, entre otros aspectos, qué sucedió para que la participación femenina sobrepasara la cuota del 30 por ciento, así como las características de las mujeres que ocuparon cargos directivos en la administración del gobierno de la capital colombiana y su incidencia en la inserción del tema de género en las políticas públicas, durante el período comprendido entre 1992 y 2004.
En Colombia, la ley de cuotas establece que al menos 30 por ciento de los cargos directivos de las entidades públicas sean desempeñados por mujeres.
Este hallazgo forma parte de los resultados del estudio "Gobierno, política y poder de las Mujeres en Bogotá", realizado por las investigadoras Lya Janeth Fuentes y Nayibe Peña, merecedor del premio de la Comunidad Eurolatinoamericana de Mujer, Política y Ciudad.
La investigación, que tuvo el apoyo de la entidad gubernamental de fomento y apoyo de las ciencias, Colciencias, indagó, entre otros aspectos, qué sucedió para que la participación femenina sobrepasara la cuota del 30 por ciento, así como las características de las mujeres que ocuparon cargos directivos en la administración del gobierno de la capital colombiana y su incidencia en la inserción del tema de género en las políticas públicas, durante el período comprendido entre 1992 y 2004.
En Colombia, la ley de cuotas establece que al menos 30 por ciento de los cargos directivos de las entidades públicas sean desempeñados por mujeres.
En Bogotá, esta cuota ha sido ampliamente superada a partir de 1995; es decir, desde la primera administración del alcalde Antanas Mockus, quien ha sido elegido dos veces como Alcalde Mayor de la capital colombiana.
Durante los gobiernos de los alcaldes que gobernaron de 1994 a 2005, la participación femenina en niveles directivos fue de 34 por ciento, 48, 61 y 42 respectivamente.
"Hay que hacer un trabajo basado en razones técnicas, no en discursos feministas, con las mujeres que han gobernado, para que sean sensibles al tema de género y, de esta manera, aumentar la masa crítica", afirmó a SEMlac Lya Janeth Fuentes, coordinadora de la Línea de Investigación de Género y Cultura del Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos.
El estudio aplicó entrevistas a 60 mujeres que se desempeñaron como directoras, 347 como subdirectoras y 160 como asesoras en niveles de decisión.
"Esa alta participación no se reduce a los números, sino que hay también una fractura en la división sexual del trabajo, pues las colombianas comenzaron a ocupar, desde 1995, carteras típicamente masculinas, como son las Secretarías de Hacienda o de Planeación", afirmó la socióloga Fuentes.
No obstante, aún falta que se produzca este proceso en las entidades encargadas del control político de la ciudad; es decir, la Defensoría y la Contraloría, y en las empresas públicas que manejan grandes presupuestos.
El estudio encontró que las causas de la alta tasa de participación de las mujeres en niveles decisorios está asociada a las características de los alcaldes (independientes y con alta formación), los criterios técnicos y basados en méritos para la selección de personal; y la "revolución femenina de la educación", expresada en el mayor nivel de escolaridad de las colombianas sobre sus compatriotas varones.
De hecho, todas las mujeres que gobernaron en entidades de la capital de 1992 a 2004 contaban con estudios de postgrado, y el siete por ciento tenía doctorado, lo que denota que, lejos de ser nombradas por intereses políticos, lo fueron por su competencia y méritos.
"No obstante, no todas son mujeres de la élite. Muchas son de clase media, que hicieron grandes esfuerzos para pagar una universidad privada", aclaró la socióloga Fuentes.
Poco sensibles al tema de género
Sólo dos de las mujeres que gobernaron en Bogotá señalaron ser feministas y la mayoría "no se ha dado cuenta del proceso que antecedió para que ellas llegaran a ocupar los cargos directivos", comenta Fuentes basándose en las entrevistas realizadas.
Agregó que, en general, piensan que ser mujeres no implica discriminación, dado que ellas no la han sufrido. Sin embargo, subraya Fuentes, "el sexo sigue siendo un factor relevante al seleccionar personal, el sexo no es algo neutro".
Pese a que la mayoría de las ex gobernantes no se identifica con el feminismo, las pocas que sí se declaran como tal marcaron hitos, como la realización del Plan de Igualdad de Oportunidades.
Además, los temas de género se instalaron en la agenda pública de Bogotá, pero "gracias a que los alcaldes los insertaron en los Planes de Desarrollo de la ciudad", puntualizó Fuentes.
El costo y peso del poder
La mitad de las colombianas que gobernaron son solteras, separadas o viudas. "Pareciera que para llegar a esos cargos las mujeres deben estar solas", anota Fuentes.
Las entrevistas dejaron ver que, para la mayoría, el ejercicio del poder fue sentido como una carga, debido a la responsabilidad que implica la toma de decisiones que afectarán a siete millones de habitantes.
El poder se define como "la capacidad de tomar decisiones que tienen influencia política, decisiones que afectan a la gente, que afectan intereses o que favorecen a otros, de ahí su complejidad", aseguró Rocío Londoño, quien actuó como directora del Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá, durante la primera administración del alcalde Mockus.
Esa visión ética también subyace en el poco interés en participar en política; es decir, en partidos políticos y contiendas electorales. Sólo dos de las ex gobernantes manifestaron tener interés en lanzarse a la arena política.
Este resultado inquieta a la coautora de la investigación, toda vez que desde la Conferencia de Naciones Unidas para la Mujer de Beijing se hacen llamados para la promoción política de las mujeres no sólo en el ejecutivo, sino también en el legislativo.
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