La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, pidió esta semana al gobierno afgano la retirada de una ley que "apunta a las mujeres de forma reprensible" y "recuerda los decretos del régimen de los talibanes".
La aplicación de esta ley "minaría gravemente los derechos de las mujeres en Afganistán y quebrantaría tanto la Constitución afgana como las normas internacionales de derechos humanos", estimó Pillay en un comunicado.
La aplicación de esta ley "minaría gravemente los derechos de las mujeres en Afganistán y quebrantaría tanto la Constitución afgana como las normas internacionales de derechos humanos", estimó Pillay en un comunicado.
La nueva legislación aún no fue publicada aunque sí aprobada por las dos cámaras parlamentarias y al parecer cuenta con el visto bueno del presidente afgano Hamid Karzai.
La normativa rige el estatuto de la minoría shi en Afganistán y reglamenta las relaciones entre hombres y mujeres, el divorcio y el derecho de propiedad.
"Se trata de un indicio suplementario de que la situación de los derechos humanos empeora en Afganistán", declaró Pillay. "Esta ley es un gran paso en la mala dirección", insistió.
La ley denunciada por Pillay restringe mucho el derecho de las mujeres de la comunidad shi (alrededor del 10% de la población afgana) a salir de casa sin el permiso expreso de sus maridos.
Prohíbe además a las mujeres trabajar o recibir formación, autoriza explícitamente la violación si el autor es el marido, limita el derecho de las madres a la custodia de los hijos en caso de divorcio e imposibilita que la mujer herede bienes inmobiliarios del marido.
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